LOS UNIVERSITARIOS AGITAN EL MERCADO DE ALOJAMIEENTO EN PISOS Y RESISTENCIA
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Los colegios mayores ponen a disposición de los alumnos sus plazas libres y en las viviendas compartidas también hay movimientos con el inicio del segundo cuatrimestre
Vuelta a hacer las maletas. Mudanza en pisos y en residencias y
colegios mayores. Hay estudiantes de la Universidad de Granada (UGR) que
aprovechan estas fechas para trasladarse. Los hay que eligen nuevo
lugar donde pernoctar y donde vivir los próximos meses hasta que
terminen las clases y los exámenes en julio. Aprovechan el parón de las
clases, el periodo de exámenes de este primer cuatrimestre, para irse a
otro piso o tipo de alojamiento si en estos primeros meses no les ha ido
bien porque no están cómodos.
Si la convivencia con sus compañeros no ha sido nada buena también se recogen los bártulos y a otra vivienda. Además, llegan a la capital granadina nuevos estudiantes de los programas de movilidad nacional (Sicue) e internacional (Erasmus y otros programas). Todas estas circunstancias impulsan el mercado de alojamientos que arrastra la comunidad universitaria en Granada y del que viven cientos de familias granadinas.
Carteles con 'Se busca compañera de piso' 'Habitación libre por 190 euros' o 'Piso con muebles, luminoso y sin ruidos para estudiantes'. Frases como estas y otras se pueden ver en las vallas y paredes de algunas facultades y escuelas. En la Oficina de Gestión de Alojamiento de la Universidad granadina también hay ofertas en diferentes pisos y, además, se dan a conocer las plazas libres que hay en colegios mayores y en residencias.
Esta semana hay, según informa este servicio de la institución universitaria granadina, vacantes en cuatro colegios mayores y cinco residencias. Los colegios mayores han experimentado con la crisis económica pérdida de colegiales y han tenido que adaptarse a la situación actual. Si antes estaban al 100% durante todo el curso ahora hay plazas libres casi todo el curso.
Hay que recordar que alguno de los colegios mayores se vio obligado a echar el cierre a finales del curso pasado. De trece colegios mayores se ha pasado a doce. Así las cosas, de plantear la posibilidad de que se construyera algún colegio mayor nuevo se dio la circunstancia de que ha desaparecido un alojamiento de estas características y alguno ha aprovechado para hacer reformas estando cerrado un curso completo.
A todo esto hay que añadir que los colegios mayores han mantenido los precios en los últimos cuatro años académicos. Para retener alumnos y conseguir nuevos colegiales no se han incrementado las mensualidades y se han ofrecido plazas bonificadas.
Las residencias universitarias tampoco se han escapado del zarpazo de la crisis, si bien ha surgido alguna nueva residencia más pequeñas y con otro tipo de ofertas más específicas algunas han visto como se quedaban muchas camas sin ocupar. En el caso de las residencias el abanico es muy amplio. Los particulares han reformulado su forma de trabajar y las órdenes religiosas o las empresas que gestionan algunos de estos establecimientos han tenido que adaptarse también a los nuevos tiempos con medidas de lo más variopintas.
Aunque ya no hay tantos alumnos para alquilar porque la institución granadina ha perdido estudiantes. Eso significa menos universitarios para pisos o cualquier otro tipo de alojamiento y más competencia para que no se quede vacío. La bajada de alumnos en su conjunto tanto como la circunstancia de que los de pueblos más cercanos van y vienen se ha notado en todo. Menos pisos alquilados y menos dinero. Menos alumnos matriculados y menos estudiantes en todos los servicios como el caso de los comedores. También ha bajado el número de comidas servidas.
Granada dispone de una de las mayores y más variadas ofertas en alojamientos como ya se ha indicado. La Oficina de Alojamientos de la UGR, que depende del Servicio de Asistencia Estudiantil, cuyo responsable es el profesor José María Suárez, ha conseguido que haya oferta durante todo el curso. «Hemos conseguido que haya oferta durante todo el curso», subraya el profesor Suárez.
Estas semanas hay movilidad en los alojamientos para los universitarios, pero las de mayor intensidad son las de junio y septiembre. Es cuando los universitarios deciden dónde van a vivir durante todo el curso si les sale bien.
Por otra parte, la universidad granadina tiene pendientes algunos proyectos de alojamientos para universitarios. Los pisos que se iban a construir en Maracena y Albolote no cuentan ni con una sola piedra. «No está olvidado», dice Suárez. Si bien, lo cierto es que no han escapado estos proyectos a las circunstancias económicas. «Hay un camino andado, pero será el próximo rector o rectora el que deberá decidir qué hace con este tema», valora Suárez. Rubricaron acuerdos ayuntamientos, Junta de Andalucía y la propia universidad granadina.
Si la convivencia con sus compañeros no ha sido nada buena también se recogen los bártulos y a otra vivienda. Además, llegan a la capital granadina nuevos estudiantes de los programas de movilidad nacional (Sicue) e internacional (Erasmus y otros programas). Todas estas circunstancias impulsan el mercado de alojamientos que arrastra la comunidad universitaria en Granada y del que viven cientos de familias granadinas.
Carteles con 'Se busca compañera de piso' 'Habitación libre por 190 euros' o 'Piso con muebles, luminoso y sin ruidos para estudiantes'. Frases como estas y otras se pueden ver en las vallas y paredes de algunas facultades y escuelas. En la Oficina de Gestión de Alojamiento de la Universidad granadina también hay ofertas en diferentes pisos y, además, se dan a conocer las plazas libres que hay en colegios mayores y en residencias.
Esta semana hay, según informa este servicio de la institución universitaria granadina, vacantes en cuatro colegios mayores y cinco residencias. Los colegios mayores han experimentado con la crisis económica pérdida de colegiales y han tenido que adaptarse a la situación actual. Si antes estaban al 100% durante todo el curso ahora hay plazas libres casi todo el curso.
Hay que recordar que alguno de los colegios mayores se vio obligado a echar el cierre a finales del curso pasado. De trece colegios mayores se ha pasado a doce. Así las cosas, de plantear la posibilidad de que se construyera algún colegio mayor nuevo se dio la circunstancia de que ha desaparecido un alojamiento de estas características y alguno ha aprovechado para hacer reformas estando cerrado un curso completo.
A todo esto hay que añadir que los colegios mayores han mantenido los precios en los últimos cuatro años académicos. Para retener alumnos y conseguir nuevos colegiales no se han incrementado las mensualidades y se han ofrecido plazas bonificadas.
Las residencias universitarias tampoco se han escapado del zarpazo de la crisis, si bien ha surgido alguna nueva residencia más pequeñas y con otro tipo de ofertas más específicas algunas han visto como se quedaban muchas camas sin ocupar. En el caso de las residencias el abanico es muy amplio. Los particulares han reformulado su forma de trabajar y las órdenes religiosas o las empresas que gestionan algunos de estos establecimientos han tenido que adaptarse también a los nuevos tiempos con medidas de lo más variopintas.
Buscan lo más económico
La situación económica de muchas de las familias de los alumnos de la
Universidad granadina ha cambiado y buscan viviendas más económicas
para sus hijos durante el curso. Compartir habitación en los pisos es lo
más económico, aunque también hay que elegir bien las zonas y cómo está
equipado el alojamiento así como la compañía.Aunque ya no hay tantos alumnos para alquilar porque la institución granadina ha perdido estudiantes. Eso significa menos universitarios para pisos o cualquier otro tipo de alojamiento y más competencia para que no se quede vacío. La bajada de alumnos en su conjunto tanto como la circunstancia de que los de pueblos más cercanos van y vienen se ha notado en todo. Menos pisos alquilados y menos dinero. Menos alumnos matriculados y menos estudiantes en todos los servicios como el caso de los comedores. También ha bajado el número de comidas servidas.
Granada dispone de una de las mayores y más variadas ofertas en alojamientos como ya se ha indicado. La Oficina de Alojamientos de la UGR, que depende del Servicio de Asistencia Estudiantil, cuyo responsable es el profesor José María Suárez, ha conseguido que haya oferta durante todo el curso. «Hemos conseguido que haya oferta durante todo el curso», subraya el profesor Suárez.
Estas semanas hay movilidad en los alojamientos para los universitarios, pero las de mayor intensidad son las de junio y septiembre. Es cuando los universitarios deciden dónde van a vivir durante todo el curso si les sale bien.
Por otra parte, la universidad granadina tiene pendientes algunos proyectos de alojamientos para universitarios. Los pisos que se iban a construir en Maracena y Albolote no cuentan ni con una sola piedra. «No está olvidado», dice Suárez. Si bien, lo cierto es que no han escapado estos proyectos a las circunstancias económicas. «Hay un camino andado, pero será el próximo rector o rectora el que deberá decidir qué hace con este tema», valora Suárez. Rubricaron acuerdos ayuntamientos, Junta de Andalucía y la propia universidad granadina.
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