La Confederación del Guadalquivir gasta 1,69 millones para
protegerse ante las tormentas, aunque admite que no es suficiente | La
Junta destina 300.000 euros a sus cuencas, pero acabó el verano con la
mitad sin ejecutar
Gran parte de la provincia de Granada no ha llegado al otoño
preparada para recibir las lluvias torrenciales que podrían descargar en
los próximos meses. La gran mayoría de las ramblas y cauces próximos a
pueblos de la Cuenca Hidrográfica del Guadalquivir se encuentran sucios y
obstruidos y no están listos para abordar con garantías una tormenta
intensa como la que sorprendió a la capital y a su área metropolitana el
pasado 2 de octubre.
La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) reconoció a este
diario que no hay fondos suficientes para realizar todas las
actuaciones que se requieren. Desde el inicio de 2014 este organismo ha
invertido en la provincia 1,69 millones de euros, pero la cantidad no
resuelve el problema, a tenor de las imágenes que IDEAL ha captado.
Huétor Tájar, Loja, Calicasas, La Zubia o Guadix son ejemplos que
demuestran que los deberes no se han hecho y que los cauces están medio
taponados de broza y basura.
Las administraciones no tienen claro a quién le compete limpiar las
ramblas y se culpan mutuamente del mejorable estado de los ríos. La CHG
reconoce que tiene registradas decenas de peticiones de actuación, pero
aduce que hay muchas necesidades y poco presupuesto. A la par, insta a
los ayuntamientos a hacerse cargo de los cauces que transcurren por la
zona urbana de su término municipal: «Las obras de protección contra
inundaciones en los cauces públicos en zonas urbanas son competencia de
los ayuntamientos y autonomías». Por su parte, los municipios y la Junta
reprochan al Gobierno que no asuma su responsabilidad en los ríos que
desembocan en el Guadalquivir o sus afluentes.
Culpa de unos u otros, decenas de cauces y ramblas no están limpios y las lluvias -si no es año de sequía- llaman a la puerta.
Salvados por 20 centímetros
El río Genil, a su paso por Huétor Tájar, es uno de los que no está
preparado para las tormentas. La CHG se ha gastado allí 100.000 euros
desde 2013, que no permiten mantenerlo limpio a día de hoy. «En la
última lluvia intensa de principios de octubre faltaron 20 centímetros
para que se desbordara el puente de entrada al pueblo», afirma Fernando
Delgado, alcalde de Huétor Tájar. En la localidad del poniente, los
agricultores solicitaron al Ayuntamiento que interviniera para que el
aumento del nivel del agua no estropeara la cosecha. «Cada vez que
llueve fuerte, nos echamos a temblar», apuntan los lugareños.
El puente de la única entrada a Calicasas pasa por encima del río
Bermejo y corre peligro de desprendimiento desde hace años. El cauce del
río es estrecho y está lleno de vegetación y basura. Una fuerte crecida
de la rambla obstruiría la entrada del agua y se bosaría, dejando al
pueblo incomunicado. El alcalde, Horacio Medina, relata que en 2009 el
río se desvío y su cauce se aproximó hacia el pueblo: «Se lo hemos
comunicado a la Confederación y hasta la fecha no se ha hecho nada.
Nosotros intentamos 'reencauzar' el río, pero no nos dejaron. Ellos
tienen la competencia para actuar allí y no lo han hecho». En el pueblo,
los vecinos coinciden con su alcalde: «Los árboles han vencido al río y
aquí habría que echar muchas horas para limpiar esto y eliminar el
peligro».
En La Zubia, el barranco de Corvales apenas tiene agua. Está lleno de
ramas y desechos que taponan parcialmente la bóveda por la que la
rambla se introduce bajo el pueblo. Los vecinos del lugar reconocen que
la zona no se limpia desde hace años. «Nosotros hemos invertido unos
40.000 euros en el barranco de la Negra y hemos encontrado hasta
lavadoras. El barranco de Corvales está pendiente y se ha solicitado a
la CHG que actúe», explica la alcaldesa zubiense, Inmaculada Hernández.
En Guadix y Loja se mantienen a la espera de obras. Las solicitudes
de intervención en ambas localidades son antiguas y, un año más, no
aguardan las borrascas con calma.
Son algunos ejemplos de las decenas de puntos de la provincia de
Granada que las asociaciones ecologistas y agrarias han criticado en las
últimas semanas. A ellos se puede unir el río Fardes, a su paso por
Villanueva de las Torres, el entorno del río Castril o los puentes bajo
los que pasa el río Monachil, camino de La Zubia.
La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir asegura también que la
existencia de vegetación y sedimentos en los cauces es natural y que el
que estos se desborden en zonas no urbanas no es malo. La CHG ha
actuado en los últimos años en 95 municipios del Centro y Norte de la
provincia para limpiar y mejorar los cauces de los afluentes del río
Guadalquivir. En total, en este año, se han invertido 1.690.454 euros.
De ellos, 240.000 euros se han gastado en adecentar y sanear las ramblas
de Alhendín y Las Gabias. Algo menos (210.000) se han destinado a la
mejora de uno de los laterales del río Dílar. Entre Quéntar y Dúdar -con
60.500 euros- se trabaja para la adaptar el cauce del río Aguas Blancas
a las lluvias. Además, en el entorno de la capital la inversión se
sitúa próximo al millón de euros. En paralelo, se trabaja para diseñar
diques en los barrancos que surten de agua al río Genil, para minimizar
los efectos del desgaste de las laderas.
Con menos inversión, en el Sur de la provincia, la Junta de Andalucía
sí está logrando, aunque sea contrarreloj, dejar en buen estado sus
ramblas, a pesar de que acabó agosto con el trabajo a la mitad. Las
quejas de vecinos y agricultores de la Costa han dado su fruto y la
Cuenca Hidrográfica del Sur ha gastado en su limpieza y saneamiento algo
más de 300.000 euros. Las obras están a día de hoy al 75 por ciento.
Les quedan el 25%; según se mire.
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