CUANDO LA INFANCIA DUELE GRANADA HOY
50 niños recibieron el año pasado apoyo psicológico de Aldaima para superar situaciones conflictivas
Un total de 167 menores en situación de riesgo, o que sufren
alguna situación de violencia familiar, han podido sobreponerse en buena
parte a las secuelas psicológicas y han logrado superar en la medida de
sus posibilidades la vulnerabilidad frente al maltrato gracias a una
iniciativa municipal en marcha desde 2011 que se desarrolla en
colaboración con la asociación Aldaima. Sólo el año pasado, cincuenta
niños y adolescentes con edades comprendidas entre los 8 y los 16 años
han participado en este esperanzador programa denominado El camino hacia mi futuro.
El concejal de Familia y Bienestar Social, Fernando Egea, presentó ayer el balance del pasado ejercicio de esta iniciativa, cuyos objetivos son mejorar la autoestima y bienestar de los niños, conseguir que acepten su identidad e historia personal y familiar, establecer modelos adecuados y vínculos familiares y prevenir la transmisión generacional de los problemas y situaciones para evitar comportamientos violentos en el futuro.
"Desde los programas de intervención que se desarrollan en los Centros Municipales de Servicios Sociales Comunitarios y en los llamados Equipos de Tratamiento Familiar, nos encontramos a veces con contextos familiares de algunos menores que, en lugar de protegerles y servirles de plataforma para crecer y desarrollarse se convierten en una amenaza para su integridad física y psicológica, comprometiendo su bienestar y su desarrollo presente y futuro", explicó ayer el edil sobre las vías a través de las que se contacta con estos menores que luego se derivan al programa. "Son menores que han pasado por situaciones familiares muy adversas y traumáticas que han dejado una huella de dolor, inseguridad y desconfianza en ellos".
Como se puede esperar, el abanico de secuelas psicológicas es muy amplio e incluye desde síntomas ansioso-depresivos hasta miedos, problemas emocionales, dificultades de comprensión, bloqueos, comportamientos alterados, dificultades de atención y otras secuelas psicológicas derivadas de las distintas situaciones vividas, ya sean separaciones traumáticas, violencia física, abandono, rechazo por parte de iguales, acoso u otras cuestiones.
Karima El Harchi, responsable de Aldaima, aclaró sobre la metodología del programa que se trabaja en intervenciones tanto individuales como grupales, así como asesoramiento a padres y cuidadores. Los grupos se organizan por segmentos de edades: de un lado, niños de 8 a 10; de otro, los que tienen entre 11 y 13; y por último, los adolescentes de 14 a 16 años. Las sesiones terapéuticas son semanales y la intervención con cada grupo tiene una duración aproximada de un cuatrimestre. En todos los casos, las terapias son llevadas a cabo por psicólogos cualificados, con experiencia de trabajo en el área y con el colectivo al que se dirigen.
El concejal de Familia y Bienestar Social señaló la mejoría que experimentaron todos los menores que han participado de forma continuada, "aunque en algún caso los padres no han respondido como se esperaba". Con todos se han trabajado todos los contenidos previstos en la terapia, desde mejorar la estabilidad emocional a mejorar las relaciones familiares y dotarlos de estrategias para afrontar estas sitauciones.
La coordinación entre los equipos municipales y el equipo de asociación Aldaima es fundamental y permanente. Egea anunció ayer que durante 2015 gracias a la aportación económica municipal se garantiza la continuidad de este programa.
"Los niños perciben una mejora en su bienestar psicológico, mejora su autoconcepto y aprenden a integrar mejor su historia personal", explicaba ayer El Harchi sobre los beneficios que su observación y trato directo con los menores tratados le ha permitido comprobar.
El concejal de Familia y Bienestar Social, Fernando Egea, presentó ayer el balance del pasado ejercicio de esta iniciativa, cuyos objetivos son mejorar la autoestima y bienestar de los niños, conseguir que acepten su identidad e historia personal y familiar, establecer modelos adecuados y vínculos familiares y prevenir la transmisión generacional de los problemas y situaciones para evitar comportamientos violentos en el futuro.
"Desde los programas de intervención que se desarrollan en los Centros Municipales de Servicios Sociales Comunitarios y en los llamados Equipos de Tratamiento Familiar, nos encontramos a veces con contextos familiares de algunos menores que, en lugar de protegerles y servirles de plataforma para crecer y desarrollarse se convierten en una amenaza para su integridad física y psicológica, comprometiendo su bienestar y su desarrollo presente y futuro", explicó ayer el edil sobre las vías a través de las que se contacta con estos menores que luego se derivan al programa. "Son menores que han pasado por situaciones familiares muy adversas y traumáticas que han dejado una huella de dolor, inseguridad y desconfianza en ellos".
Como se puede esperar, el abanico de secuelas psicológicas es muy amplio e incluye desde síntomas ansioso-depresivos hasta miedos, problemas emocionales, dificultades de comprensión, bloqueos, comportamientos alterados, dificultades de atención y otras secuelas psicológicas derivadas de las distintas situaciones vividas, ya sean separaciones traumáticas, violencia física, abandono, rechazo por parte de iguales, acoso u otras cuestiones.
Karima El Harchi, responsable de Aldaima, aclaró sobre la metodología del programa que se trabaja en intervenciones tanto individuales como grupales, así como asesoramiento a padres y cuidadores. Los grupos se organizan por segmentos de edades: de un lado, niños de 8 a 10; de otro, los que tienen entre 11 y 13; y por último, los adolescentes de 14 a 16 años. Las sesiones terapéuticas son semanales y la intervención con cada grupo tiene una duración aproximada de un cuatrimestre. En todos los casos, las terapias son llevadas a cabo por psicólogos cualificados, con experiencia de trabajo en el área y con el colectivo al que se dirigen.
El concejal de Familia y Bienestar Social señaló la mejoría que experimentaron todos los menores que han participado de forma continuada, "aunque en algún caso los padres no han respondido como se esperaba". Con todos se han trabajado todos los contenidos previstos en la terapia, desde mejorar la estabilidad emocional a mejorar las relaciones familiares y dotarlos de estrategias para afrontar estas sitauciones.
La coordinación entre los equipos municipales y el equipo de asociación Aldaima es fundamental y permanente. Egea anunció ayer que durante 2015 gracias a la aportación económica municipal se garantiza la continuidad de este programa.
"Los niños perciben una mejora en su bienestar psicológico, mejora su autoconcepto y aprenden a integrar mejor su historia personal", explicaba ayer El Harchi sobre los beneficios que su observación y trato directo con los menores tratados le ha permitido comprobar.
Comentarios
Publicar un comentario