LA PELEA DE CAN ENA CONTRA EL AGUA
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Ya ha comenzado el proceso para la adjudicación de las obras que encauzarán el arroyo, que además de inundaciones, causa ya grietas preocupantes
Es un problema histórico. Cuando llega la época de lluvias fuertes,
una zona de Canena se inunda. En 2009 llegaron a retirar 70 camiones de
lodo tras unas horas de lluvia torrencial en el mes de septiembre. Pero
el problema, después de tantos años, y de intervenciones que han sido
más bien 'parches', ha ido creciendo y se ha convertido en algo más
serio, hasta el punto de que «tenemos el temor de que algún día se
produzca un hundimiento de tierra como ocurrió hace meses en Pozo
Alcón», confiesa el alcalde de Canena, José Carlos Serrano (IU).
Todo viene motivado por el desbordamiento constante del arroyo de La Yedra, que a su vez, tiene su origen en la construcción de la autovía, que canalizó todo el paso de agua, así como en el tipo de terreno de esta zona, «muy bueno para la agricultura, pero que provoca muchos problemas», según lo describe el alcalde.
Ya no hace falta que lleguen las lluvias fuertes para que los problemas salgan a flote cada dos por tres. Concretamente, el Ayuntamiento tiene contabilizadas 50 viviendas afectadas, de dos barrios situados a los márgenes del arroyo, que sufren grietas en las paredes o rotura de tuberías, y cauce abajo, también el balneario de Canena, situado también en un margen del río, sufre los mismos problemas. «Hace poco que se construyó una residencia de ancianos, que tomaron la precaución de pilotar el terreno, pero a la larga puede verse afectada», continua Serrano. En un tramo del cauce del río, «el agua ha abierto un barranco de 20 metros de profundidad, por 5 o 6 metros de ancho».
Aún así, con todo este panorama, el alcalde puede decir, después de todo un año de reivindicaciones, que se siente «aliviado» y «contento». El pasado miércoles mantuvo una reunión con el subdelegado del Gobierno, Juan Lillo, quien le informó de la puesta en marcha del proceso administrativo para la adjudicación de las obras, por valor de un millón de euros (repartidos entre varios pueblos con problemas de inundaciones), que permitirán el encauzamiento del arroyo, en todo el tramo que afecta a los dos barrios de viviendas.
Las competencias recaen en la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), dependiente del Gobierno, que será quien adjudique las obras. «Nos han trasladado que se agilizará el proceso todo lo posible, con la idea de que entre febrero y marzo del año que viene estén ya las máquinas trabajando». «Además, también nos han asegurado que a lo largo de 2015 adjudicarán una segunda fase, cauce abajo, para encauzar la zona más cercana al balneario», continua explicando Serrano.
La primera de las actuaciones lleva anunciada desde el año 2013, y debía de haberse ejecutado en este 2014. Este retraso ha provocado que el alcalde haya enviado cartas tanto a la Confederación como a la Subdelegación del Gobierno; que junto a los vecinos hayan organizado protestas, y que el pasado mes de octubre fueran recibidos por el Defensor del Pueblo andaluz, para explicarles en directo su situación. «Sabemos que trasladó el caso al Defensor del Pueblo a nivel nacional, para intentar buscar una solución, que al fin, parece que ha llegado».
Todo viene motivado por el desbordamiento constante del arroyo de La Yedra, que a su vez, tiene su origen en la construcción de la autovía, que canalizó todo el paso de agua, así como en el tipo de terreno de esta zona, «muy bueno para la agricultura, pero que provoca muchos problemas», según lo describe el alcalde.
Ya no hace falta que lleguen las lluvias fuertes para que los problemas salgan a flote cada dos por tres. Concretamente, el Ayuntamiento tiene contabilizadas 50 viviendas afectadas, de dos barrios situados a los márgenes del arroyo, que sufren grietas en las paredes o rotura de tuberías, y cauce abajo, también el balneario de Canena, situado también en un margen del río, sufre los mismos problemas. «Hace poco que se construyó una residencia de ancianos, que tomaron la precaución de pilotar el terreno, pero a la larga puede verse afectada», continua Serrano. En un tramo del cauce del río, «el agua ha abierto un barranco de 20 metros de profundidad, por 5 o 6 metros de ancho».
Aún así, con todo este panorama, el alcalde puede decir, después de todo un año de reivindicaciones, que se siente «aliviado» y «contento». El pasado miércoles mantuvo una reunión con el subdelegado del Gobierno, Juan Lillo, quien le informó de la puesta en marcha del proceso administrativo para la adjudicación de las obras, por valor de un millón de euros (repartidos entre varios pueblos con problemas de inundaciones), que permitirán el encauzamiento del arroyo, en todo el tramo que afecta a los dos barrios de viviendas.
Las competencias recaen en la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), dependiente del Gobierno, que será quien adjudique las obras. «Nos han trasladado que se agilizará el proceso todo lo posible, con la idea de que entre febrero y marzo del año que viene estén ya las máquinas trabajando». «Además, también nos han asegurado que a lo largo de 2015 adjudicarán una segunda fase, cauce abajo, para encauzar la zona más cercana al balneario», continua explicando Serrano.
La primera de las actuaciones lleva anunciada desde el año 2013, y debía de haberse ejecutado en este 2014. Este retraso ha provocado que el alcalde haya enviado cartas tanto a la Confederación como a la Subdelegación del Gobierno; que junto a los vecinos hayan organizado protestas, y que el pasado mes de octubre fueran recibidos por el Defensor del Pueblo andaluz, para explicarles en directo su situación. «Sabemos que trasladó el caso al Defensor del Pueblo a nivel nacional, para intentar buscar una solución, que al fin, parece que ha llegado».
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