Lo que determina el grado de mejora es la forma y la conectividad funcional del hipocampo, un área del cerebro crítica para la formación de la memoria
Ni el cociente intelectual ni las habilidades numéricas, indicadores tradicionales del aprendizaje, tienen que ver con el progreso en matemáticas. Algo «sorprendente» según Kaustubh Supekar, investigador de la Universidad de Stanford (EE UU) que ha liderado el estudio publicado en la revista 'PNAS'.
«Aunque se reconoce universalmente que la adquisición de habilidades matemáticas es esencial para el éxito profesional, sabemos muy poco acerca de por qué algunas personas adquieren estas aptitudes más rápido y mejor que los demás», explica el investigador.
El experimento
Antes de participar en el programa de tutoría de ocho semanas, a cada niño se le hicieron pruebas estandarizadas que evalúan el coeficiente intelectual y las habilidades de lectura y matemáticas, además de una resonancia magnética funcional.
Los expertos observaron mejoras en la velocidad, la precisión y la eficiencia del rendimiento en matemáticas después de las clases, con progresos que fueron más destacados en algunos alumnos que en el resto, como era de esperar. Sin embargo, hubo otros resultados que les parecieron menos predecibles.
Donde se forma la memoria
Lo que determina el grado de mejora es la forma y la conectividad funcional del hipocampo –un área del cerebro crítica para la formación de la memoria–, que «desempeña un papel fundamental en la determinación de cuánto y cómo el niño aprende matemáticas», subraya Supekar.
Ahora, estos hallazgos pueden ayudar a explicar por qué algunos niños se benefician más de las tutorías que otros. Según concluyen los autores, el trabajo aumentará las posibilidades de identificar a los alumnos que requieren enfoques pedagógicos alternativos o una tutoría intensiva.
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