SALUD
Investigadores de la Facultad de Farmacia de la Universidad Nacional de Colombia han creado una película que no solo ayuda a cicatrizar las heridas, sino que se degrada y desaparece sin necesidad de quitarla de la piel
11.03.14 - 07:24 -
Conseguir una película que acelerase el proceso de proceso de cicatrización y disminuyese el dolor y el sangrado del paciente. Eso es lo que tenían en mente investigadores de la Universidad Nacional de Colombia hasta que le añadieron un ‘extra’ más a su tirita ideal: que además protegiera el medio ambiente, gracias a sus componentes biodegradables.
La película de esta singular tirita está hecha con una base polimérica de quitosán, un alcaloide que se obtiene a partir de la quinina y que forma parte de las estructuras de algunos seres vivos como los artrópodos, los moluscos y los hongos. Dentro de sus propiedades está la absorción y la actividad antimicrobiana, antioxidante y hemostática (que detiene el flujo de sangre).
El otro compuesto polimérico es el pullulán, producido aeróbicamente por cultivos de levaduras y caracterizado por sus excelentes propiedades adhesivas cuando está seco. Igualmente, es una buena barrera de protección contra el oxígeno.
Después de estar puesta en la piel, esta nueva película se biodegrada en función del tiempo, pero a su vez concentra el fármaco que cumple con la labor terapéutica.
«También estamos trabajando sobre películas con base de yodo, que es un desinfectante, o con unas películas mucoadhesivas que tienen la capacidad de pegarse sobre una mucosa como la de la boca para tratar la gingivitis», explica el profesor Jesús Barbosa del departamento de Farmacia de la Universidad Nacional de Colombia.
Aunque en este momento se ensaya con ratones, también se probará en breve con humanos de una forma muy sencilla, pues se acudirá a personas que deban hacerse la prueba de la glucosa y pincharse un dedo; allí se pondrá la película y se determinará el tiempo de coagulación.
La película cuenta con 1,5 milímetros de espesor y puede adaptarse a varios tamaños. En este momento se hacen pruebas de resistencia con un aparato que estira la banda para medir su fuerza.
El agua cumple la función de ayudar a adherir la biopelícula a la piel y, al mismo tiempo, degradarla para que desaparezca poco a poco y el paciente no tenga necesidad de quitársela.
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