LA CIFRA DE FALLECIDOS POR EL SIESMO DE NEPAL REBASA YA 3.218 IDEAL.ES
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Es el último dato oficial proporcionado por la Policía nepalí al diario 'Ekantipur', mientras la cifra de heridos se mantiene en torno a los 6.000
Potentes réplicas
del devastador terremoto de magnitud 7,8 del sábado han sacudido Nepal
durante toda la jornada, provocando el pánico de los supervivientes de
una tragedia que ha dejado ya más de 3.218 muertos,
según datos proporcionados por la Policía nepalí al diario 'Ekantipur'.
Varios países han anunciado el envío de ayuda económica y equipos de
rescate a la zona.
Las réplicas, una de ellas de magnitud 6,7, se han producido durante la noche del sábado y en la mañana del domingo, obligando a la gente en la capital nepalí a pasar la noche a la intemperie o en tiendas de campaña. "La electricidad está cortada. Los sistemas de comunicación no funcionan, los hospitales están a reventar y falta sitio para conservar los cadáveres", ha explicado la responsable regional de Oxfam, Helen Szoke.
El terremoto ha dejado 2.430 víctimas mortales y en torno a 6.000 heridos, según el último balance del Centro nacional de Operaciones de emergencia difundido el domingo. Mientras, en India las autoridades estimaban en 67 el total de fallecidos y la televisión estatal china dijo que 18 personas habían muerto en la región del Tíbet. Se espera, no obstante, que el balance de víctimas siga creciendo, pues aún hay muchas zonas aisladas por el terremoto,
el peor que ha golpeado Nepal en los últimos 81 años. El temblor, de
hecho, cortó las autopistas de la capital y provocó daños en el
aeropuerto internacional, que tuvo que cerrar "por motivos de
seguridad".
En Katmandú, centenares de edificios se hundieron. La histórica torre Dharahara, una de las mayores atracciones turísticas de la ciudad, no resistió las sacudidas y sus nueve pisos se vinieron abajo dejando un montón de escombros y según la policía, cerca de 150 personas en el interior. Mientras los equipos de salvamento buscaban entre los escombros, muchos con la única ayuda de sus propias manos, los hospitales se veían desbordados por el número de afectados.
Muchos médicos atendían a los afectados, la mayoría con fracturas múltiples y traumatismos, en tiendas de campaña anexas, debido a la gran cantidad de ingresados en el centro, pero también porque muchas personas tenían miedo de entrar al edificio, explicó Samir Acharya, doctor en el Hospital neurológico Annapurna. La Cruz Roja mostró su preocupación por los habitantes de las zonas rurales aisladas cercanas al epicentro del terremoto. "Prevemos pérdidas en vidas humanas y daños materiales considerables", ha advertido Jagan Chapagain, director para Asia-Pacífico de la Federación internacional de sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR).
"Las carreteras están dañadas o bloqueadas por ríos de barros. Las comunicaciones están rotas, lo que nos impide contactar con las ramas locales de la Cruz Roja y obtener informaciones verídicas", explicó. "Hemos visto escenas terribles de destrucción, hospitales que han sido evacuados y pacientes atendidos en el suelo, casas y edificios demolidos y carreteras con grietas abiertas", narraba Eleanor Trinchera, coordinadora de Caritas Australia. Las primeras incineraciones en masa, para alejar el riesgo de enfermedades e infecciones, se hicieron en el distrito Pashupatinath de Katmandú.
Washinton desbloqueó una primera partida de un millón de dólares, seguido de Londres, con 5 millones de libras, Canadá, con cinco millones de dólares y la UE, con 3 millones de euros. Dos aviones rusos con equipos de salvamento debían salir de Rusia con con dirección a Nepla el domingo, según el ministerio de Situaciones de Emergencia.
Varias oenegés, como Médicos del Mundo, Handicap Internacional o Acción contra el Hambre, ya se encontraban sobre el terreno. Varios equipos compuestos de cirujanos, médicos, logistas y coordinadores habían partido o se preparaban para hacerlo, desde India, Bélgica, Japón o Francia, según Laurent Sury, responsable de los programas de emergencia de Médicos Sin Fronteras (MSF).
Las réplicas, una de ellas de magnitud 6,7, se han producido durante la noche del sábado y en la mañana del domingo, obligando a la gente en la capital nepalí a pasar la noche a la intemperie o en tiendas de campaña. "La electricidad está cortada. Los sistemas de comunicación no funcionan, los hospitales están a reventar y falta sitio para conservar los cadáveres", ha explicado la responsable regional de Oxfam, Helen Szoke.
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En Katmandú, centenares de edificios se hundieron. La histórica torre Dharahara, una de las mayores atracciones turísticas de la ciudad, no resistió las sacudidas y sus nueve pisos se vinieron abajo dejando un montón de escombros y según la policía, cerca de 150 personas en el interior. Mientras los equipos de salvamento buscaban entre los escombros, muchos con la única ayuda de sus propias manos, los hospitales se veían desbordados por el número de afectados.
Muchos médicos atendían a los afectados, la mayoría con fracturas múltiples y traumatismos, en tiendas de campaña anexas, debido a la gran cantidad de ingresados en el centro, pero también porque muchas personas tenían miedo de entrar al edificio, explicó Samir Acharya, doctor en el Hospital neurológico Annapurna. La Cruz Roja mostró su preocupación por los habitantes de las zonas rurales aisladas cercanas al epicentro del terremoto. "Prevemos pérdidas en vidas humanas y daños materiales considerables", ha advertido Jagan Chapagain, director para Asia-Pacífico de la Federación internacional de sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR).
"Las carreteras están dañadas o bloqueadas por ríos de barros. Las comunicaciones están rotas, lo que nos impide contactar con las ramas locales de la Cruz Roja y obtener informaciones verídicas", explicó. "Hemos visto escenas terribles de destrucción, hospitales que han sido evacuados y pacientes atendidos en el suelo, casas y edificios demolidos y carreteras con grietas abiertas", narraba Eleanor Trinchera, coordinadora de Caritas Australia. Las primeras incineraciones en masa, para alejar el riesgo de enfermedades e infecciones, se hicieron en el distrito Pashupatinath de Katmandú.
Ayudas
Las réplicas también provocaron nuevas avalanchas en el campamento base del Everest,
según montañistas presentes, justo después de que los helicópteros de
salvamento evacuasen a los heridos del alud del sábado, que mató al
menos a 18 personas. El Departamento de Turismo informó de que hay 61
heridos, la mayoría extranjeros, según Ang Tshering Sherpa, presidente
de la asociación nepalí de montañismo. La movilización de la comunidad
internacional empezó a sentirse este domingo. India desplegó 13 aviones de transporte militar cargados con comida, mantas y material humanitario. China anunció el envío de 62 socorristas con perros.Washinton desbloqueó una primera partida de un millón de dólares, seguido de Londres, con 5 millones de libras, Canadá, con cinco millones de dólares y la UE, con 3 millones de euros. Dos aviones rusos con equipos de salvamento debían salir de Rusia con con dirección a Nepla el domingo, según el ministerio de Situaciones de Emergencia.
Varias oenegés, como Médicos del Mundo, Handicap Internacional o Acción contra el Hambre, ya se encontraban sobre el terreno. Varios equipos compuestos de cirujanos, médicos, logistas y coordinadores habían partido o se preparaban para hacerlo, desde India, Bélgica, Japón o Francia, según Laurent Sury, responsable de los programas de emergencia de Médicos Sin Fronteras (MSF).
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