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La 'Suerte de Fuente Alta' es una de las mejores opciones para disfrutar sin esquís
14.02.14 - 00:01 -
No son pocos los que abandonan la montaña tras una experiencia frustrante con los esquís o el snowboard. Y es que no hay duda de que el aprendizaje de estos deportes a veces se hace duro, especialmente a edades más avanzadas. Tras una jornada de constantes caídas y pocos metros, o ninguno, deslizando, no son pocos los que terminan diciendo «esto no es para mí». El esfuerzo merece la pena porque la recompensa será grande, pero muchos dicen adiós para siempre y, con ello, quizá se pierdan también el resto de experiencias que brindan la montañas nevadas. Afortunadamente existen otras alternativas cómodas con las que poder adentrarse en la montaña desde el primer día, una de las más agradables es andar con raquetas de nieve.
El uso de las raquetas de nieve es incluso anterior al de los esquís. Se cree que se usaban hace 4.000 años en el Cáucaso y ya el historiador griego Jenofonte habla de ellas en su obra 'Anábasis'. Tan simples como eficaces, son la forma más sencilla de avanzar a pie por terrenos nevados y permiten realizar agradables paseos de iniciación en montaña. Sin duda, pueden ser la mejor opción para comenzar a descubrir Sierra Nevada.
Pero ojo, su sencillez no debe llevar a equívocos. A pesar de su belleza y aparente tranquilidad, la montaña en invierno es compleja y siempre es preciso adentrarse en ella con los conocimientos oportunos. De lo contrario, cualquier incursión debe hacerse de la mano de profesionales.
Con la nieve recién caída de los últimos días, una de las mejores opciones para iniciarse con las raquetas es el paraje de Fuente Alta o, mejor dicho, la 'Suerte de Fuente Alta'.
Viaje al pasado
Las suertes eran los emplazamientos en los que antiguamente se desarrollaban formas de vida en Sierra Nevada. Se trataba de asentamientos de campesinos ubicados a muchos metros de altura donde practicaban la agricultura y la ganadería durante el verano y la primavera. Para los agricultores de pueblos cercanos a la actual estación de esquí, como Monachil, era habitual pasar largas temporadas cultivando la tierra en estos emplazamientos y cultivar en las zonas bajas durante el frío invierno. Esos asentamientos de alta montaña eran conocidos como suertes y todavía es posible ver los restos de algunas de estas chozas a lo largo de Sierra Nevada.
El de Fuente Alta se ha reconstruido para ser usado como museo etnográfico y cuenta con todo tipo de aperos de labranza, establo y demás materiales explicativos. Se encuentra a muy poca distancia de Pradollano y se puede acceder dejando el coche en el aparcamiento del kilómetro 31 de la carretera de acceso a la estación.
Experiencia 'nórdica'
En invierno, y especialmente después de las nevadas, el paraje de Fuente Alta se convierte en un lugar que parece sacado de un cuento. La casa museo está rodeada por un bosque de pinos a través del cual discurren varios senderos de manera circular. Debidamente equipados con raquetas y ropa adecuada, el paseo hasta Fuente Alta es una experiencia que parece más propia de los bosques nórdicos que de estas latitudes. Si se es paciente, es posible incluso ver animales como zorros y cabras monteses.
Para las personas que deseen realizar la ruta con guías especializados existen empresas que realizan visitas que incluso ofrecen almuerzo en el interior de la casa. Es posible contratarlo a través de Cetursa Sierra Nevada (902708090). También hay rutas a caballo. En verano el paraje es cada vez más conocido por su circuito de bicicleta de montaña.
Tanto para esquiadores como para no iniciados, una sencilla excursión con raquetas puede ser la opción más sencilla y económica con la que enamorarse, una vez más, de Sierra Nevada.
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