Nueva tribuna de Gloria Torres Borrell, destacada ambientalista, en CDO (Creadores de Opinión Verde), blogosfera de EFEverde
Por Gloria Torres Borrell.- El gobierno acaba de anunciar que ha autorizado la firma del Convenio europeo para la protección de los animales de compañía del Consejo de Europa.
Y esto, al común de los ciudadanos que tengan una cierta sensibilidad
por los animales, les sonará a música celestial y se alegrarán creyendo
que significa que España se adhiere a un texto legal de la UE que va a
poner firmes a los maltratadores de animales de compañía, cuando la
cruel realidad es que este anuncio no es más que un señuelo con fines
probablemente electorales.¿Por qué?… Pues, en primer lugar, porque la mayoría de la gente no sabe que el Consejo de Europa no, tiene nada que ver con la Unión Europea ni con sus instituciones, sino que es simplemente una organización internacional de la que actualmente forman parte 47 países europeos y no europeos que pretende armonizar las políticas de sus estados miembros y favorecer la adopción de estándares y prácticas comunes, para lo que se han elaborado más de 200 tratados y convenios entre los que figura el Convenio europeo para la protección de los animales de compañía (Texto completo del convenio en inglés pues no hay versión en español)
Y además, porque este convenio fue hecho en 1987, o sea, hace 28 años, por lo que, aunque para esa época suponía un gran avance la prohibición de matar a los animales en las perreras por ahogamiento, por estrangulación, por envenenamiento o por electrocución (artículo 11, formas de sacrificio) o la obligación de utilizar anestesia en las operaciones(artículo 10), a estas alturas y 28 años después, las cosas han cambiado algo, no mucho, pero lo suficiente para que esos métodos bárbaros ya no se utilicen con los perros y gatos y estén expresamente prohibidos por cualquiera de las leyes autonómicas de protección animal vigentes en España. Este convenio no es más que un texto completamente desfasado que detrás de su pomposo nombre no aporta casi nada.
Y lo que es más importante, porque dicho convenio ( al igual que todos los demás convenios del Consejo de Europa) no es un texto legal de obligado cumplimiento por parte de los países que lo firman y luego lo ratifican, sino que sólo es una declaración de buenas intenciones que si un país no las traslada a un texto legal de ámbito nacional (como sería la tan reclamada en España Ley Nacional de Protección Animal) es sólo papel mojado y no sirve para obligar a nada a nadie.
Y, mientras tanto, en ausencia de una legislación nacional seria y valiente que garantice la tenencia responsable de los animales de compañía, en casi todas las perreras municipales, gestionadas normalmente por empresas de control de plagas o de recogida de residuos y cuyo único fin es el máximo lucro, se mata diariamente a cientos de animales sanos e inocentes cuyo único pecado es haber sido abandonados por irresponsables que ya se han cansado de ellos.
En este país tan moderno como a veces bárbaro, se hace ya imprescindible que los gobernantes se planteen de una vez la necesidad de elaborar una Ley nacional de protección animal que establezca el control de las poblaciones de animales de compañía mediante la esterilización obligatoria de los animales no destinados a la cría así como la prohibición del sacrificio de animales en las perreras como forma de “limpieza” de los que sobran.
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