Las personas que padecen esta enfermedad caracterizada por dolor crónico y cansancio generalizado, pueden tardar hasta 7 años en ser diagnosticados
Hay pacientes que tienen dolor generalizado, fatiga extrema, insomnio, falta de atención y memoria, trastornos gastrointestinales, contracturas, pero que, a pesar de tanto dolor crónico, no encuentran respuesta inmediata a lo que padecen. Pueden pasar entre 5 y 7 años para que se les diagnostique fibromialgia. “Es como si una persona tuviera amplificados todos los estímulos sensoriales, y cualquier tipo de estímulo lo notasen muchísimo más que una persona que no lo padece", explica el doctor José María Gómez Argüelles, coordinador del Comité para el Estado de la Fibromialgia de la Sociedad Española de Neurología, en declaraciones a Europa Press.
La razón por la que es tan difícil diagnosticar la enfermedad, que afecta a un 3 por ciento de la población, siendo las mujeres (90%) las principales afectadas, es que no existe ninguna prueba específica que la delate porque no se conocen las causas específicas que producen la enfermedad. En contraste con lo que se creía hasta ahora, que apuntaban a causas de origen traumatológico o psicológico, nuevos estudios señalan que puede ser una alteración del sistema nervioso, que procesa de una manera distinta, aumentándola, la señal dolorosa que se procesa en el cerebro.
En busca de un tratamiento eficaz
“Estamos en el camino adecuado”, dice el doctor Gómez Argüelles. “La evidencia científica avala que es un problema neurológico. Por tanto, creo que estamos en el camino adecuado para buscar un tratamiento eficaz para esta enfermedad”. El tratamiento suele ser farmacológico que atenúa de forma parcial los dolores intensos y generales, pero no lo eliminan. No obstante, la principal recomendación para los pacientes es mantenerse activos, física y psicológicamente.
Por otra parte, para los pacientes de Burgos con fibromialgia, ya está en funcionamiento la Unidad Funcional de Dolor Agudo del Hospital Universitario de Burgos, con dos anestesistas y una enfermera. Los 200 afectados de la provincia ya no tendrán que desplazarse a otras localidades, la más cercana Salamanca. Está prevista una segunda fase para tratar el dolor crónico.
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