GRANADA PERDERA CASI 10.000 HABITANTES EN LOS PRÓXIMOS QUINCE AÑOS
El número de nacimientos será inferior al
de defunciones por primera vez en el año 2016 La emigración
alcanzará su máximo en 2015
Guadalupe S. Maldonado
granada
| Actualizado 29.10.2014 - 01:00
Si nada cambia en los próximos quince años, la población
granadina sufrirá un retroceso sin precedentes. La severa caída de la
natalidad, unida a una esperanza de vida cada vez mayor y a unos flujos
migratorios que nada tienen que ver con los del boom económico, harán
perder a Granada casi 10.000 habitantes hasta el año 2029. De forma
progresiva, la demografía granadina pasará de crecer tímidamente -los
dos próximos ejercicios serán positivos, aunque apenas se ganarán 400
habitantes- a registrar caídas de población cada vez más graves. Al
final de este periodo, a partir del año 2025, la pérdida de población
arrojará una media de un millar de habitantes menos al año.
Así que para 2029, en Granada vivirán 911.290 personas, 9.985 menos que al cierre de 2014, cuando la cifra de población ascenderá a 921.275 habitantes. En quince años, las nuevas tendencias demográficas reducirán la población granadina un 1,1%. Así lo reflejan las proyecciones de población que publicó ayer el Instituto Nacional de Estadística (INE), que advierten de los notables efectos que la inversión de los valores demográficos tendrá en la población granadina.
La clave hay que buscarla en la relación entre nacimientos y defunciones. Por primera vez en toda la serie histórica de población, en el año 2016 el equilibrio para asegurar el crecimiento vegetativo se romperá y habrá más muertes que nacimientos. En concreto, los 7.886 nacimientos no compensarán las 7.925 muertes previstas, arrojando un déficit de población de 39 habitantes. Ese desfase irá creciendo año tras año, a medida que baja la natalidad y la mortalidad evoluciona en consonancia con una población cada vez más envejecida. Al cierre del año 2028, si nada cambia por el camino, nacerán en Granada 6.306 personas, 1.759 menos de las que fallecerán ese mismo ejercicio (8.065).
Nacimientos y defunciones, por tanto, seguirán una senda muy diferente en el horizonte de los próximos quince años. Según los datos del INE, la tasa de natalidad se reducirá estrepitosamente. Los 8.309 nacimientos que se registrarán al cierre del año 2014 -que poco tienen que ver con los máximos históricos que se registraron antes de que la mujer se incorporara al mundo laboral- pasarán a ser 6.306 en el año 2028, lo que significa que para entonces la cifra de natalidad se habrá reducido un 27,3%. La tasa de fecundidad también se reducirá considerablemente en los próximos quince años: en la actualidad, el número medio de hijos por mujer es de 1,31, mientras que para el año 2029 esta cifra se habrá reducido hasta 1,24.
Al contrario que los nacimientos, las defunciones crecerán de forma progresiva y para el año 2028 Granada registrará 8.065 muertes, un 2,4% más que en este 2014, en el que el número de fallecimientos no superará los 7.875.
Obviamente, la composición de la población granadina estará claramente marcada por esta falta de renovación generacional. En la actualidad, la provincia cuenta con 177.652 menores de 18 años, 588.743 adultos de entre 18 y 64 años, y 154.884 personas de más de 65. Pues bien, la situación va a cambiar de forma drástica en los próximos tres lustros. Mientras que la población adulta sufrirá una pequeña variación, perdiendo un 4,1% de habitantes (hasta los 564.421), el colectivo de menores de 18 años se reducirá de forma considerable como consecuencia de la escasa natalidad. Para 2029, no habrá en Granada más de 137.393 menores de edad, lo que supone un 22,7% menos que en la actualidad.
Pero la evolución que marcará la diferencia es la de los mayores de 65 años. De hecho, basta con comparar año por año la edad de la población de la provincia de 2014 y de 2029 para comprobar que, con escasas excepciones, los números rojos están presentes en todos los grupos menores de 50 años. A partir de ese momento, la comparación resulta positiva, sin excepciones que valgan.
El envejecimiento progresivo de la población hará que cada vez tengan más peso en la pirámide demográfica los habitantes de mayor edad. En la actualidad, los mayores de 65 años apenas representan un 16,8% de la población, mientras que en 2029 supondrán el 23%. En apenas quince años, el peso de la población mayor de 65 habrá crecido 6,2 puntos porcentuales. El caso contrario lo experimentará el grupo de población menor de 18 años. Aunque en la composición demográfica actual de Granada tampoco es mayoritario, ya que apenas representa un 19,2%, para el año 2029 este porcentaje se habrá reducido hasta el 15,1%.
En el progresivo envejecimiento de la población también tiene mucho que ver la esperanza de vida, que aumentará de forma notable en los próximos quince años. En el caso de los hombres, este indicador pasará de los 78,94 años actuales a 82,62, lo que significa que hasta el año 2029 los granadinos vivirán una media de 3,7 años más. En el caso de las mujeres, el aumento de la esperanza de vida será algo menor: en 2029 vivirán 2,82 años más que en la actualidad, ya que este parámetro pasará de los 84,35 años actuales a los 87,17.
Por sí solo, el movimiento natural de la población explica de forma clara el retroceso que sufrirá la demografía granadina en los próximos quince años. Pero, además, hay que sumar los movimientos migratorios, las salidas y entradas de habitantes procedentes de otras provincias españolas o de otros puntos del globo. En el caso de los flujos de población con el extranjero, las proyecciones del INE fijan la cifra de inmigrantes que recibirá Granada hasta 2029 en 4.028 personas cada año, sin variaciones. Pero sí que hay diferencias en cuanto a las emigraciones al extranjero, en cuanto al número de granadinos que deciden marcharse fuera del país a probar fortuna. Según los datos del INE, el número de emigrantes crecerá hasta 2015, cuando el número de granadinos que se marchan del país alcanzará el máximo de la serie histórica: 3.459. A partir de entonces, la sangría de población como consecuencia de la crisis económica y las escasas oportunidades laborales comenzará a reducirse paulatinamente. En 2029, la cifra de emigrantes habrá caído un 3,3%, hasta los 2.954.
Los movimientos interprovinciales seguirán una evolución parecida a la emigración exterior. La tendencia, según las proyecciones de población del Instituto Nacional de Estadística, será la disminución progresiva de los flujos de población dentro del territorio español. El fenómeno de las inmigraciones interiores, de los españoles que deciden trasladarse a Granada por motivos personales o laborales, se reducirá un 10,6% de aquí a finales del año 2028. Para entonces Granada apenas sumará 9.656 habitantes procedentes de otras provincias españolas, 1.142 menos que en la actualidad, cuando la cifra llegará al cierre del año a 10.798.
Una caída muy similar experimentarán las emigraciones de granadinos a otras provincias españolas. Aunque serán superiores en todos los casos a las inmigraciones -lo que significa que Granada perderá por movimientos interprovinciales más población de la que gana-, las salidas de granadinos se reducirán también un 10,5%, pasando de las 11.420 de la actualidad (el máximo histórico de la serie) a los 10.224 del año 2028.
Así que para 2029, en Granada vivirán 911.290 personas, 9.985 menos que al cierre de 2014, cuando la cifra de población ascenderá a 921.275 habitantes. En quince años, las nuevas tendencias demográficas reducirán la población granadina un 1,1%. Así lo reflejan las proyecciones de población que publicó ayer el Instituto Nacional de Estadística (INE), que advierten de los notables efectos que la inversión de los valores demográficos tendrá en la población granadina.
La clave hay que buscarla en la relación entre nacimientos y defunciones. Por primera vez en toda la serie histórica de población, en el año 2016 el equilibrio para asegurar el crecimiento vegetativo se romperá y habrá más muertes que nacimientos. En concreto, los 7.886 nacimientos no compensarán las 7.925 muertes previstas, arrojando un déficit de población de 39 habitantes. Ese desfase irá creciendo año tras año, a medida que baja la natalidad y la mortalidad evoluciona en consonancia con una población cada vez más envejecida. Al cierre del año 2028, si nada cambia por el camino, nacerán en Granada 6.306 personas, 1.759 menos de las que fallecerán ese mismo ejercicio (8.065).
Nacimientos y defunciones, por tanto, seguirán una senda muy diferente en el horizonte de los próximos quince años. Según los datos del INE, la tasa de natalidad se reducirá estrepitosamente. Los 8.309 nacimientos que se registrarán al cierre del año 2014 -que poco tienen que ver con los máximos históricos que se registraron antes de que la mujer se incorporara al mundo laboral- pasarán a ser 6.306 en el año 2028, lo que significa que para entonces la cifra de natalidad se habrá reducido un 27,3%. La tasa de fecundidad también se reducirá considerablemente en los próximos quince años: en la actualidad, el número medio de hijos por mujer es de 1,31, mientras que para el año 2029 esta cifra se habrá reducido hasta 1,24.
Al contrario que los nacimientos, las defunciones crecerán de forma progresiva y para el año 2028 Granada registrará 8.065 muertes, un 2,4% más que en este 2014, en el que el número de fallecimientos no superará los 7.875.
Obviamente, la composición de la población granadina estará claramente marcada por esta falta de renovación generacional. En la actualidad, la provincia cuenta con 177.652 menores de 18 años, 588.743 adultos de entre 18 y 64 años, y 154.884 personas de más de 65. Pues bien, la situación va a cambiar de forma drástica en los próximos tres lustros. Mientras que la población adulta sufrirá una pequeña variación, perdiendo un 4,1% de habitantes (hasta los 564.421), el colectivo de menores de 18 años se reducirá de forma considerable como consecuencia de la escasa natalidad. Para 2029, no habrá en Granada más de 137.393 menores de edad, lo que supone un 22,7% menos que en la actualidad.
Pero la evolución que marcará la diferencia es la de los mayores de 65 años. De hecho, basta con comparar año por año la edad de la población de la provincia de 2014 y de 2029 para comprobar que, con escasas excepciones, los números rojos están presentes en todos los grupos menores de 50 años. A partir de ese momento, la comparación resulta positiva, sin excepciones que valgan.
El envejecimiento progresivo de la población hará que cada vez tengan más peso en la pirámide demográfica los habitantes de mayor edad. En la actualidad, los mayores de 65 años apenas representan un 16,8% de la población, mientras que en 2029 supondrán el 23%. En apenas quince años, el peso de la población mayor de 65 habrá crecido 6,2 puntos porcentuales. El caso contrario lo experimentará el grupo de población menor de 18 años. Aunque en la composición demográfica actual de Granada tampoco es mayoritario, ya que apenas representa un 19,2%, para el año 2029 este porcentaje se habrá reducido hasta el 15,1%.
En el progresivo envejecimiento de la población también tiene mucho que ver la esperanza de vida, que aumentará de forma notable en los próximos quince años. En el caso de los hombres, este indicador pasará de los 78,94 años actuales a 82,62, lo que significa que hasta el año 2029 los granadinos vivirán una media de 3,7 años más. En el caso de las mujeres, el aumento de la esperanza de vida será algo menor: en 2029 vivirán 2,82 años más que en la actualidad, ya que este parámetro pasará de los 84,35 años actuales a los 87,17.
Por sí solo, el movimiento natural de la población explica de forma clara el retroceso que sufrirá la demografía granadina en los próximos quince años. Pero, además, hay que sumar los movimientos migratorios, las salidas y entradas de habitantes procedentes de otras provincias españolas o de otros puntos del globo. En el caso de los flujos de población con el extranjero, las proyecciones del INE fijan la cifra de inmigrantes que recibirá Granada hasta 2029 en 4.028 personas cada año, sin variaciones. Pero sí que hay diferencias en cuanto a las emigraciones al extranjero, en cuanto al número de granadinos que deciden marcharse fuera del país a probar fortuna. Según los datos del INE, el número de emigrantes crecerá hasta 2015, cuando el número de granadinos que se marchan del país alcanzará el máximo de la serie histórica: 3.459. A partir de entonces, la sangría de población como consecuencia de la crisis económica y las escasas oportunidades laborales comenzará a reducirse paulatinamente. En 2029, la cifra de emigrantes habrá caído un 3,3%, hasta los 2.954.
Los movimientos interprovinciales seguirán una evolución parecida a la emigración exterior. La tendencia, según las proyecciones de población del Instituto Nacional de Estadística, será la disminución progresiva de los flujos de población dentro del territorio español. El fenómeno de las inmigraciones interiores, de los españoles que deciden trasladarse a Granada por motivos personales o laborales, se reducirá un 10,6% de aquí a finales del año 2028. Para entonces Granada apenas sumará 9.656 habitantes procedentes de otras provincias españolas, 1.142 menos que en la actualidad, cuando la cifra llegará al cierre del año a 10.798.
Una caída muy similar experimentarán las emigraciones de granadinos a otras provincias españolas. Aunque serán superiores en todos los casos a las inmigraciones -lo que significa que Granada perderá por movimientos interprovinciales más población de la que gana-, las salidas de granadinos se reducirán también un 10,5%, pasando de las 11.420 de la actualidad (el máximo histórico de la serie) a los 10.224 del año 2028.
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