-
Cinetíficos del Ciberobn han descubierto que las personas delgadas con riesgo de enferemedades metabólicas también existen
Sabíamos de la existencia de obesos metabólicamente sanos, y ahora
científicos del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología
de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn), del Instituto de Salud Carlos
III, acaban de descubrir que los delgados con riesgo de enfermedades
metabólicas también existen.
La investigación, dirigida por el doctor Francisco Tinahones, del Hospital Virgen de la Victoria de Málaga, se basa en una muestra de 92 individuos con peso normal cuyo perfil adiposo presenta características similares al tejido graso de obesos y tienen, por tanto, probabilidad de desarrollar afecciones metabólicas.
El estudio, publicado recientemente en la revista Translational Research, da un paso adelante en derribar los mitos sobre el normo peso como indicador de salud. Hasta ahora se había probado, también desde el CIBERobn, la existencia de sujetos obesos metabólicamente sanos, con lo que este trabajo refuerza la tesis de mantener un perfil metabólico saludable (dieta saludable y equilibrada, práctica regular de ejercicio físico, buen descanso nocturno, niveles de lípidos adecuados, etc.) más allá del peso corporal.
La obesidad está asociada con un alto nivel de infiltración de macrófagos en el tejido adiposo, lo que contribuye en gran parte a desarrollar síndrome metabólico y otras complicaciones.
Para entender el foco del estudio, el equipo del CIBEROBN se fijó en los monocitos y en los macrófagos, ambos glóbulos blancos que desempeñan un importante papel en la función del sistema inmunológico. En particular, los macrófagos son un tipo de leucocito que «se come» el material extraño en el cuerpo y actúa como guardia de seguridad para el sistema inmunológico.
El trabajo de campo del grupo del doctor Tinahones se basó en estudiar los tejidos adiposos a nivel subcutáneo y visceral, investigando por vez primera las diferencias en la infiltración, inflamación y adipogénesis de los monocitos y macrófagos en individuos de peso normal que tienen enfermedades metabólicas. «Tomadas las muestras, se evidencia un diferente grado de infiltración de macrófagos entre el tejido subcutáneo y visceral, siendo el mayor a nivel subcutáneo que en visceral. Este hecho corrobora la hipótesis de que el tejido adiposo subcutáneo puede enfermar al inicio de la enfermedad metabólica y en algunas personas puede enfermar (infiltrarse de macrófagos) sin que tengan obesidad», explica Francisco Tinahones.
«Un incremento de la infiltración de macrófagos en el tejido adiposo se asocia a un decrecimiento de la función lipogénica, si el tejido apidoso disminuye su capacidad de almacenar lípidos, el tejido adiposo deja de cumplir su función principal. Estos hechos pueden explicar por qué tanto personas obesas como delgadas pueden desarrollar enfermedades metabólicas o permanecer sanas independientemente del peso», añade el doctor Tinahones. Estudiar los macrófagos en el tejido subcutáneo es clave, por tanto, para predecir el riesgo de alteraciones metabólicas en pacientes, como diabetes y enfermedades cardiovasculares.
La investigación, dirigida por el doctor Francisco Tinahones, del Hospital Virgen de la Victoria de Málaga, se basa en una muestra de 92 individuos con peso normal cuyo perfil adiposo presenta características similares al tejido graso de obesos y tienen, por tanto, probabilidad de desarrollar afecciones metabólicas.
El estudio, publicado recientemente en la revista Translational Research, da un paso adelante en derribar los mitos sobre el normo peso como indicador de salud. Hasta ahora se había probado, también desde el CIBERobn, la existencia de sujetos obesos metabólicamente sanos, con lo que este trabajo refuerza la tesis de mantener un perfil metabólico saludable (dieta saludable y equilibrada, práctica regular de ejercicio físico, buen descanso nocturno, niveles de lípidos adecuados, etc.) más allá del peso corporal.
La obesidad está asociada con un alto nivel de infiltración de macrófagos en el tejido adiposo, lo que contribuye en gran parte a desarrollar síndrome metabólico y otras complicaciones.
Para entender el foco del estudio, el equipo del CIBEROBN se fijó en los monocitos y en los macrófagos, ambos glóbulos blancos que desempeñan un importante papel en la función del sistema inmunológico. En particular, los macrófagos son un tipo de leucocito que «se come» el material extraño en el cuerpo y actúa como guardia de seguridad para el sistema inmunológico.
El trabajo de campo del grupo del doctor Tinahones se basó en estudiar los tejidos adiposos a nivel subcutáneo y visceral, investigando por vez primera las diferencias en la infiltración, inflamación y adipogénesis de los monocitos y macrófagos en individuos de peso normal que tienen enfermedades metabólicas. «Tomadas las muestras, se evidencia un diferente grado de infiltración de macrófagos entre el tejido subcutáneo y visceral, siendo el mayor a nivel subcutáneo que en visceral. Este hecho corrobora la hipótesis de que el tejido adiposo subcutáneo puede enfermar al inicio de la enfermedad metabólica y en algunas personas puede enfermar (infiltrarse de macrófagos) sin que tengan obesidad», explica Francisco Tinahones.
«Un incremento de la infiltración de macrófagos en el tejido adiposo se asocia a un decrecimiento de la función lipogénica, si el tejido apidoso disminuye su capacidad de almacenar lípidos, el tejido adiposo deja de cumplir su función principal. Estos hechos pueden explicar por qué tanto personas obesas como delgadas pueden desarrollar enfermedades metabólicas o permanecer sanas independientemente del peso», añade el doctor Tinahones. Estudiar los macrófagos en el tejido subcutáneo es clave, por tanto, para predecir el riesgo de alteraciones metabólicas en pacientes, como diabetes y enfermedades cardiovasculares.
Comentarios
Publicar un comentario