LA SALUD IDEAL
Cansancio y somnolencia son dos síntomas típicos de un resfriado, y es que de alguna manera los procesos virales inducen al organismo a responder con un aumento del sueño. Además, descansar cuando estamos resfriados ayuda al sistema inmune a superar la infección, nuestras defensas trabajan mejor cuando reposamos, y la creencia sobre la influencia positiva del sueño en la recuperación, está demostrada científicamente en la actualidad.
Sin embargo durante los resfriados dormir es una tarea difícil, los síntomas como la congestión nasal o la tos, no nos permiten conciliar o mantener el sueño como nos gustaría, y en ocasiones la medicina no parece funcionar cuando más la necesitamos.
Existen una serie de medidas naturales que pueden resultar eficaces cuando el resfriado se encuentra en su punto álgido. El síntoma que más interfiere para un buen sueño es la obstrucción nasal por un exceso de mucosidad, para ello el “truco casero” más antiguo que existe es la inhalación de vahos que resultan de hervir agua y añadir eucalipto. Este recurso resulta infalible para despejar las vías altas justo antes de ir a dormir. También dormir semi incorporados nos puede ayudar a respirar mejor, los somieres articulados eléctricos de Grupo Lo Monaco están especialmente recomendados para adoptar posiciones que requieren diferentes planos posturales. Si no disponemos de este tipo de base, pueden utilizarse almohadas y almohadones adicionales para mantenernos semi acostados.
Un bajo nivel de humedad en la habitación, puede hacer que se agraven los síntomas del resfriado durante la noche, por ello y para mantener un ambiente óptimo, puede resultar útil un humidificador en el dormitorio, que hidrate las vías respiratorias, evitando picores en la garganta y obstrucción nasal.
Los episodios de tos persistente que se producen durante los resfriados, son enemigos feroces del sueño. Existe una creencia popular muy extendida que atribuye propiedades antitusivas y mucolíticas a la cebolla, por eso nuestras madres recomiendan poner media cebolla partida en la mesita de noche, para que el durmiente no tosa. A falta de estudios científicos que demuestren la efectividad del remedio, son muchos los que han probado (y olido) y aseguran que funciona.
Y un último consejo, una cena de sopa de pollo y verduras, además de reconfortar el estómago, hidrata la mucosa de la garganta y tiene propiedades antiinflamatorias, reduce la mucosidad y los accesos de tos.
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