EUROPA SUR
Investigadores describen que los hijos nacidos tras una in vitro presentan un remodelado en el corazón. No supone una enfermedad en sí y se puede revertir con una dieta adecuada.
Los niños nacidos por técnicas de reproducción asistida son especialmente deseados por sus padres, que suelen invertir tiempo y dinero en conseguir un sueño que la naturaleza les ha denegado. Por esta razón, saltan todas las alarmas cuando algún estudio sugiere que estos recién nacidos pueden presentar más problemas que los concebidos de forma natural y, aún más, que éstos pueden persistir hasta la edad adulta.
Un estudio español recién publicado en Circulation, la revista de referencia en cardiología, ha analizado a una serie de 100 niños nacidos por TRA y los ha comparado con un número similar de bebés concebidos sin ayuda. Los resultados demuestran que alrededor de un 50% de los primeros presentan un remodelado cardiaco o, en otras palabras, una forma del corazón distinta a sus congéneres. En concreto, los niños tienen un corazón más grande ya desde el feto y esto implica que las arterias sean más gruesas y que haya más riesgo de hipertensión en la edad adulta.
Sin embargo, a pesar de lo preocupante que pueda sonar esto, los autores del estudio quieren aclarar dos cosas. En primer lugar, que este 'fallo' no se debe a las técnicas de reproducción asistida en sí, sino más bien a la infertilidad que subyace y que ya se ha demostrado que provoca embarazos más complicados, en los que es más frecuente, por ejemplo, que haya una restricción del crecimiento fetal y que, por lo tanto, sea más común que los bebés nazcan de forma prematura.
En segundo, los autores quieren aclarar que esto no implica una enfermedad. "No queremos crear alarma", explica Eduard Gratacós, líder de la investigación y jefe del servicio de Medicina Maternofetal de los hospitales Clínic y Sant Joan de Déu, que añade que lo que el hallazgo sí supone es lo que el médico llama una "mochila añadida" al futuro riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular. Es como si los niños sanos nacidos a través de estas técnicas, alrededor de un 3% en España, vinieran al mundo con unas posibilidades de tener un infarto en el futuro similares a las que presentan niños enfermos, por ejemplo con diabetes tipo 1.
Pero, a efectos prácticos ¿qué deben hacer los padres de niños nacidos por reproducción asistida? ¿Cambiarán en algo las recomendaciones que tengan que hacerles los médicos que les ayuden a cumplir su sueño de ser padres? Para Gratacós, la respuesta es negativa. "Simplemente, tendrán que estar atentos para que no desarrollen algún factor de riesgo más, por ejemplo, evitar que se conviertan en niños obesos, pero esto es algo que se recomienda a todos los padres. En cualquier caso, sería un consejo que tendrían que ofrecer más los obstetras que los especialistas en reproducción asistida", apunta el médico catalán.
Al presentar su estudio, los autores dieron una buena noticia a la que se pueden aferrar aquellos padres que se preocupen al escuchar el hallazgo. Lo que científicamente se denomina remodelado cardiaco se puede revertir con una dieta adecuada. Esto aún no lo han probado en los 100 niños participantes en el estudio, ya que solo los siguieron desde que eran fetos hasta los seis meses de edad. Sin embargo, en otro trabajo similar también publicado en la revista estadounidense, se demostró que niños con problemas dentro del útero -aunque concebidos naturalmente- lograban recuperarse a los pocos años de edad tras una dieta rica en Omega 3, con abundante pescado blanco y grasas vegetales como el aceite de oliva.
Un estudio español recién publicado en Circulation, la revista de referencia en cardiología, ha analizado a una serie de 100 niños nacidos por TRA y los ha comparado con un número similar de bebés concebidos sin ayuda. Los resultados demuestran que alrededor de un 50% de los primeros presentan un remodelado cardiaco o, en otras palabras, una forma del corazón distinta a sus congéneres. En concreto, los niños tienen un corazón más grande ya desde el feto y esto implica que las arterias sean más gruesas y que haya más riesgo de hipertensión en la edad adulta.
Sin embargo, a pesar de lo preocupante que pueda sonar esto, los autores del estudio quieren aclarar dos cosas. En primer lugar, que este 'fallo' no se debe a las técnicas de reproducción asistida en sí, sino más bien a la infertilidad que subyace y que ya se ha demostrado que provoca embarazos más complicados, en los que es más frecuente, por ejemplo, que haya una restricción del crecimiento fetal y que, por lo tanto, sea más común que los bebés nazcan de forma prematura.
En segundo, los autores quieren aclarar que esto no implica una enfermedad. "No queremos crear alarma", explica Eduard Gratacós, líder de la investigación y jefe del servicio de Medicina Maternofetal de los hospitales Clínic y Sant Joan de Déu, que añade que lo que el hallazgo sí supone es lo que el médico llama una "mochila añadida" al futuro riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular. Es como si los niños sanos nacidos a través de estas técnicas, alrededor de un 3% en España, vinieran al mundo con unas posibilidades de tener un infarto en el futuro similares a las que presentan niños enfermos, por ejemplo con diabetes tipo 1.
Pero, a efectos prácticos ¿qué deben hacer los padres de niños nacidos por reproducción asistida? ¿Cambiarán en algo las recomendaciones que tengan que hacerles los médicos que les ayuden a cumplir su sueño de ser padres? Para Gratacós, la respuesta es negativa. "Simplemente, tendrán que estar atentos para que no desarrollen algún factor de riesgo más, por ejemplo, evitar que se conviertan en niños obesos, pero esto es algo que se recomienda a todos los padres. En cualquier caso, sería un consejo que tendrían que ofrecer más los obstetras que los especialistas en reproducción asistida", apunta el médico catalán.
Al presentar su estudio, los autores dieron una buena noticia a la que se pueden aferrar aquellos padres que se preocupen al escuchar el hallazgo. Lo que científicamente se denomina remodelado cardiaco se puede revertir con una dieta adecuada. Esto aún no lo han probado en los 100 niños participantes en el estudio, ya que solo los siguieron desde que eran fetos hasta los seis meses de edad. Sin embargo, en otro trabajo similar también publicado en la revista estadounidense, se demostró que niños con problemas dentro del útero -aunque concebidos naturalmente- lograban recuperarse a los pocos años de edad tras una dieta rica en Omega 3, con abundante pescado blanco y grasas vegetales como el aceite de oliva.
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