LA UNIVERSIDAD DE GRANADA PIERDE 284 PROFESORES EN LOS ÚLTIMOS CUATRO CURSOS
Las limitaciones del Gobierno impiden
cubrir las bajas y las jubilaciones de una plantilla muy envejecida
Este curso se prevén las primeras medidas para relajar la tendencia
decreciente de personal
Lola Quero
granada
| Actualizado 27.10.2014 - 01:00
Unos lo llaman "pozo negro", otros "situación límite",
"enfermedad grave" o "ataque directo". La Universidad de Granada ha
perdido a 284 miembros de su plantilla docente en los últimos cuatro
cursos académicos, lo que está activando las alarmas entre los
profesores, los investigadores y hasta en el gobierno de la institución.
Todos ellos temen los efectos de esta merma en la calidad y la
organización de la enseñanza.
El principal problema radica en la limitación del 10% de la tasa de reposición, impuesta por el Gobierno central en los últimos años, y que limita la incorporación a las plantillas de las Administraciones públicas de relevos para las bajas y las jubilaciones que se produzcan.
En la Universidad, en la práctica esta limitación es aún mayor porque no hay promoción interna. Y en el caso de la de Granada la situación es muy delicada debido a la elevada edad media de su plantilla docente, que es de las más altas de España. Ya en 2005 se empezó a advertir este envejecimiento del personal y la propia Universidad comenzó un plan de renovación. Pero en un primer momento se encontró con la reticencia de los profesores a jubilarse antes de los 65 y más adelante se topó de frente con la crisis y los recortes, que limitaban la reposición de plazas, con lo que una jubilación era prácticamente un docente perdido.
En aquel momento ya se estimaba que, por la edad de los docentes, se irían incrementando las jubilaciones anuales hasta llegar a números muy altos en 2012 o 2013. Y así ha ocurrido, pero con el agravante de que ha coincidido en un tiempo de recortes.
Según los datos de la memoria académica de este curso, entre 2010 y 2011 se perdieron más de 125 profesores e investigadores en la UGR. El año siguiente fue de estancamiento y en el último curso (2013-2014) la sangría de personal alcanzó las 159 personas.
La UGR es consciente de este problema y por eso el propio rector, Francisco González Lodeiro, se está mostrando reivindicativo con las Administraciones. Lo más reciente, en el acto de apertura del curso académico, aprovechando la presencia de la presidenta de la Junta, Susana Díaz, explicó que "se está impidiendo la incorporación de nuevo personal que permita renovar las plantillas y hacer frente a las actuales necesidades docentes e investigadoras". El máximo responsable de la institución lamentó no tener forma de evitar que "la universidad envejezca".
Como forma de paliar los efectos que ha tenido en los últimos años la tasa de reposición del 10% impuesta por el Gobierno, la Junta de Andalucía ha anunciado que autorizará la contratación de más de 200 nuevos ayudantes doctores, pero en toda Andalucía.
Solo la Universidad de Granada ya ha pedido a la Junta autorización para 73 contratatos de esos 200. Es una demanda aprobada en el último consejo de gobierno universitario. Esta petición corresponde con el número de sustitutos interinos a tiempo completo que tiene la Universidad de Granada en este momento. De modo que la medida, caso de que fueran autorizadas todas las plazas por la Junta, vendría a mejorar la estabilidad y la calidad del empleo docente actual de la UGR. Pero "no cubre las necesidades reales de nadie", en opinión de José Antonio Naranjo, decano de una de las facultades con más alumnos de la institución docente granadina, Ciencias de la Educación, que se pregunta en qué momento se podrá recuperar el terreno perdido con la merma de docentes de los últimos años.
Las contrataciones de ayudandes doctor y las previsiones de que el Gobierno central pueda ampliar la tasa de reposición al 50% son ahora mismo las únicas luces que se ven al final del túnel. "Mejor es poco que nada", declaró la representante de la sección sindical de CCOO Milagros García Pastor, quien tiene en cuenta que las necesidades de personal que la Universidad se plantea se han calculado desde un punto de vista restrictivo; es decir, teniendo en cuenta la actual "enorme carga docente para los profesores".
Éste es otro motivo de queja generalizado, pues hay profesores que tienen que asumir muchas horas de docencia, lo que les quita tiempo para investigar y obtener mejores resultados, que es a su vez lo que les permitiría liberarse de parte de esa carga docente.
La Universidad de Granada cuenta con una plantilla de personal docente e investigador que suma 3.542 personas. De todos ellos, un 60% son funcionarios (2.137), catedráticos y profesores titulares; y casi el 40% es personal contratado (1.405). Entre ellos están los ayudantes, los profesores asociados (que tienen funciones docentes relacionadas con su actividad profesional), colaboradores, ayudantes doctores y doctores, entre otras categorías más excepcionales.
Lo que más ha decrecido en los últimos años en la Universidad de Granada ha sido el número de profesores contratados (232 de los 284 que se han perdido), mientras que en el caso de los funcionarios la merma ha sido de 73 personas y solo en el último curso académico 2013-2014. La sección sindical de CCOO augura que en los próximos años se notará aún más el recorte en este sector de la plantilla.
Los docentes e investigadores lamentan también la situación creciente de precariedad laboral con "contratos temporales para resolver necesidades apremiantes" y salarios que consideran insuficientes para una educación de calidad, según explicó la decana de Económicas y Empresariales, María del Mar Holgado.
El principal problema radica en la limitación del 10% de la tasa de reposición, impuesta por el Gobierno central en los últimos años, y que limita la incorporación a las plantillas de las Administraciones públicas de relevos para las bajas y las jubilaciones que se produzcan.
En la Universidad, en la práctica esta limitación es aún mayor porque no hay promoción interna. Y en el caso de la de Granada la situación es muy delicada debido a la elevada edad media de su plantilla docente, que es de las más altas de España. Ya en 2005 se empezó a advertir este envejecimiento del personal y la propia Universidad comenzó un plan de renovación. Pero en un primer momento se encontró con la reticencia de los profesores a jubilarse antes de los 65 y más adelante se topó de frente con la crisis y los recortes, que limitaban la reposición de plazas, con lo que una jubilación era prácticamente un docente perdido.
En aquel momento ya se estimaba que, por la edad de los docentes, se irían incrementando las jubilaciones anuales hasta llegar a números muy altos en 2012 o 2013. Y así ha ocurrido, pero con el agravante de que ha coincidido en un tiempo de recortes.
Según los datos de la memoria académica de este curso, entre 2010 y 2011 se perdieron más de 125 profesores e investigadores en la UGR. El año siguiente fue de estancamiento y en el último curso (2013-2014) la sangría de personal alcanzó las 159 personas.
La UGR es consciente de este problema y por eso el propio rector, Francisco González Lodeiro, se está mostrando reivindicativo con las Administraciones. Lo más reciente, en el acto de apertura del curso académico, aprovechando la presencia de la presidenta de la Junta, Susana Díaz, explicó que "se está impidiendo la incorporación de nuevo personal que permita renovar las plantillas y hacer frente a las actuales necesidades docentes e investigadoras". El máximo responsable de la institución lamentó no tener forma de evitar que "la universidad envejezca".
Como forma de paliar los efectos que ha tenido en los últimos años la tasa de reposición del 10% impuesta por el Gobierno, la Junta de Andalucía ha anunciado que autorizará la contratación de más de 200 nuevos ayudantes doctores, pero en toda Andalucía.
Solo la Universidad de Granada ya ha pedido a la Junta autorización para 73 contratatos de esos 200. Es una demanda aprobada en el último consejo de gobierno universitario. Esta petición corresponde con el número de sustitutos interinos a tiempo completo que tiene la Universidad de Granada en este momento. De modo que la medida, caso de que fueran autorizadas todas las plazas por la Junta, vendría a mejorar la estabilidad y la calidad del empleo docente actual de la UGR. Pero "no cubre las necesidades reales de nadie", en opinión de José Antonio Naranjo, decano de una de las facultades con más alumnos de la institución docente granadina, Ciencias de la Educación, que se pregunta en qué momento se podrá recuperar el terreno perdido con la merma de docentes de los últimos años.
Las contrataciones de ayudandes doctor y las previsiones de que el Gobierno central pueda ampliar la tasa de reposición al 50% son ahora mismo las únicas luces que se ven al final del túnel. "Mejor es poco que nada", declaró la representante de la sección sindical de CCOO Milagros García Pastor, quien tiene en cuenta que las necesidades de personal que la Universidad se plantea se han calculado desde un punto de vista restrictivo; es decir, teniendo en cuenta la actual "enorme carga docente para los profesores".
Éste es otro motivo de queja generalizado, pues hay profesores que tienen que asumir muchas horas de docencia, lo que les quita tiempo para investigar y obtener mejores resultados, que es a su vez lo que les permitiría liberarse de parte de esa carga docente.
La Universidad de Granada cuenta con una plantilla de personal docente e investigador que suma 3.542 personas. De todos ellos, un 60% son funcionarios (2.137), catedráticos y profesores titulares; y casi el 40% es personal contratado (1.405). Entre ellos están los ayudantes, los profesores asociados (que tienen funciones docentes relacionadas con su actividad profesional), colaboradores, ayudantes doctores y doctores, entre otras categorías más excepcionales.
Lo que más ha decrecido en los últimos años en la Universidad de Granada ha sido el número de profesores contratados (232 de los 284 que se han perdido), mientras que en el caso de los funcionarios la merma ha sido de 73 personas y solo en el último curso académico 2013-2014. La sección sindical de CCOO augura que en los próximos años se notará aún más el recorte en este sector de la plantilla.
Los docentes e investigadores lamentan también la situación creciente de precariedad laboral con "contratos temporales para resolver necesidades apremiantes" y salarios que consideran insuficientes para una educación de calidad, según explicó la decana de Económicas y Empresariales, María del Mar Holgado.
Comentarios
Publicar un comentario