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José Ángel Suárez, enfermo y miembro de la Plataforma de Afectados
Este palentino trabajó durante 28 años en la factoría de Motores de
Fasa Renault hasta que se prejubiló en 1989, a los 53 años. Ahora con
74, que cumplirá en marzo próximo, es uno de los enfermos con hepatitis C
que se ha sumado a la Plataforma de Afectados de Valladolid, que
reclama a las autoridades sanitarias las nuevas medicinas que le
alargarían «un poco más la vida». Su estado es de fase cuatro con
cirrosis declarada.
¿Cuántos años lleva enfermo de hepatitis?
Cincuenta y tres. Cuando tenía 20 años me hicieron una transfusión de
sangre en Santander y la pillé. Me di cuenta porque tenía las
transaminasas altas. Fue en un reconocimiento médico, en la empresa,
cuando salió que tenía la hepatitis A ó B, porque entonces no se conocía
la C. Antes de que se me detectase había sido donante de sangre.
¿Pudo donar teniendo la enfermedad?
Sí. Entre ocho y diez ocasiones. El médico me dijo más tarde, en
1989, tras varios análisis, que la que tenía era la C. Incluso me dio un
periodo de vida corto.
¿Qué régimen de vida ha llevado en todo este tiempo?
El normal. Incluso hacía deporte y sin medicación alguna, hasta que
en 1993 me administraron el interferón, una proteína que me producía
muchos efectos secundarios durante tres años. Esta enfermedad, cuando
avanza, lo que hace es fastidiarte mucho los riñones.
¿Ahora en qué fase está?
Tengo cirrosis y estoy pendiente de unas pruebas. Tengo la tensión en la vena aorta, lo que significa que estoy en la fase 4.
¿Cuándo le han hecho las últimas pruebas?
Estoy a la espera después de que en el 4 de diciembre acudiese a la
doctora. Le dije que cómo era posible que mi hígado fuese a peor si
habían salido unos nuevos medicamentos que frenaban el avance de la
enfermedad. Y me contestó que ella tampoco lo entendía, pese a que la
ministra de Sanidad, Ana Mato, había dicho que se suministrarían lo
antes posible. Se han muerto muchos enfermos en todo este tiempo sin
tener una oportunidad. Las consultas para hacerme estas pruebas son de
casi seis meses de espera.
El consejero de Sanidad dijo hace unos días que se atienden los casos de hepatitis más graves.
Ya, pero las palabras no son iguales que la realidad. Si de ahora en
adelante cumplen sus promesas de prioridad, para los que tengan la fase
4, será otra cosa.
¿Por qué se unió a la Plataforma?
Estoy desde el principio porque es de justicia lo que pedimos. No
vamos contra ningún político. Los que gobiernan no se comprometen a nada
cuando la gente del pueblo tiene un problema. Hubo una época en la que
viví tranquilo, pero ahora las cosas se han puesto mal.
¿Tiene hijos?
Cuatro, dos de ellos están en el extranjero, en Francia y Suiza. Mi
hija me dice que la sanidad francesa facilita gratuitamente a todos los
enfermos este tratamiento, pese a que cuesta 41.000 euros. Si esto se
alarga, tengo intención de preguntarle si yo puedo, pagando ese dinero,
recibir ese tratamiento allí. Mi hijo, de 38 años, trabaja ahora como
economista para una farmacéutica suiza.
¿Y qué le dice?
Pues que las multinacionales tienen sus acuerdos de investigación y de ventas. Las patentes tienen sus costes.
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