MALAGA HOY
El edil Jiménez reconoce ahora que el servicio no se ejecutó bien, por lo que abre un expediente de infracción a la empresa y le exige que replante los ejemplares en un mes
Cuando este periódico publicó en noviembre del año pasado que más de 40 palmeras canarias centenarias del Parque estaban en peligro por la plaga del picudo rojo (algo que era visible en los cogollos porque habían perdido sus hojas), el concejal de Medio Ambiente, Raúl Jiménez, explicaba que el tratamiento había sido el mismo de los últimos años y que se había trabajado de forma exquisita. Pero como la realidad es tozuda, y de la cuarentena de ejemplares afectados ya han muerto la friolera de 26, ahora Jiménez reconoce «el error en el tratamiento» y no solo eso, sino que además abre un expediente de infracción a la empresa concesionaria de este servicio, Eulen, y le insta a reponer las palmeras que se han perdido en un plazo de un mes tras el fracaso del plan contra el picudo.
Para explicar dónde estaba el error, Jiménez abundó en que los tratamientos con insecticidas se hacían cada 45 días según el protocolo de la Junta, pero afirmó que el área de Medio Ambiente entiende que eran insuficientes y que debían haberse ejecutado cada 30 días, ya que el pliego de la contratación del servicio le exige «desarrollar todas las acciones necesarias para proteger las palmeras históricas de la acción del picudo». En cuanto al número, 26, Jiménez fue sincero y explicó: «Es mucho mayor del que nos gustaría». Este periódico intentó ayer sin éxito recabar la opinión de la empresa concesionaria Eulen a tenor del expediente del Consistorio.
Llama la atención que en toda una década de la 'plaga del faraón' (llamada así porque el escarabajo vino de Egipto y parece que entró por Almuñécar) solo muriesen tres o cuatro ejemplares de palmeras canarias centenarias del Parque, y en tan solo una estación (la del otoño) se haya constatado que han sucumbido más de una veintena. Eso, por ahora, ya que se está a la espera de que otras 15 ó 16 muestren su evolución, y aún no se sabe si podrán recuperarse o no. De ser así, la cifra se elevaría a 48. Si se tiene en cuenta que la columnata de canarias del Parque es de unos 200 ejemplares, que se intercalan con los almencinos (en el juego de hoja perenne, hoja caduca), el tercer jardín subtropical más importante de Europa podría estar perdiendo del orden del 12% o incluso un 25% de sus ejemplares centenarios, de por sí irremplazables ya que los de nuevo cuño no podrán alcanzar los 10 metros de altura. Es más, para que cuajen solo podrían tener del orden de cuatro o cinco metros, con lo cual se perderá la alineación paisajística y visual del paseo. La postal actual de las palmeras sin cogollo (algunas ya muertas), frente al hotel Málaga Palacio, es desoladora. Unos 3.000 euros podría ser el coste de un ejemplar de canaria de cuatro o cinco metros, por lo que la reposición podría costar a la empresa concesionaria la cifra nada despreciable de 78.000 euros.
Lo cierto es que, a excepción de algunas reposiciones, la mayoría de estos árboles son los originarios de la creación del parque, que empezó a plantarse en 1899, para lo que antes hizo falta que el entonces presidente del Gobierno, Cánovas del Castillo, obligase al puerto a ceder estos terrenos a la ciudad para jardines; y que el apoderado de Manuel Domingo Larios, marqués de Larios, presentase un proyecto en el Cabildo que consistía en la prolongación de la Alameda hacia el Este.
Jiménez explicó que, además de la lucha química, tienen en marcha la biológica a través de un hongo que afecta al picudo, y física por medio de 350 trampas en donde se han recogido 1.600 escarabajos; así como el uso de audífonos o perros adiestrados para detectar la presencia del insecto en el interior de la palmera. Pero ninguna de ellas ha frenado la muerte de estas 26 palmeras centenarias.
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