IDEAL JAEN
Cruz Roja pone en marcha un programa específico para reducir el impacto de la crisis en los menores
No son solo las zapatillas de deporte con un boquete. No es solo el chandal heredado y remendado. No es solo quedarse en tierra mientras los compañeros se van de excursión fin de curso. Es quedarse atrás. Dejar de ser uno más del grupo. Es quedar excluido. Es no tener una alimentación adecuada. Y también no recibir los mismos mimos y cariños que cuando papá y mamá estaban siempre sonrientes. La crisis pasa factura en una provincia con el 40% de paro, con casi 40.000 hogares con todos sus miembros en desempleo. Y no solo pasa factura a los adultos. Los menores también sufren las consecuencias. Cruz Roja ha detectado «el impacto de la crisis en los menores» y ha puesto en marcha un programa para paliarlo. Desde noviembre han ayudado ya a 125 familias con ropa deportiva y material escolar y ahora acaban de poner en marcha una escuela de padres en crisis.
«Los niños están en un proceso continuo de adaptación y cambio. Y se sienten distintos, se dan cuenta de la situación por que la atraviesa su familia, que ya no están igual que antes», asegura María del Carmen Conde, coordinadora del programa. Cada vez más niños viven en familias con estrecheces económicas. «No es que pasen hambre, aunque sí vemos casos de alimentación poco equilibrada por falta de productos frescos. Y no solo es el dinero lo que falta. Hay carencias que paliar en el terreno educativo, como apoyo con el inglés, en el ocio ... Intentamos un tratamiento integral», añade.
También en el centro
El grueso de las familias que están participando en el programa procede de la zona sur de la ciudad y del Polígono del Valle. «Pero no son todos. Hay usuarios del Paseo de la Estación y de la Avenida de Madrid. No son familias donde el problema económico sea crónico, sino personas que tenían una situación económica y que por despidos o reveses entran en riesgo de exclusión», opina Conde.
En la escuela de padres se trabajan aspectos como el de una alimentación sana y una dieta saludable. «Enseñamos cómo hacer un menú semanal equilibrado y barato, trucos de economía doméstica..», señala María del Carmen Conde. La experta insiste: «No todo es dinero». Así que también se ofrecen técnicas e ideas sobre la resolución de conflictos, cómo encarar faltas continuadas de disciplina, o sobre la importancia del juego, del ocio, de las caricias. «Hay más necesidades que comer o llevar a los niños que llevar con la ropa limpia», apunta. También se dan claves sobre cómo afrontar situaciones propias de la adolescencia, como la relación con las drogas o el sexo.
El trasfondo es eminentemente económico. «No hay que olvidar que el principal factor de vulnerabilidad es el económico, asociado prioritariamente con el desempleo, como refleja el dato de que el 70% de las personas adultas atendidas en estos programas están en paro y tienen dificultades para afrontar los gastos derivados de la escolaridad y para atender las necesidades básicas de sus hijos, asegura Cruz Roja.
Tiempo y atención
Pero «no todo es dinero». Los expertos de Cruz Roja indican también que «en el seno de familias con problemas socioeconómicos los progenitores no siempre tienen el tiempo o las habilidades necesarias para prestar suficiente atención y apoyo en la educación de sus hijos menores, situación que puede facilitar las causas del fracaso escolar. En este sentido hay que recordar el informe PISA cuando asegura que alrededor del 50% de las diferencias en el rendimiento escolar pueden atribuirse a causas relacionadas directamente con factores de vulnerabilidad, como sociales y económicos».
La apuesta de Cruz Roja por este tema es fuerte. El programa cuenta con el apoyo de la Fundación La Caixa. Hay dos trabajadoras adscritas a estas actuaciones, y además se ha involucrado a distintos grupos de voluntarios. Para intervención con las familias hay cuatro personas. Otros cuatro participan en la Escuela de Padres. Y para apoyo escolar hay nada menos que diez voluntarios. Hay también voluntarios para colaborar en actividades de ocio que intentan sacar a los niños una sonrisa pese a la crisis.
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