LOS ACCIDENTES DE TRÁFICO DEJAS UNA FACTURA ANUAL DE 130 MILLONES A LOS ASEGURADORAS
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Durante el ejercicio de 2013 se produjeron 172.290 siniestros, la mayor parte solo con pequeños daños que pagaron las compañías
Los accidentes de tráfico protagonizan de cuando en cuando las
portadas de los medios de comunicación por el saldo mortal que registran
-42 víctimas durante el pasado año tan solo en la provincia de Granada-
o por su espectacularidad. Sin embargo, conocemos tan solo una mínima
parte del total de los que se producen cada jornada en las carreteras y
en las vías urbanas, que por fortuna tan solo acaban con daños
materiales en los vehículos implicados. Pero estos siniestros menores
lejos tan solo de pasar a formar parte de la estadística tienen una
importancia relevante no solo para los propietarios de los vehículos
afectados, sino también para las compañías de seguros, que son las que
tienen que asumir el coste de las reparaciones. Eso sí, siempre y cuando
todo el 'papeleo' esté en orden. En especial, el pago de la prima
correspondiente y que la misma cubra los daños que se han originado pues
de lo contrario estas empresas se inhiben y no abonan un solo céntimo.
El primer dato a considerar llama poderosamente la atención por lo abultado del mismo: la provincia de Granada registró en 2013 -último año con registros cerrados- un total de 172.290 siniestros de tráfico, la inmensa mayoría de los cuales de tipo menor. Es decir, pequeños golpes, roces, rotura de lunas... que acabaron en el correspondiente parte a la compañía aseguradora. Así se desprende de los datos del Sistema Financiero que publica anualmente el Instituto de Estadística de Andalucía (IEA), que hasta el próximo mes de noviembre no dará a conocer lo acontecido en el ejercicio de 2014. Si dividiésemos ese volumen total de accidentes por el número de días que tiene el año, tendríamos una cifra media aún más llamativa y que supondría la friolera de 472 diarios. Puede parecer exagerada, pero es la que es.
Pues bien, como la evolución de la siniestralidad es muy similar en volumen de accidentes en los últimos años, lo relevante en este caso es el coste que la misma supone para las aseguradoras. Hay que resaltar en este punto que la crisis económica ha hecho mella entre muchos conductores si comparamos el número de pólizas de automóviles en vigor en 2012 -siempre referidas a la provincia de Granada- y que sumaban 609.317 con las que acabó el año siguiente, 583.618. Es decir, casi un 4,5% menos. Un dato que habla por sí mismo de los ajustes que han tenido que hacer muchas familias para poder salir adelante. La ecuación, por tanto, es la siguiente: hay menos vehículos asegurados frente a un número de siniestros muy similar, al alza ligeramente, lo que da como resultado que son los propietarios de los vehículos los que han debido hacer frente al coste de estos siniestros o pasaron de arreglar los daños si estos no afectan al buen funcionamiento del vehículo.
Tan abultada factura tiene un aspecto positivo y este no es otro que el mantenimiento de cientos de talleres de reparación de vehículos existente en el conjunto de la geografía granadina, a los que hay que sumar también los propios de los concesionarios de coches de las distintas marcas comerciales. Unos y otros tienen en los clientes de las aseguradoras su mayor fuente de ingresos, aunque los márgenes con los que trabajan están cada vez más apretados por las condiciones 'leoninas' que les imponen las compañías y que no han hecho sino endurecerse conforme la crisis económica ha avanzado en los últimos años. De igual modo, las empresas suministradoras de recambios para todo tipo de automóviles son otras de las beneficiarias directas de la siniestralidad. Unas y otras mantienen así miles de puestos de trabajo en un sector que es un complemento imprescindible para la industria del motor, que de otra forma no podría asumir el mantenimiento del parque automovilístico granadino y nacional.
En cualquier caso, las cuentas siempre son positivas -salvo casos muy excepcionales y por motivos extraordinarios- para cualquier compañía. Para empezar, porque una parte del seguro resulta obligatorio por ley. Todos los dueños de vehículos debemos tenerlo contratado o nos arriesgamos a ser sancionados. De otro lado, las pólizas suben de precio cada año. Entre 2012 y 2013 aumentaron por término medio unos 15 euros, con lo que se mantienen siempre por encima del Índice de Precios al Consumo.
El primer dato a considerar llama poderosamente la atención por lo abultado del mismo: la provincia de Granada registró en 2013 -último año con registros cerrados- un total de 172.290 siniestros de tráfico, la inmensa mayoría de los cuales de tipo menor. Es decir, pequeños golpes, roces, rotura de lunas... que acabaron en el correspondiente parte a la compañía aseguradora. Así se desprende de los datos del Sistema Financiero que publica anualmente el Instituto de Estadística de Andalucía (IEA), que hasta el próximo mes de noviembre no dará a conocer lo acontecido en el ejercicio de 2014. Si dividiésemos ese volumen total de accidentes por el número de días que tiene el año, tendríamos una cifra media aún más llamativa y que supondría la friolera de 472 diarios. Puede parecer exagerada, pero es la que es.
Pues bien, como la evolución de la siniestralidad es muy similar en volumen de accidentes en los últimos años, lo relevante en este caso es el coste que la misma supone para las aseguradoras. Hay que resaltar en este punto que la crisis económica ha hecho mella entre muchos conductores si comparamos el número de pólizas de automóviles en vigor en 2012 -siempre referidas a la provincia de Granada- y que sumaban 609.317 con las que acabó el año siguiente, 583.618. Es decir, casi un 4,5% menos. Un dato que habla por sí mismo de los ajustes que han tenido que hacer muchas familias para poder salir adelante. La ecuación, por tanto, es la siguiente: hay menos vehículos asegurados frente a un número de siniestros muy similar, al alza ligeramente, lo que da como resultado que son los propietarios de los vehículos los que han debido hacer frente al coste de estos siniestros o pasaron de arreglar los daños si estos no afectan al buen funcionamiento del vehículo.
Coste económico
Todo ese volumen de siniestros tiene un coste económico muy concreto.
Las aseguradoras pagaron en el ejercicio de referencia un total de
129.796.931 euros por la reparación de los vehículos accidentados, una
cantidad que pese a la importancia que tiene supone tan solo el 24,64%
del total del dinero que tuvieron que desembolsar las mismas empresas
por otras cuestiones, tales como las derivadas de la salud de sus
clientes, de los problemas surgidos en sus hogares y de muchas otras
cuestiones más. Es decir, el segmento del automóvil supone en Granada
tan solo una cuarta parte del desembolso de las compañías de seguros
para hacer frente a reclamaciones de todo tipo por parte de las personas
que han contratado sus servicios. En términos relativos, esta parte de
las pólizas significa un 11% del total desembolsado por siniestros de
tráfico en Andalucía. Si nos vamos al coste medio por reparación
efectuada, los datos del IEA nos revelan que alcanzó en Granada una suma
de 753 euros.Tan abultada factura tiene un aspecto positivo y este no es otro que el mantenimiento de cientos de talleres de reparación de vehículos existente en el conjunto de la geografía granadina, a los que hay que sumar también los propios de los concesionarios de coches de las distintas marcas comerciales. Unos y otros tienen en los clientes de las aseguradoras su mayor fuente de ingresos, aunque los márgenes con los que trabajan están cada vez más apretados por las condiciones 'leoninas' que les imponen las compañías y que no han hecho sino endurecerse conforme la crisis económica ha avanzado en los últimos años. De igual modo, las empresas suministradoras de recambios para todo tipo de automóviles son otras de las beneficiarias directas de la siniestralidad. Unas y otras mantienen así miles de puestos de trabajo en un sector que es un complemento imprescindible para la industria del motor, que de otra forma no podría asumir el mantenimiento del parque automovilístico granadino y nacional.
Hay negocio
Pese a lo que pudiera parecer, las aseguradoras no prestan sus
servicios por amor al arte. Pagan mucho dinero por los siniestros de sus
clientes, pero lo cierto es que ingresan aún mucho más cada año por las
primas. Las mismas estadísticas del IAE lo reflejan con claridad en el
caso de la provincia de Granada: durante 2013, estas compañías
recaudaron en el segmento del aseguramiento de vehículos un total de
170.619.414 euros. Una cantidad que si la contraponemos con el coste de
los siniestros antes citados -129.796.931 euros- nos arroja un saldo
positivo para ellas de 40.882.483 euros. Una bonita cifra para una
provincia como es la granadina, donde están presentes la mayor parte de
las compañías que cuentan con 108 oficinas y 330 empleados. Bien es
verdad que todo ese volumen de dinero no va a parar a beneficios
directamente, puesto que del mismo hay que restar los gastos de
explotación -en la parte proporcional al segmento del automóvil- que han
de asumir.En cualquier caso, las cuentas siempre son positivas -salvo casos muy excepcionales y por motivos extraordinarios- para cualquier compañía. Para empezar, porque una parte del seguro resulta obligatorio por ley. Todos los dueños de vehículos debemos tenerlo contratado o nos arriesgamos a ser sancionados. De otro lado, las pólizas suben de precio cada año. Entre 2012 y 2013 aumentaron por término medio unos 15 euros, con lo que se mantienen siempre por encima del Índice de Precios al Consumo.
Crisis
Ángel Barranco, corredor de seguros con casi treinta años de
experiencia en el sector, opina que el hecho de que haya disminuido el
número de pólizas -no solo en automoción sino también en otras ramas del
aseguramiento- obedece entre otros motivos a los estragos causados por
la crisis. «Hay clientes que han optado por marcharse, pero uno de los
principales factores se relaciona con el hecho de que muchas familias se
estén decantando por tener cubierto uno de los coches, el que utilizan,
mientras que el segundo lo dan de baja». Junto a esto, otro factor no
menos reseñable, como el que muchas empresas han reducido su flota de
vehículos «en un contexto de ajustes o incluso de cierres».
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