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Aunque se han interesado muchos jóvenes de la capital, los seleccionados han salido de pueblos de los Montes Orientales
La desesperación y la falta de oportunidades laborales en la provincia han empujado a muchos jóvenes de la capital granadina y de pueblos del Área Metropolitana, que jamás habían tenido contacto con la agricultura, a interesarse este año por las ofertas de trabajo para temporeros en la vendimia francesa y en las campañas de fruta que se siguen desarrollando en estos momentos en el país vecino. Así lo han constatado los sindicatos CC OO y UGT que han atendido a numerosas personas, incluidas las que llevan títulos universitarios bajo el brazo, dispuestas a marcharse a la vendimia.
Preguntar han preguntado muchos, pero finalmente los que han cruzado la frontera y están recogiendo las uvas francesas son los de siempre: Los hijos y los nietos de los que tradicionalmente se han marchado a vendimiar, granadinos del ámbito rural, principalmente de pueblos de la comarca de los Montes Orientales. Es así, entre otros motivos, porque el sistema de selección del personal que siguen utilizando los empresarios franceses es un circuito cerrado difícilmente accesible para otros jóvenes, por ejemplo de la capital. Los empresarios de Francia contactan cada año con los mismos capataces, en los pueblos, que son los encargados de seleccionar a los trabajadores.
Y éstos tiran de sus conocidos y de jornaleros de años anteriores, de manera que las cuadrillas se suelen cerrar dentro del mismo pueblo. Este año, por desgracia, los patrones tenían donde elegir y mucha gente se ha quedado fuera. Según la estimación del sindicato UGT, son 3.200 los granadinos que desde finales de agosto se han ido desplazando a Francia para trabajar como temporeros en la vendimia, lo que convierte a Granada en la segunda provincia andaluza, tras Jaén (3.400), que más mano de obra aporta a esta campaña del país vecino.
En total, se han marchado a Francia 10.600 temporeros de todas las provincias andaluzas. De Granada, este año son cien trabajadores menos de los contratados el año anterior para la vendimia. La mayoría permanece en el país vecino entre 20 y 25 días, aunque hay grupos que realizan la vendimia más temprana y luego se trasladan a zonas con recogida tardía o cuadrillas que solapan la vendimia con otras campañas de fruta como el melocotón y la manzana francesa o la nectarina de Bélgica, por lo que pueden estar trabajando fuera España más de 40 días.
El destino principal de los temporeros granadinos son las regiones francesas de Perpignan, Montpellier, Burdeos, Estrasburgo, Lyon, Marsella, Pau y Toulouse. El secretario general de la Federación de Industria y Trabajadores Agroalimentarios (FITAG) de UGT Granada, Rafael Jiménez, confirma que este año la demanda de trabajo en la vendimia ha superado con creces la oferta y muchos interesados en trabajar se han quedado fuera. Además el número de temporeros ha ido a la baja durante los últimos años por la mecanización de los viñedos o la presión de trabajadores de otros países como Rumanía, Polonia o la zona del Magreb, que pujan por los mismos jornales. «También hay más parados en Francia y esto supone que la campaña se cubra con personas autóctonas», resume el portavoz de UGT.
Entre los jornaleros granadinos desplazados hay familias enteras, «que lo hacen por tradición». El perfil mayoritario responde a trabajadores de entre 22 y 50 años, «aunque hay personas mayores de 60 años que siguen acudiendo a vendimiar, tanto hombres como mujeres». «Nos han preguntado muchísimo gente de zonas no tradicionales de vendimia como Maracena, Huétor o Granada capital... pero al final los que están allí son los del circuito de los pueblos tradicionales», apunta el secretario general del sector Agroalimentario de CC OO Granada, Pedro Redondo. Para colmo, como siempre hay sinvergüenzas dispuestos a aprovecharse de la necesidad, en CC OO detectaron timos en personas que a través de internet venden 'guías de trabajo' con ofertas de empleo para la vendimia. Redondo subraya que hay que rechazar este tipo de fórmulas que pueden atraer a los que no acceden al circuito de empleo que se mueve en los pueblos. Los sindicatos optan por remitir a las ofertas que se publican en la red Eures y la página web del sistema público de Empleo francés.
Salarios
Y sobre todo, UGT y CC OO velan para que los trabajadores se vayan a Francia con unas condiciones dignas y todas las garantías. Insisten en pedir a los jornaleros que preserven sus derechos y exijan al empresario francés el contrato en origen. En cuanto al salario que reciben los vendimiadores, según explican desde UGT, depende de la categoría profesional que figure en el contrato y del departamento francés en el que trabajen, aunque ningún jornalero puede cobrar menos del salario mínimo interprofesional de crecimiento que fija en 9.43 euros la hora trabajada o en 1.430,22 euros el mes, a razón de 35 horas semanales. Esto supone que, como mínimo, -por ocho horas diarias durante veinte días- los 3.200 temporeros granadinos se van a traer de la vendimia francesa 4,8 millones de euros en jornales, una cantidad que superará sin duda los cinco con las horas y días extras que puedan arañar y que supone un balón de oxígeno para las zonas rurales más castigadas por el paro. Además, según señalan desde UGT, si se superan las 35 horas semanales de trabajo se cobran horas extraordinarias (con una mejora salarial del 25% hasta las 43 horas y del 50% si se sobrepasan las 43). El sindicato añade que los temporeros pueden incluso percibir prestaciones familiares por cotizar en ese país.
Sin embargo desde CC OO, Pedro Redondo, tiene una visión más ácida de la vendimia y cree que hay que romper «la leyenda falsa de que en Francia se gana mucho dinero». «No merece tanto la pena, hay que desmitificar esta campaña porque la gente se cree que se gana mucho y sale sin garantías, y esto se está convirtiendo en un disparate», subraya Redondo, recordando el caso de tres jornaleros granadinos que -después de nueve horas de trabajo- se veían durmiendo dentro de un Seat Ibiza en los aparcamientos de un Carrefour. Hay cuadrillas que se van a la aventura, sin contrato ni lugar donde alojarse y «rompen el mercado de trabajo» porque los empresarios les cogen a ellos en lugar de pagar horas extra a los que ya tenían contratados. Unas calamidades que recuerdan a los 'Joad' de 'Las uvas de la ira' en pleno 2013. «Los que se van en buenas condiciones cada vez son menos», advierte Redondo
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