EN LA CUMBRE SIN UNA PIERNA IDEAL.ES
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La Fundación Deporte y Desafío ha formado a 19 nuevos profesores de esquí adaptado en Sierra Nevada | Salvador Navas será dentro de unas pocas semanas el único entrenador titulado de esquí con una extremidad amputada
«Mi cuerpo es mi mejor tarjeta de presentación». Lo dice el que será
en pocas semanas el único entrenador de esquí titulado con una pierna
amputada. Se llama Salvador Navas y ya está en la recta final para
obtener el título de Técnico Deportivo en Esquí Alpino de Nivel II.
Mientras tanto, estos días trabaja como formador de profesores de esquí
adaptado en el curso que imparte en Sierra Nevada la Fundación Deporte y
Desafío en colaboración con Cetursa y Laboratorios Rovi. Es la edición
número 23 de un ciclo gracias al cual se forma a personas que ya ejercen
como profesores de esquí de manera que puedan enseñar también a
personas con discapacidad tanto física como psíquica.
No es una tarea fácil. Si la responsabilidad del profesor ya es grande cuando tiene que enseñar a una persona sin discapacidad, aumenta exponencialmente cuando se trata de estos alumnos. Imaginen lo que supondría que una persona a la que le queda sólo una pierna sufriera una lesión grave en ella. Lo tiene muy claro Miguel Ángel García, uno de los 23 alumnos de esta edición. «Sientes más responsabilidad que en las otras clases, imagina que lesionas a alguien en su única pierna. Nos enseñan a valorarlo en el curso». Miguel lleva algunos años ejerciendo como profesor y este año ha querido dar el salto a esta modalidad. «El esquí es especial porque les permite hacer un deporte sin distinciones. Están al nivel de cualquier otro esquiador, algunos pasan pistas negras», comenta este profesor de la Escuela Nacional.
Una de las cosas que más llaman la atención de estos cursos es que no hay una discapacidad igual que otra. El concepto ‘adaptación’ adquiere aquí su mayor dimensión. Hay que aprender todo tipo de técnicas para poder llevar a una persona sin movilidad en las piernas, subida a una silla con esquís o tratar con un autista. Lo saben bien Chede, una profesora de la Escuela Oficial que este año se ha animado a formarse en esquí adaptado. «Esto te hace esforzarte todos los niveles pero es mas es gratificante. Es complejo, se diferencia sobre todo en que cada uno tiene una necesidad diferente y te tienes que adaptar. Durante el curso llegamos a ponernos en la situación de dificultad que tienen ellos. Esquiamos en silla, con una pierna…», comenta Chede.
Sierra Nevada lleva años siendo un referente en el esquí adaptado. Son esporádicos los casos en los que se han realizado este tipo de cursos en otras estaciones españolas hasta el punto de poder afirmarse que si se quiere ser profesor de esquí adaptado hay que pasar por la estación granadina. Buena culpa de ello la tiene Eduardo Perujo, responsable de estos cursos en la Fundación Deporte y Desafío. Según explica ‘Duby’, que es como se le conoce en Sierra Nevada, la demanda es alta y siempre se cubren las plazas. «Este año hemos vuelto a acoger gente de otras estaciones. El requisito para poder realizar la formación es estar, al menos, en posesión del título de Técnico Deportivo en Esquí Alpino de nivel uno», explica el especialista.
Tras la primera fase de aprendizaje, los alumnos han pasado a realizar prácticas y terminarán su formación en los próximos días.
No es una tarea fácil. Si la responsabilidad del profesor ya es grande cuando tiene que enseñar a una persona sin discapacidad, aumenta exponencialmente cuando se trata de estos alumnos. Imaginen lo que supondría que una persona a la que le queda sólo una pierna sufriera una lesión grave en ella. Lo tiene muy claro Miguel Ángel García, uno de los 23 alumnos de esta edición. «Sientes más responsabilidad que en las otras clases, imagina que lesionas a alguien en su única pierna. Nos enseñan a valorarlo en el curso». Miguel lleva algunos años ejerciendo como profesor y este año ha querido dar el salto a esta modalidad. «El esquí es especial porque les permite hacer un deporte sin distinciones. Están al nivel de cualquier otro esquiador, algunos pasan pistas negras», comenta este profesor de la Escuela Nacional.
Una de las cosas que más llaman la atención de estos cursos es que no hay una discapacidad igual que otra. El concepto ‘adaptación’ adquiere aquí su mayor dimensión. Hay que aprender todo tipo de técnicas para poder llevar a una persona sin movilidad en las piernas, subida a una silla con esquís o tratar con un autista. Lo saben bien Chede, una profesora de la Escuela Oficial que este año se ha animado a formarse en esquí adaptado. «Esto te hace esforzarte todos los niveles pero es mas es gratificante. Es complejo, se diferencia sobre todo en que cada uno tiene una necesidad diferente y te tienes que adaptar. Durante el curso llegamos a ponernos en la situación de dificultad que tienen ellos. Esquiamos en silla, con una pierna…», comenta Chede.
‘Resetear’ a los alumnos
Uno de los casos más significativos es el de Salva Navas, único
profesor de España que también sufre una discapacidad, al igual que sus
alumnos. Él reconoce que su situación le reporta ventajas a la hora de
darles clase pero también inconvenientes. «Hablamos el mismo idioma.
Conozco sus miedos porque yo pasé por lo mismo, pero también se cuando
me están engañando», explica el técnico. En ocasiones se da el caso de
personas que quieren retomar el esquí porque ya lo practicaban antes de
sufrir la lesión y se sienten mal porque entienden que lo deberían hacer
mejor. «No para de justificarse y yo trato de ‘resetearlos’ para
empezar desde cero. Yo también esquiaba antes de la amputación», dice
Salva, que también pone el acento en la utilidad de su ejemplo. «No es
sólo poder enseñarlos a esquiar, se trata de que comprueben que también
ellos pueden llegar a estar al otro lado, como técnicos o entrenadores.
Creo que esto les aporta mucho», comenta este profesor de la Escuela
Oficial. Sierra Nevada lleva años siendo un referente en el esquí adaptado. Son esporádicos los casos en los que se han realizado este tipo de cursos en otras estaciones españolas hasta el punto de poder afirmarse que si se quiere ser profesor de esquí adaptado hay que pasar por la estación granadina. Buena culpa de ello la tiene Eduardo Perujo, responsable de estos cursos en la Fundación Deporte y Desafío. Según explica ‘Duby’, que es como se le conoce en Sierra Nevada, la demanda es alta y siempre se cubren las plazas. «Este año hemos vuelto a acoger gente de otras estaciones. El requisito para poder realizar la formación es estar, al menos, en posesión del título de Técnico Deportivo en Esquí Alpino de nivel uno», explica el especialista.
Tras la primera fase de aprendizaje, los alumnos han pasado a realizar prácticas y terminarán su formación en los próximos días.
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