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La finalización de los trabajos estaba prevista para hoy, pero se retrasarán debido a varias complicaciones
A los comerciantes de la calle San Antón no les salen las cuentas. Al descenso generalizado del consumo se han sumado los estragos provocados en sus cajas registradoras por las obras de renovación de tuberías, que mantienen la calle cortada al tráfico desde el pasado 2 de septiembre. Precisamente hoy, día 10 de octubre, era el día marcado en el calendario por el Ayuntamiento para la finalización de los trabajos. Pero varias complicaciones imprevistas han obligado a demorar la reapertura de la vía, sin que la empresa encargada de las obras, Acciona, haya precisado al Consistorio la nueva fecha exacta para el fin de obras. No obstante, se espera que lo haga en breve.
Plazos al margen, los empresarios instalados en esta céntrica vía han cerrado un septiembre 'horribilis', marcado por una bajada de ventas que achacan a las obras. La calzada central permanece levantada y flanqueada a ambos lados por vallas de obras forradas por una tela verde opaca. Esta tela impide ver desde una acera lo que hay en la otra y cruzar la calle. Y esta es, precisamente, una de las principales quejas de los comerciantes: su invisibilidad. Sus potenciales clientes no ven los escaparates de sus establecimientos. Conscientes de la necesidad de los trabajos, piden que se agilice el ritmo de la intervención para evitar que sus pérdidas aumenten.
«Una obra siempre produce quejas», indica Mari Ángeles Costa, gerente de Aeca, la Asociación de Empresarios del Comercio de Cáceres. Algunos de los asociados a este colectivo lamentan que la intervención haya coincidido, precisamente, con el arranque de la temporada otoño-invierno. La campaña de renovación de tuberías arrancó el pasado 10 de julio con un plazo de ejecución de tres meses. Las máquinas estuvieron primero en la calle Clavellina y después, ya en el mes de septiembre, se trasladaron hasta San Antón, una calle que conecta el Paseo de Cánovas con el parking de obispo Galarza y que, además, sirve de entrada al casco viejo cacereño.
«La obra nos ha hecho polvo el mes de septiembre. En lugar de haber empezado por Clavellina deberían haber comenzado por aquí. O si lo tienen que hacer ahora, que se trabaje mañana y noche y se intente agilizar lo máximo posible. No podemos estar dos meses con la calle como la tenemos», lamenta Raquel Montes, copropietaria de la tienda de moda Saks.
«Lo que queremos es que agilicen lo máximo posible las obras. Los turistas bajan por la otra acera y no nos ven», indica desde la tienda Roppa una de sus empleadas, Yolanda Fondón. El establecimiento está situado en la esquina de la calle San Antón y Alzapiernas.
«Las obras hay que hacerlas y, además, dan empleo a los albañiles. Pero creo que se están alargando demasiado. Al tratarse de una calle principal, deberían hacer dos turnos de trabajo», apunta Pilar Pérez desde la administración de loterías ubicada junto al Gran Teatro.
La calle Parras estuvo cortada al tráfico del 2 al 13 de septiembre. Pero, a pesar de su reapertura, el cierre de San Antón perjudica colateralmente a los negocios instalados en la vía. «San Antón es nuestro paso natural. Todos los días nos llaman clientes cabreados porque no son capaces de llegar hasta el hotel. Algunos cancelan la reserva. Nuestras pérdidas ascienden a 7.000 euros», calcula Jorge Sánchez, director del hotel AH Ágora.
Las obras se han demorado por dos circunstancias sobrevenidas. En San Antón los operarios se han topado con un cable de la red telefónica que no esperaban y en Sánchez Herrero ha surgido un problema con la red de saneamiento. El Ayuntamiento considera que el retraso es justificable y ha concedido a la empresa la prórroga solicitada.
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