GRANADA HOY
Tres colectivos gritan sus protestas al pleno en la puerta del Ayuntamiento Los temas: los perros, Santa Adela y la precariedad laboral
El debate municipal que se celebró ayer en el Ayuntamiento de Granada tuvo dos escenarios: uno en el primer piso del edificio consistorial, cubierto de moquetas rojas, y otro en la planta baja... bajo la lluvia. Mientras en la primera planta, el equipo de gobierno y los miembros de la oposición se afanaban por debatir sobre edificaciones en suelo no urbanizable, alineaciones en parcelas o subvenciones a las asociaciones de vecinos, en la planta baja un nutrido grupo del sindicato CGT desplegaba su tienda de campaña.
El sindicato denuncia los impagos de más de cuatro meses de la empresa Fábricas y Drenajes, encargada del mantenimiento de los edificios municipales, con su plantilla de trabajadores. El problema se ha visto agravado ya que la empresa ha despedido a un compañero por reclamar los salarios atrasados, dicen.
Por si los gritos de los compañeros pasaban desapercibidos en el salón de plenos, un par de miembros del sindicato decidió subir a la primera planta del edificio consistorial y desplegar una pancarta con sus quejas, una reivindicación que duró poco, justo lo que tardó el alcalde en pedir a los policías que desalojaran a los dos hombres.
"El alcalde no puede mirar para otro lado, por eso nos concentramos, para pedir al Ayuntamiento que no permita que con dinero público se explote y se despida a los trabajadores", apuntaron desde el sindicato.
Terminado su turno el escenario de la Plaza del Carmen acogió a otro colectivo enojado. Esta vez, las asociaciones granadinas de Protección Animal unidas en la Plataforma contra una Ordenanza Animal Justa. Y estos no venían solos, se llevaron a todos sus canes y mascotas para poner de relieve su rechazo a la citada ordenanza, un texto que, tal y como se explica en la página contigua, prohibe tener en casa más de tres gatos y perros así como pasear a perros de más de 20 kilos sin bozal.
Durante su protesta, que coincidió con el encendido debate en el salón de la primera planta, los manifestantes rechazaron que la ordenanza penalice a los ciudadanos que albergan en sus domicilios a animales abandonados y a quienes libremente decidan tener más de tres animales en casa "aunque ello no suponga molestia o riesgo para los vecinos", lamentan.
"Abogamos por la educación, no por la prohibición. Exigimos campañas de concienciación en pro de los derechos de los animales, a favor de la adopción y contra el abandono. Nos quitan puntos importantes de la anterior ordenanza como la posibilidad de poder viajar en transporte público con mascotas y la prohibición de vender animales de crianza en domicilios particulares. Así como no poder hacer criar a su animal más de una vez, ya que si no estaría considerado centro de cría", explican en su manifiesto.
A los sindicalistas y a los perros se unió por último el colectivo de los zombis. Los vecinos del barrio de Santa Adela fueron los más originales en su protesta. Aprovechando las fechas, decidieron disfrutar del Carnaval y utilizar la fiesta para llamar la atención sobre la situación de inhabitabilidad que viven en sus casas. Con esta terrorífica puesta en escena quisieron escenificar que el Ayuntamiento ha dejado "muerto" el proyecto de rehabilitación de las viviendas de la zona tras haber ejecutado solo dos de las cinco fases previstas al quedarse sin dinero para seguir adelante con el proyecto.
Fue la más festiva de las reivindicaciones. Partió a las once de la mañana del Zaidín e incluyó un concurso de disfraces de zombis entre los participantes.
Arriba, en la primera planta, el debate político se desarrolló ajeno a los contrariados vecinos. El debate se cerró sin que se le diera la palabra a la Plaza del Carmen. Por eso la tomaron ellos.
El sindicato denuncia los impagos de más de cuatro meses de la empresa Fábricas y Drenajes, encargada del mantenimiento de los edificios municipales, con su plantilla de trabajadores. El problema se ha visto agravado ya que la empresa ha despedido a un compañero por reclamar los salarios atrasados, dicen.
Por si los gritos de los compañeros pasaban desapercibidos en el salón de plenos, un par de miembros del sindicato decidió subir a la primera planta del edificio consistorial y desplegar una pancarta con sus quejas, una reivindicación que duró poco, justo lo que tardó el alcalde en pedir a los policías que desalojaran a los dos hombres.
"El alcalde no puede mirar para otro lado, por eso nos concentramos, para pedir al Ayuntamiento que no permita que con dinero público se explote y se despida a los trabajadores", apuntaron desde el sindicato.
Terminado su turno el escenario de la Plaza del Carmen acogió a otro colectivo enojado. Esta vez, las asociaciones granadinas de Protección Animal unidas en la Plataforma contra una Ordenanza Animal Justa. Y estos no venían solos, se llevaron a todos sus canes y mascotas para poner de relieve su rechazo a la citada ordenanza, un texto que, tal y como se explica en la página contigua, prohibe tener en casa más de tres gatos y perros así como pasear a perros de más de 20 kilos sin bozal.
Durante su protesta, que coincidió con el encendido debate en el salón de la primera planta, los manifestantes rechazaron que la ordenanza penalice a los ciudadanos que albergan en sus domicilios a animales abandonados y a quienes libremente decidan tener más de tres animales en casa "aunque ello no suponga molestia o riesgo para los vecinos", lamentan.
"Abogamos por la educación, no por la prohibición. Exigimos campañas de concienciación en pro de los derechos de los animales, a favor de la adopción y contra el abandono. Nos quitan puntos importantes de la anterior ordenanza como la posibilidad de poder viajar en transporte público con mascotas y la prohibición de vender animales de crianza en domicilios particulares. Así como no poder hacer criar a su animal más de una vez, ya que si no estaría considerado centro de cría", explican en su manifiesto.
A los sindicalistas y a los perros se unió por último el colectivo de los zombis. Los vecinos del barrio de Santa Adela fueron los más originales en su protesta. Aprovechando las fechas, decidieron disfrutar del Carnaval y utilizar la fiesta para llamar la atención sobre la situación de inhabitabilidad que viven en sus casas. Con esta terrorífica puesta en escena quisieron escenificar que el Ayuntamiento ha dejado "muerto" el proyecto de rehabilitación de las viviendas de la zona tras haber ejecutado solo dos de las cinco fases previstas al quedarse sin dinero para seguir adelante con el proyecto.
Fue la más festiva de las reivindicaciones. Partió a las once de la mañana del Zaidín e incluyó un concurso de disfraces de zombis entre los participantes.
Arriba, en la primera planta, el debate político se desarrolló ajeno a los contrariados vecinos. El debate se cerró sin que se le diera la palabra a la Plaza del Carmen. Por eso la tomaron ellos.
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