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El joven sopló y alcanzó los 0,57 miligramos por litros de aire espirado, el doble de lo permitido por la normativa
Un joven de 27 años fue interceptado en la A-44 a la altura del término municipal de Armilla, días atrás, por una patrulla de la Guardia Civil de Tráfico que sometió a este conductor a la prueba de alcoholemia, después de sospechar que este individuo podría ir ebrio.
El joven sopló y alcanzó los 0,57 miligramos por litros de aire espirado, el doble de lo permitido por la normativa. El agente de tráfico lo invitó a salir del vehículo para someterse a la segunda prueba, que es la realmente válida y la que tiene en cuenta el juez a la hora de absolver o condenar al conductor.
El individuo interceptado por la Guardia Civil salió de su vehículo, pero poco antes de subir al furgón de los agentes de tráfico para someterse a esa segunda prueba, decidió emprender una huida a pie y se escapó. Allí dejó su coche, con las llaves puestas.
Los agentes comunicaron por radio la fuga de este individuo y su caracterización para ver si alguna otra patrulla podría dar con su paradero, pero fue mucho fácil que eso el encontrarlo.
Este joven, a quien le constan antecedentes policiales, puso rumbo a la Jefatura Superior de Policía donde presentó una denuncia. El individuo simuló el robo de su coche, comunicó a la Policía Nacional que le sustrajeron la cazadora con las llaves del coche dentro y cuando salió de la sala de fiestas no estaba ni su chaqueta ni el vehículo. Tan solo una hora antes, este individuo se escapó cuando una patrulla de la Guardia Civil de Tráfico lo sometía a la segunda prueba.
Los dos cuerpos de seguridad se dieron cuenta, tras el pertinente cruce de comunicaciones, que el joven huido de la patrulla de agentes del instituto armado y el que se presentó en las dependencias de la Policía Nacional para denunciar el falso robo del coche, era el mismo.
El joven acabó detenido y no solo por un delito contra la seguridad vial, sino por la simulación de delito tras presentar una denuncia falsa en las dependencias policiales. La borrachera le saldrá cara.
La jefatura Superior de Policía de Andalucía Oriental puso en marcha el pasado año un nuevo protocolo cuando aparecen denuncias falsas, donde se efectúa una evaluación económica del dinero que le ha costado a la ciudadanía poner a trabajar a agentes de la policía para resolver un caso denunciado que finalmente se ha demostrado ser falso. Después fiscalía, en el juicio, efectúa una reclamación de responsabilidad civil que suele oscilar entre los 200 y los 1.000 euros. Este protocolo se extenderá a otra regiones policiales del Estado español de forma progersiva.
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