En España podría haber más de 10 millones de hipertensos y cerca de 650.000 no responden a los fármacos. La denervación renal puede ser la solución
Se calcula que en España existen unos 650.000 pacientes que sufren hipertensión arterial refractaria. Se trata de una clase de esta patología en la que, a pesar de la administración de 3 ó más fármacos en dosis adecuadas, las cifras de tensión arterial permanecen elevadas por encima de 160/90 mm de Hg.
El porcentaje de pacientes refractarios (que no responden) al tratamiento médico oscila según comunidades, pero la media se sitúa alrededor del 10% del total de los hipertensos.
Para este tipo de casos que no responden al tratamiento farmacológico, un equipo de especialistas de la Clínica Universidad de Navarra ha realizado con éxito un nuevo tratamiento, cuya eficacia y seguridad ha sido avalada durante más de tres años por diversos estudios clínicos internacionales.
El procedimiento consiste en la aplicación de radiofrecuencia en el perímetro interno de las dos arterias renales.
«Los impactos de radiofrecuencia consiguen lesionar y, por tanto, interrumpir la conducción nerviosa a través de los nervios localizados alrededor de las arterias renales (denervación renal), causante de la perpetuación de la hipertensión arterial elevada que no responde al tratamiento convencional mediante fármacos», describe el doctor José Calabuig, especialista del departamento de Cardiología y Cirugía Cardiaca de la Clínica Universidad de Navarra.
El procedimiento de denervación renal no requiere anestesia general –sólo sedación–, ni cirugía abierta, ya que se realiza por cateterismo mediante punción en la arteria femoral. El ingreso hospitalario es de entre 24 y 48 horas tras la intervención.
Segín subraya el especialista, «una hipertensión mal controlada y prolongada en el tiempo puede provocar efectos perniciosos agudos y crónicos. Entre los primeros figuran la hemorragia cerebral, la disección de la aorta, las arritmias paroxísticas (no permanentes) y, como consecuencia de estas, las embolias, entre otros».
Consecuencias muy graves
En la descripción de los efectos crónicos, el facultativo se detiene en los cardiovasculares, entre los que destaca «la hipertrofia (engrosamiento) del ventrículo izquierdo que puede ocasionar, además de arritmias por fibrilación auricular permanente, con los años, insuficiencia cardiaca debida al fallo de este ventrículo».
Otro riesgo importante es la afectación que provoca la hipertensión en el sistema arterial. «Si todo el sistema cardiovascular está sometido a una presión importante, la consecuencia puede traducirse en una disfunción de la pared arterial. Esta alteración permitiría que en dichas paredes se asiente la arteriosclerosis, entre ellas las más graves, la coronaria y la cerebral, origen de anginas de pecho, infartos demiocardio y de muerte súbita, así como de infartos cerebrales y/o embolias cerebrales, respectivamente».
Además, la arteriosclerosis puede provocar, sumada a otros factores de riesgo (diabetes, tabaco, colesterol alto), una vasculopatía periférica (acumulación de placa de ateroma: grasa, colesterol, etc., en los vasos que riegan las extremidades, con la consiguiente obstrucción progresiva de las arterias).
A la vista de las secuelas que pueden resultar de la hipertensión arterial, el doctor Calabuig concluye que el nuevo procedimiento de denervación renal «representa un éxito importante en el tratamiento de este tipo de hipertensión de difícil control».
Por último, el cardiólogo de la Clínica Universidad de Navarra destaca que, en los estudios internacionales desarrollados, se ha observado que en los pacientes tratados mediante denervación renal para la hipertensión refractaria y que además padecían diabetes, «se produce una mejoría de dicha afección, lo mismo que en aquellos pacientes con apnea del sueño, por lo que la nueva técnica puede valorarse como muy esperanzadora».
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