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La lluvia no impide largas colas para acceder a la tumba del capuchino
En el 58 aniversario de la muerte de Fray Leopoldo, como cada 9 de febrero, las inmediaciones de los Jardines del Triunfo se llenan de devotos del capuchino, deseosos de visitar su tumba. A la una y cuarenta minutos del 9 de febrero de 1956 fray Leopoldo fallecía, después de tres años de enfermedad, desde que caía por las escaleras de una casa a la que había acudido a pedir limosna. Desde entonces miles de personas acuden diariamente a ver la tumba donde descansan los restos del fraile capuchino, en especial los días 9 de cada mes.
Desde la mañana temprano han ido llegando devotos, siendo muchos los autobuses que entraban en Granada con los grupos organizados en numerosos pueblos de Andalucía, sobre todo en las provincias de Málaga, Córdoba y Sevilla. Miles de personas a las que no importa nada el estar de pie durante mucho tiempo en la cola, ni tampoco tener que soportar la lluvia, presente todo el día. Y es que el mal tiempo no ha sido obstáculo para que un año más se originen las kilométricas colas que, en algunos momentos, han llegado incluso a la placeta de la ermita de San Isidro.
En 1961 se inició su proceso de beatificación y canonización, cuya causa quedaba introducida en 1982. El 15 de marzo de 2008, Benedicto XVI lo declaró Venerable y, por decreto del mismo Papa, fue beatificado en Granada el 12 de septiembre de 2010. Los responsables del convento capuchino muestran su satisfacción por la creciente devoción que Fray Leopoldo tiene. “Este año ha venido más gente que nunca. El hecho de que el día 9 de febrero haya caído en domingo ha incrementado el número de visitantes, y eso que ha hecho mal tiempo”.
No faltan tampoco los vendedores de flores ni los puestos de venta de medallas, estampas, velas o rosarios con el rostro del conocido beato. Las flores eran el producto más demandado, sobre todo por la tradición de muchos de pasarlas por el frío mármol de la sepultura del capuchino para luego llevárselas a casa o acercárselas a personas que no pudieron desplazarse hasta Granada. “Desde la beatificación en el año 2010 cada vez crece el número de visitantes y devotos, llegando gente desde puntos muy distantes”, indican los capuchinos que ayer comentaban una y otra vez múltiples detalles relacionados con la vida de un hombre que, a pesar de los años transcurridos ya desde su fallecimiento, cada vez es más santo para los granadinos. De hecho, se estima que la tumba de Fray Leopoldo es el lugar que, diariamente, más visitas recibe en Granada, tras la Alhambra.
La festividad del beato Fray Leopoldo no solo se celebra en Granada, sino también en otras localidades donde se le da ya culto al fraile, especialmente en las provincias de Málaga, Almería y Granada. En localidades andaluzas, como Sanlucar de Barrameda o algunos pueblos de la serranía malagueña, ya incluso se celebran procesiones con la imagen del querido capuchino.
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