MALAGA HOY
Las dudas sobre la financiación del BEI y la dilación en la contratación del personal echan por tierra el compromiso de la Junta
El inicio de la explotación comercial del Metro de Málaga se aplaza a 2014. A falta de confirmación oficial por parte de la Consejería de Fomento de la Junta de Andalucía, varias fuentes próximas al proyecto son concluyentes en la imposibilidad de que los ramales de Carretera de Cádiz y Teatinos, con el intercambiador de Renfe como punto de unión, entren en funcionamiento antes de finalizar el presente ejercicio, de acuerdo al compromiso asumido en su momento por la consejera del ramo, Elena Cortés.
Las fuentes justifican este nuevo retraso en el efecto que tiene sobre esta infraestructura los acontecimientos de las últimas semanas. Y ello, según una de las fuentes, se deja sentir de manera clara en elpresupuesto que la Junta de Andalucía va a consignar para 2014 para esta obra. La cuantía reservada, que inicialmente se barajó iba a ascender a unos 90 millones, podría caer a algo más de 60 debido a que existe la idea de que puede producirse un retraso en la puesta en funcionamiento del suburbano "como máximo de seis meses".
Esta demora evitaría tener que presupuestar el coste de la tarifa técnica durante los meses en los que los trenes no echen a andar. Cabe recordar que las estimaciones elevan a unos 40 millones el coste de mantenimiento y subvención del billete a los usuarios. Lo que sí contemplan las cuentas regionales para el ejercicio próximo es la reserva del dinero necesario para sacar a concurso y adjudicar los trabajos de construcción del Metro soterrado hasta la mitad de la Alameda Principal y en superficie hasta el entorno del Hospital Civil.
Esta previsión viene alimentada, a su vez, por dos detalles claros. El primero y fundamental es la dilación con la que la empresa concesionaria, encabezada por FCC, está llevando a cabo la contratación del personal necesario para que entren en funcionamiento estas dos líneas de manera parcial. El proceso, iniciado en noviembre de 2012, hace prácticamente un año, sigue sin estar concluido en lo que a la selección final de los primeros 95 operarios se refiere. Ni hay un plazo claro para que ello tenga lugar. Y ello es crucial porque la etapa final de formación y adaptación de estos trabajadores puede necesitar de unos dos meses.
A ello se suma que, según las fuentes, los socios privados parecen dispuestos a evitar cualquier movimiento en espera de que el escenario a medio y largo plazo del Metro esté totalmente allanado, en especial en lo que a la financiación por parte del Banco Europeo de Inversiones (BEI) se refiere. Para que ello sea posible es imprescindible un desbloqueo sin paliativos de la futura llegada hasta la mitad de la Alameda Principal, de un lado, y la prolongación de la línea de Carretera de Cádiz hasta el entorno del Hospital Civil, de otro.
Si en el primero de los casos la solución cuenta con el respaldo evidente de la Junta y del Ayuntamiento, en el segundo segmento existen ciertas dudas sobre la posición municipal. Al respecto, a pesar de que Fomento dejó en manos del Consistorio la decisión final sobre el recorrido del ramal a la zona norte, con dos alternativas sobre la mesa, el equipo de gobierno del PP sigue eludiendo esta decisión, amparándose en la ausencia de estudios y datos suficientes para adoptarla.
Esta traba, apuntada con claridad por el concejal de Movilidad, Raúl López, la pasada semana fue ratificada ayer por el alcalde, Francisco de la Torre, al ser cuestionado sobre el asunto. En su respuesta, dejó claro que en el próximo encuentro con la Junta, a celebrar previsiblemente el 7 de noviembre, la comitiva municipal tampoco llevará una posición concreta sobre si prefiere que el Metro discurra por la calle Eugenio Gross o por la Plaza Bailén, puntos clave de las dos posibilidades de trazado señaladas por la Junta.
De mantenerse la exigencia del Ayuntamiento, la solución final sobre la formulación del tramo en superficie hasta el Civil podría demorarse más de lo previsto. Hay que tener en cuenta que, según el calendario manejado por Fomento en la idea de poder alcanzar este destino a principios de 2017, la definición de la actuación debe quedar clara antes de diciembre, al objeto de impulsar la redacción del proyecto de construcción a inicios de 2014.
Y todo apunta, según la versión recabada por estas fuentes, que hasta que este escenario no esté plenamente despejado de dudas, el BEI no dará el paso necesario para costear su parte del pastel, incidiendo, a su vez, en la concesionaria y la premura que la misma dé al proyecto.
Pero no es la única cuestión a tomar en consideración. Incluso cuando el personal esté en sus puestos, hay que señalar que un Metro de nuevo cuño, como es el caso, requiere de un periodo de pruebas sin comercialización, denominado pruebas en blanco, que normalmente necesita de unos tres meses. Se trata de simular el funcionamiento real del Metro pero sin pasajeros, en la idea de comprobar los sistemas, en especial los de señalización y control de tráfico. Bien es cierto que en el caso de Málaga, el avance de los trabajos en el ramal de Carretera de Cádiz, y las pruebas con el material móvil en la línea de Teatinos permitirían rebajar este lapso.
Las fuentes justifican este nuevo retraso en el efecto que tiene sobre esta infraestructura los acontecimientos de las últimas semanas. Y ello, según una de las fuentes, se deja sentir de manera clara en el
Esta demora evitaría tener que presupuestar el coste de la tarifa técnica durante los meses en los que los trenes no echen a andar. Cabe recordar que las estimaciones elevan a unos 40 millones el coste de mantenimiento y subvención del billete a los usuarios. Lo que sí contemplan las cuentas regionales para el ejercicio próximo es la reserva del dinero necesario para sacar a concurso y adjudicar los trabajos de construcción del Metro soterrado hasta la mitad de la Alameda Principal y en superficie hasta el entorno del Hospital Civil.
Esta previsión viene alimentada, a su vez, por dos detalles claros. El primero y fundamental es la dilación con la que la empresa concesionaria, encabezada por FCC, está llevando a cabo la contratación del personal necesario para que entren en funcionamiento estas dos líneas de manera parcial. El proceso, iniciado en noviembre de 2012, hace prácticamente un año, sigue sin estar concluido en lo que a la selección final de los primeros 95 operarios se refiere. Ni hay un plazo claro para que ello tenga lugar. Y ello es crucial porque la etapa final de formación y adaptación de estos trabajadores puede necesitar de unos dos meses.
A ello se suma que, según las fuentes, los socios privados parecen dispuestos a evitar cualquier movimiento en espera de que el escenario a medio y largo plazo del Metro esté totalmente allanado, en especial en lo que a la financiación por parte del Banco Europeo de Inversiones (BEI) se refiere. Para que ello sea posible es imprescindible un desbloqueo sin paliativos de la futura llegada hasta la mitad de la Alameda Principal, de un lado, y la prolongación de la línea de Carretera de Cádiz hasta el entorno del Hospital Civil, de otro.
Si en el primero de los casos la solución cuenta con el respaldo evidente de la Junta y del Ayuntamiento, en el segundo segmento existen ciertas dudas sobre la posición municipal. Al respecto, a pesar de que Fomento dejó en manos del Consistorio la decisión final sobre el recorrido del ramal a la zona norte, con dos alternativas sobre la mesa, el equipo de gobierno del PP sigue eludiendo esta decisión, amparándose en la ausencia de estudios y datos suficientes para adoptarla.
Esta traba, apuntada con claridad por el concejal de Movilidad, Raúl López, la pasada semana fue ratificada ayer por el alcalde, Francisco de la Torre, al ser cuestionado sobre el asunto. En su respuesta, dejó claro que en el próximo encuentro con la Junta, a celebrar previsiblemente el 7 de noviembre, la comitiva municipal tampoco llevará una posición concreta sobre si prefiere que el Metro discurra por la calle Eugenio Gross o por la Plaza Bailén, puntos clave de las dos posibilidades de trazado señaladas por la Junta.
De mantenerse la exigencia del Ayuntamiento, la solución final sobre la formulación del tramo en superficie hasta el Civil podría demorarse más de lo previsto. Hay que tener en cuenta que, según el calendario manejado por Fomento en la idea de poder alcanzar este destino a principios de 2017, la definición de la actuación debe quedar clara antes de diciembre, al objeto de impulsar la redacción del proyecto de construcción a inicios de 2014.
Y todo apunta, según la versión recabada por estas fuentes, que hasta que este escenario no esté plenamente despejado de dudas, el BEI no dará el paso necesario para costear su parte del pastel, incidiendo, a su vez, en la concesionaria y la premura que la misma dé al proyecto.
Pero no es la única cuestión a tomar en consideración. Incluso cuando el personal esté en sus puestos, hay que señalar que un Metro de nuevo cuño, como es el caso, requiere de un periodo de pruebas sin comercialización, denominado pruebas en blanco, que normalmente necesita de unos tres meses. Se trata de simular el funcionamiento real del Metro pero sin pasajeros, en la idea de comprobar los sistemas, en especial los de señalización y control de tráfico. Bien es cierto que en el caso de Málaga, el avance de los trabajos en el ramal de Carretera de Cádiz, y las pruebas con el material móvil en la línea de Teatinos permitirían rebajar este lapso.
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