El desembarco de un millar de cruceristas británicos alegró la jornada a comerciantes y hosteleros del centro de Motril
Ni arreglan cinco años de crisis ni son la panacea, pero no cabe duda de que la llegada de dos mil turistas en crucero al puerto de Motril en tan solo dos días supone un revulsivo económico y un balón de oxígeno para sector hostelero y comercio. El pasaje del 'Thomsom Dream' -1.573 cruceristas- vino ayer a dar una alegría a Motril y hoy se sumarán los 362 del barco Azamara Quest. Es la mayor avalancha de turistas que se espera este año en la Costa Tropical. De los pasajeros llegados ayer, sólo 223 contrataron excursiones a los pueblos de La Alpujarra y para ver La Alhambra; el resto se movió por su cuenta.
El área de Turismo del Ayuntamiento de Motril -que desplazó a sus técnicos al Puerto para atender a los turistas- calcula que fueron unos ochocientos, casi en su totalidad británicos, los que subieron al centro y brindaron a las calles una inusual imagen de ciudad turística, con sus mapas, sus chanclas y sus pantalones cortos. El crucerista de este barco correspondía a un perfil más joven y más familiar, distinto a los pasajeros de los barcos de lujo en los que hasta ahora se había centrado el puerto de Motril. La dársena diversifica así su mercado con esta nueva naviera que hizo escala por primera vez en Motril procedente de Tánger y con destino a Cartagena. En la oficina municipal de Turismo del Parque de los Pueblos atendieron ayer a 465 de los cruceristas. Principalmente pidieron información sobre lugares de interés y preguntaron por las compras. La mayoría de los turistas utilizaron las lanzaderas gratuitas que puso la Autoridad Portuaria para conectar con el centro aunque hubo, incluso, quien se atrevió a recorrer al pie la distancia desde el puerto. La impresión que se llevan de Motril los turistas consultados por este periódico es mayoritariamente buena.
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