UNA REFORMA FISCAL MEDOAMBIENTAL LLEVARÍA A ESPAÑA A RECUPERAR SENDE DEL CRECIMIENTO. POR CONSTANZE ADOLF EFE: VERDE
El
gobierno elegido al final del año 2015 tendrá la oportunidad de colocar
a España a la vanguardia mundial en tecnología y creatividad.
Durante
más de 25 años y en muchos países, una transferencia de la presión
fiscal sobre el trabajo hacia los recursos naturales y la energía ha
conseguido reducir los costes relacionados de prácticas que intentan
mitigar los efectos negativos que tiene el desarrollo sobre el medio
ambiente. A su vez ello ha contribuido a generar ingresos que ayudan a
financiar o incluso ampliar los programas de eficiencia energética, los
cuales crean puestos de trabajo locales y fomentan la innovación
tecnológica. Finalmente es una garantía más para la sostenibilidad del
estado del bienestar.
Es importante recordar que una reforma de la fiscalidad no aumentaría necesariamente el peso tributario que soportan los ciudadanos y empresas
Los impuestos sobre la energía producen un incremento de los costes
del carbono y, como consecuencia, estimulan el cambio hacia combustibles
menos intensivos en carbono, mejoran la eficiencia energética y la
inversión en energías renovables. Esto a su vez puede contribuir a
reducir las emisiones de forma eficiente, es decir con un menor coste, y
así alcanzar los objetivos climáticos.
Estamos a poco más de un mes de la conferencia COP21 en Paris
Reducir
el impacto ambiental, hacer frente al cambio climático y reducir las
desigualdades son los principales retos para alcanzar un desarrollo
económico sostenible. En España las emisiones de gases de efecto
invernadero han bajado desde 2008, en buena medida a causa de la
reducción de la actividad económica. Sin embargo, el país no está
alcanzando los objetivos derivados del Protocolo de Kioto, en
comparación con otros países europeos y de la OCDE. Dentro del contexto
global, España tampoco ha conseguido avances significativos en términos
de eficiencia energética y descarbonización de la economía.
La
dependencia exterior de las fuentes primarias de energía sigue siendo
muy elevada, alrededor del 80%. Pese a ello, España tiene unos niveles
de imposición energética bajos, que la situaban en el puesto 28 de la UE
en 2012 en cuanto al peso de estos impuestos respecto del PIB.
El desarrollo de la fiscalidad del futuro gobierno debe tener como objetivo la sostenibilidad económica, social y ambiental.
Fomentar la eficiencia energética y penalizar el derroche
El
22 de octubre, durante la conferencia sobre “Trabajo, crecimiento y
sostenibilidad: el rol de la reforma fiscal medioambiental en la
recuperación económica”1,
representantes de partidos políticos, la administración, el sector
privado y expertos en materia fiscal, económica, medioambiental y social
confirmaban que estos impuestos además de incrementar la recaudación
sobre la base de penalizar el uso irresponsable, causan un impacto más
positivo sobre el desarrollo económico y el empleo que otras
alternativas. También crea incentivos sobre las empresas y los
consumidores para incrementar la eficiencia energética.
No
tengo ninguna duda de que una Reforma Fiscal Medioambiental llevaría a
España como a otros países a recuperar la senda del crecimiento, de
forma sostenible y explotando sus verdaderos recursos naturales y
sociales.
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