CASCARRABIA SE REAFIRMAENTRE LAS MUJERES
La murga portuense, junto con Trapaseros, Tiralenguas, Irónicos, Ferrusquentos, Risilocas y Puertopotras alcanzan la final de mañana del Concurso del Norte
Actuación de Cascarrabias
Delia Padrón
Lejos de bajar el nivel de las dos eliminatorias anteriores, la última fase del Concurso confirmó la evolución que vienen experimenando los grupos de la citada comarca. Nivel más que notable por el que la elección de las siete finalistas se convertía en un ejercicio de extremo afinamiento para el jurado. Ayer Cascarrabias demostró un gran equilibrio que le confirma en el pelotón de las mejores. Pero las otras tres, desde la puesta en escena de Ni Pa Tanto, pasando por las letras de Archicuerpos, y acbando con uas brillantes Apresuradas, no desentonaron hacer de la de anoche más completas.
La fase de ayer arrancó con casi una hora de retraso, y lo hizo con Ni Pa Tanto (Icod de Los Vinos), bajo la batuta de Ríchard López y con una fantasía de astronautas. Disfraz que aprovecharon para interpretar un primer tema subidos en un cohete subvencionado por el alcalde de su municipio y en el que analizaron diversos aspectos que afectan a la tierra. Tardaron demasiado en poner en órbita la nave y, por extensión, a su canción. Se regodearon mucho en las apreturas en su viaje interestelar, a lo que añadieron alguna debilidad vocal. Mejoraron con algunos pasajes como "la gravedad está en la tierra", "aumenta el nivel del agua y no es porque Falete esté en el mar"... Ironía al hablar de que "en España baja el paro" antes de meter con algo de calzador a un marciano que se pregunta por qué los humanos destruyen el planeta. Ganaron mucho en fuerza y autocrítica en la parte final, pese a desvirtuar la melodía.
En la presentación de su segundo tema admitieron que se avecinaba un cajón desastre. Con Sé lo que quiero y lo que no quiero trataron mil y un temas, y sin más hilo conductor que los dos corazones (positivo y negativo) que iban formando a modo de rompecabezas con los asuntos abordados. Partes flojas y repetitivas, otras no actualizadas (Respol), y otras de mayor calidad ("Pancho el mero se transformó en Manolo Artiles" y "el ayuntamiento de Icod hay que precintar , lleno de buitres y de hienas está"). Potencia musical para abordar los contratos precarios, los que se desviven por los demás sin cobrar un euro, y la corrupción, antes de un final a golpe de martillo, con la vena en el cuello. Un epílogo de fuerza que bien podrían haber firmado los Trapasones más críticos (con sílabas de más incluidas) y que sirvió para llegar a la grada.
Con el aval del tercero de interpretación logrado el año pasado y con el monaje musical del Zeta Zeta David Padilla, llegaron los locales Cascarrabias. Apuesta valiente la de su primera canción, dedicada integramente al problema del agua en su municipio generado por la empresa Aqualia. Asunto muy argumentado y desmenuzado, pero a la vez muy limitado que los ancló no solo al ámbito portuense sino que también convirtió la canción en un monotema. "Esta es la peor agua que hay en todo el Norte; porque nuestra Aqualia nos quiere envenenar", dijeron en varias ocasiones. Exhibieron unas voces descomunales (pese a algún tenor por encima del resto), tal vez con los pasajes más potentes de todo el concurso.
Mucho más comerciales en su segunda canción, en la que se vistieron de mimos callejeros, pero aquellos con carrera y que no han encontrado otro trabajo. Su arranque, en la figura de un vaquero del Oeste, pareció una oda a sus cualidades vocales, si bien por momentos se perdieron en contracantos. Eso sí, golpes frescos. Ganaron con el personaje tétrico que hace de Paulino y Coalición: "Por unas monedas, a la población serrucho". Papeles, estos dos, interpretados por Javi Lemus y Brito, director y showman respectivamente de Zeta Zetas. Más forzadas fueron la gitana Isabel Pantoja y el coletas Pablo Iglesias. Dejaron lo mejor para el final, una defensa a la cultura y a los artistas que "deben mendigar". Ahí, los de Javi El chileno volvieron a dar lustre a sus gargantas. Combinación perfecta para meterse en la final.
Superado el intermedio subió al escenario Archicuerpos, la única murga mixta en el concurso. Con Fabiola González al frente y con la difícil papeleta de mantener el nivel. Y la murga realejera no defraudó. Fieles a su estilo, cuidaron su entrada y mimaron el atrezzo en medio de su interpretación, a lo que unieron unas voces empastadas y potentes. Y, sobre todo, unas letras intensas y con mucho, mucho contenido. Sin apenas fisuras ni rellenos. Ayer demostraron que se sienten cómodos con la crítica más dura, pero siempre con una vuelta de tuerca en su planteamiento. Esta vez lo hicieron con un enfoque medieval para llamar al pueblo a la guerra contra "un gobierno corrupto", Rajoy, el retraso en la edad de jubilación, los recortes del PP, la ley mordaza, Gallardón... Fue tal su intensidad que por momentos les faltó respirar. "La solución está en tus manos; a la calle salir y juntos protestar", remataron.
Luego recordaron todo aquello que se ha extinguido en los últimos tiempos. Desde la credibilidad de Coalición y el Partido Popular, "los parajes más bonitos", "la educación y la sanidad", "el derecho a manifestar"... Como cantaron en su estrofa final no perdieron el honor (ni tampoco la fuerza en sus voces), pero sí dejaron de tener la garra de su tema previo para terminar de enganchar el pase a la final.
El cierre de las eliminatorias corrió a cargo de Apresuradas. Dirigidas por Inés Hernández no desentonaron en absoluto, demostrando que su pase a la final en 2014 no fue una casualidad. Afinadas de arriba a abajo y con una seguridad abrumadora, tiraron de entrada de cuentos populares para compararlos con casos de la actualidad. Quizá algo flojas con Caperucita (los niños secuestrados) y Los tres cerditos (desahucios), pero subieron el nivel con La bella durmiente (ley de dependencia), El patito feo (clichés de la sociedad), Cenicienta (explotación laboral), Pinocho (y lo que mienten los políticos; golpazo con "Linares no es por tí, la tuya vino siempre así")... Lo hicieron además con melodías frescas y más que reconocibles. Una letra magnífica a la que solo le falló la prisa de la murga, por momento atropellada en su dicción.
Algo más desordenadas, pero solo eso, en su segundo tema, en el que se vistieron de amas de llaves, cada una de estas de un color diferente (algunos parecieron un tanto forzados) y yendo siempre de menos a más. Arranque algo flojo (tarjetas black, el desahucio de Antonio y Berta, políticos imputados...). Les falló el volumen del micro de un solo que debía ser brillante con la llave verde, pero a partir de ahí pusieron argumentos más que suficientes para abrirse su particular puerta de final. Homenaje al cáncer de mama (rosa) y crítica al maltratador (morada). "La sonrisa en la vida la única llave que lo abre todo", sentenciaron.
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