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La versión más exótica de la estación comienza al caer la noche
No hay duda, el principal atractivo de Sierra Nevada con respecto al resto de estaciones competidoras en el resto de Europa es el sol. Ninguna otra puede presumir de más de un ochenta por ciento de días soleados en la temporada y eso tiene un efecto que cada vez se nota más en mercado como el ruso, el polaco, inglés e irlandés.
Pero el cielo despejado sigue siendo un lujo más allá del ocaso y en Sierra Nevada se han dado cuenta. Tras el éxito de público este año en la actividad de esquí nocturno, que tradicionalmente se venía haciendo los sábados, se incluyó también los jueves. Poco después, se anunció la creación de un se nuevo producto denominado 'Primeras Huellas'. Con la estación todavía cubierta por las estrellas, era posible esquiar en horario de siete y media a nueve de la mañana los domingos. A parte de esquiar antes de que salga el sol, el mayor atractivo es hacerlo en unas condiciones excelentes debido a que las pistas están recién pisadas por las máquinas, lo que permite una calidad de nieve espectacular, de ahí el nombre de la actividad. Tal ha sido el éxito de estas experiencias, que hace unos días Cetursa, la empresa que gestiona la estación, decidió ampliar dos semanas más la 'temporada nocturna' sobre el calendario previsto a comienzos de temporada, cuya conclusión hubiese sido el pasado fin de semana. No obstante, la apertura del Río durante la noche de los jueves y sábados se hará media hora más tarde, de 19.30 a 22.00 horas. Se mantendrán las tarifas, así como el precio especial de 5 euros para quienes esquíen ese día en horario diurno.
Pero estas no son las únicas posibilidades de disfrutar la noche en esta montaña, en la que los esquís o la tabla de snowboard no siempre son imprescindibles. Ver anochecer desde el Veleta es, quizá, una de las experiencias más impactantes que ofrece la estación. La excursión se realiza en máquina pisapistas y parte desde Pradollano. Se sube por la pista del Río y el trayecto es en sí uno de los alicientes de la actividad. A medida que se asciende se redescubre la estación, completamente vacía y en silencio. Parece un lugar lejano, como si no se tratase del mismo sitio en el que se ha podido estar esquiando a penas unas horas antes.
Pendientes muy inclinadas
Tampoco se pueden dejar de mencionar algunos tramos de subida en los que a más de uno se le acelerará el corazón al verse ascender por pendientes muy inclinadas. El esfuerzo merece la pena para llegar casi hasta la cima de la Península Ibérica, donde solo se escucha el rumor el viento. Junto a la estación superior del Telesilla Laguna se alcanzan los tres mil metros de altura. Aunque se hayan contemplado mil veces, las vista del mar y las lejanas montañas del Rif nunca defraudan. Un poco más cerca es perfectamente visible la costa de El Ejido, Málaga. La luz del atardecer es única allí a decir de los entendidos en fotografía. En los días más claros, a esa hora es posible incluso ver Gibraltar. Todo se completa con un pequeño ágape en ese lugar o incluso se puede combinar con la posibilidad de cenar en el Restaurante Alcazaba, en Borreguiles si se realiza la excursión en uno de los sábados en los que hay esquí nocturno.
Si ascender hasta el Veleta parece demasiado, también se ofrece la posibilidad de aprovechar el telecabina en las jornadas de esquí nocturno únicamente para observar las estrellas desde Borreguiles. Es una opción rápida, sencilla que tampoco defrauda.
Unos metros más abajo, la posibilidad de seguir disfrutando de la noche en Pradollano puede ser el fin de fiesta perfecto para estas actividades. No en vano, Sierra Nevada también es conocida por ofrecer un abanico de ocio nocturno que se encuentra en muy pocas estaciones europeas. Las posibilidades para seguir disfrutando de esta montaña parecen no terminar y todo antes de que salga el sol.
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