La deshidratación causa sensación de confusión y fatiga, somnolencia y afecta al riesgo de caídas.
La jornada científica Nutrición e Hidratación, organizada por la Academia Española de Nutrición y Ciencias de la Alimentación, y la Real Academia de Medicina de Andalucía Oriental, y que ha contado con el apoyo de la Fundación Iberoamericana de Nutrición (Finut) y la Fundación para la Investigación Nutrición (FIN), y la colaboración de Coca-Cola Iberia, se celebró recientemente en Granada. En este foro, los asistentes abordaron algunas de las evidencias cientificas que sostienen la estrecha relación entre la alimentación, la hidratación y la salud. Los expertos recomiendan consumir aproximadamente entre 2 y 2,5 litros de líquido al día, proviniendo un 20-25% de los alimentos y un 75-80% de las bebidas, es decir, esta cantidad debe ser aportada a través de la dieta diaria. Esta media, evidentemente, ha de adaptarse a los factores de edad, sexo, ejercicio físico realizado o condiciones climáticas.
En los adultos, el agua representa el 60% de su peso corporal, porcentaje que asciende al 75% en los recién nacidos y a más del 90% en el feto. Sin embargo, en las personas mayores disminuye al 50%. Según el doctor Ángel Gil, catedrático del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Granada y presidente de Finut, "una de las principales diferencias con respecto al resto de nutrientes es la incapacidad de la homeostasis del agua para 'depositarse' en nuestro organismo, por lo que ha de mantenerse en una cantidad prácticamente constante, equilibrando sus pérdidas mediante su ingesta y la del resto de líquidos".Según el doctor Lluis Serra, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y Presidente de la FIN "las recomendaciones para una correcta hidratación incluyen tomar bebidas en las comida y entre las mismas; aumentar el consumo de verduras, frutas, y sopas; no confiar en la sensación de sed para beber; tener líquido siempre a mano; y mantener las bebidas a temperatura moderada".En las personas mayores, "la hidratación se convierte en una verdadera necesidad a la que hay que prestar especial atención. Con la edad, se producen cambios en la función renal, que se relacionan con los problemas de deshidratación y de termorregulación en las personas de edad, por lo que es necesario informar a las personas mayores sobre la necesidad de beber suficiente, incluso sin atender a la sed".
En los adultos, el agua representa el 60% de su peso corporal, porcentaje que asciende al 75% en los recién nacidos y a más del 90% en el feto. Sin embargo, en las personas mayores disminuye al 50%. Según el doctor Ángel Gil, catedrático del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Granada y presidente de Finut, "una de las principales diferencias con respecto al resto de nutrientes es la incapacidad de la homeostasis del agua para 'depositarse' en nuestro organismo, por lo que ha de mantenerse en una cantidad prácticamente constante, equilibrando sus pérdidas mediante su ingesta y la del resto de líquidos".Según el doctor Lluis Serra, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y Presidente de la FIN "las recomendaciones para una correcta hidratación incluyen tomar bebidas en las comida y entre las mismas; aumentar el consumo de verduras, frutas, y sopas; no confiar en la sensación de sed para beber; tener líquido siempre a mano; y mantener las bebidas a temperatura moderada".En las personas mayores, "la hidratación se convierte en una verdadera necesidad a la que hay que prestar especial atención. Con la edad, se producen cambios en la función renal, que se relacionan con los problemas de deshidratación y de termorregulación en las personas de edad, por lo que es necesario informar a las personas mayores sobre la necesidad de beber suficiente, incluso sin atender a la sed".
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