MAS PROTECCIÓN PARA LA ZONA DE RESERVA
El sistema de aparcamiento de pago en las playas cambiará de nuevo en verano La Comunidad permitirá el estacionamiento gratuito en el ‘parking’ de El Atochar y dará la opción a la entidad de custodia de cobrar en sus parcelas Los accesos se cerrarán al tráfico rodado cuando se complete el cupo de 466 vehículos El director del parque regional ha sido relevado después de un año de gran tensión
Novedades en el control de accesos a Calblanque, donde no se repetirá el modelo del verano pasado. La Dirección General de Medio Ambiente no está del todo satisfecha con el sistema de pago
que gestionó una entidad de custodia de territorio (ECT) integrada por
representantes de los principales propietarios del espacio natural y
prepara un nuevo escenario para los próximos meses de julio, agosto y
septiembre. La principal novedad es que la Comunidad se encargará
directamente del servicio y permitirá el aparcamiento gratuito en el
‘parking’ de El Atochar, situado en terrenos propiedad de la
Administración regional, aunque dará la opción a la ECT de seguir
cobrando en las parcelas de titularidad privada –los precios del año pasado fueron de cuatro euros por coche, dos por moto y seis por autocaravana–.
Si así fuera y finalmente se estableciese este modelo mixto, los accesos al parque regional se cerrarían al tráfico rodado cuando se completase el cupo de 466 vehículos, que es la capacidad conjunta de todas las áreas de estacionamiento. En el caso de que la ECT renunciase a gestionar sus zonas de aparcamiento –un derecho que le reconoce la Dirección General de Medio Ambiente–, el acceso de vehículos se limitaría a los 150 que caben en El Atochar –el cubierto y más amplio–. El número de vehículos permitido también puede bajar si se implanta una línea de autobús, posibilidad que se está estudiando, puesto que la capacidad de carga que se le ha calculado a las playas es de un máximo de 1.500 personas al día. La intención de la Administración ambiental es que no se aparque en la playa de Las Cañas, un área frágil a la que se accede a través de una rambla, aunque ese espacio es competencia de la Demarcación de Costas del Estado. Estos cambios en la gestión del acceso a las calas se avanzan en el borrador del Plan de Uso Público del Parque Regional de Calblanque, Monte de las Cenizas y Peña del Águila, un documento de trabajo que la Dirección General de Medio Ambiente ha enviado esta misma semana a los miembros de la junta rectora del espacio protegido y al grupo de trabajo con el que se consulta para avanzar en el Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG), el documento que ordenará las actividades económicas y recreativas para garantizar la conservación de los valores naturales. A partir del 1 de julio El modelo de control de vehículos y visitantes para el verano de 2015 se definirá después de escuchar a los miembros de la junta rectora y a la entidad de custodia de territorio, y tras solicitar la colaboración de la Dirección General de Transportes para que una línea de autobús llegue hasta el parque, aunque Medio Ambiente tiene claro que gestionará con medios propios el aparcamiento cubierto, por lo que en marzo tiene que preparar el contrato público. Medio Ambiente quiere establecer el periodo de regulación de accesos del 1 de julio al 15 de septiembre, y propondrá los ‘lunes sin coches’ durante mayo y junio de forma experimental y también «para dar un respiro al parque, porque los domingos de esos meses hay un uso intensivo del espacio natural», informan fuentes de la Comunidad Autónoma. La Dirección General pretende potenciar las actividades divulgativas para «que los visitantes no acudan a Calblanque solo a bañarse, sino a conocer y disfrutar de sus valores naturales». Por este motivo, se proyecta la apertura de un segundo punto de información en Los Belones –actualmente hay solo uno, en Las Cobaticas– y la organización de rutas interpretativas. «Un Calblanque sin coches es imposible», admite la directora general de Medio Ambiente, Encarna Molina, pero la intención de la Administración es conseguir una convivencia más respetuosa de los usuarios con las singularidades geológicas y de flora y fauna del parque, y también una colaboración con los vecinos y propietarios. «Nuestro propósito es convencerles de que la protección y la conservación del medio natural es una oportunidad, no una carga», explica. La relación con los vecinos no ha sido fácil en los últimos meses, puesto que los habitantes de Las Cobaticas y La Jordana han sido muy críticos con el sistema de pago implantado el verano pasado; más allá del cobro de una cantidad económica, nunca les convenció que una entidad privada gestionase el control de vehículos y la vigilancia en un espacio protegido –aunque pertenece a propietarios particulares en un 98%–. Precisamente, la tensión y el desgaste están detrás del relevo del director-conservador del parque regional, Alfredo González Rincón, quien estos días ha sido reemplazado por Francisco Espín, un técnico de la Subdirección General de Medio Natural. La Dirección General de Medio Ambiente tiene previsto hacer un reconocimiento al «gran trabajo» de Alfredo González Rincón, que a partir de ahora se centrará en potenciar la conservación del Parque Regional de Salinas y Arenales de San Pedro del Pinatar y los espacios protegidos del Mar Menor –áreas que ya estaban a su cargo–. |
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