VECINOS DEL INTERCAMBIADOR DEL VIOLÓN QUE SE RETIREN LAS PARADAS DE LA LAC
-
La semana próxima se concentrarán todos los días durante quince minutos para reclamar el traslado de las dársenas
Asomarse a mediodía al balcón de la casa de Manuel Arca, ubicado en
la sexta planta del edificio Príncipe, es como hacerlo a la autovía de
la Circunvalación en hora punta. Dan ganas de volver al salón, cerrar la
ventana y marcharse al monte. El ruido de tráfico es persistente. Hay
momentos en los que cuesta entender lo que dice alguien que está a medio
metro. El trasiego de coches es continuo. Pero quizá no es lo peor. El
ir y venir de vehículos largos de todos los colores es constante.
Enfrente nunca hay menos de tres autobuses detenidos recogiendo o
dejando viajeros. El pico más alto es de seis.
Eso es al otro lado del Paseo del Violón. En este, de vez en cuando, cruza justo por debajo un LAC, un 'rojo' y algún 'verde manzana'. De estos últimos, autobuses metropolitanos que llegan desde los pueblos del sur, varios giran a la derecha y se introducen en la calle Antonio Dalmases. Otros siguen para doblar después del Palacio de Congresos. El edificio Príncipe también dobla una esquina, la de Antonio Dalmases, precisamente, y recorre parte de esa calle. Ahí se encuentra el portal de acceso al Príncipe. Y ahí justo se detienen.
«Los vecinos que viven en esa parte tienen que soportar el ruido de la LAC, de los rojos y también de los metropolitanos», explica Manuel Arca. Es el presidente de la comunidad de vecinos. Ha accedido a la presidencia recientemente, después de un tiempo como vicepresidente. «Esto es un infierno», suspira. «Empiezan a las seis y media de la mañana y están todo el día hasta las doce de la noche. Como mínimo, siempre hay un LAC ahí parado con el motor en marcha. Lo normal es que haya dos, pero a veces se juntan tres», detalla.
Dos escritos de protesta Hasta el Ayuntamiento de Granada han llegado dos escritos. Uno lo firma el propio Manuel Arca en nombre de la comunidad que preside. Entró en registro hace un mes. Iba dirigido a la concejala de Protección Ciudadana y Movilidad, Telesfora Ruiz, a la que manifestaron su «desacuerdo por la implantación del LAC en las inmediaciones de nuestro edificio», que ha producido «una acumulación de tráfico rodado tan enorme que va a influir en la salud de los vecinos».
El otro escrito, una demanda administrativa, se registró el pasado 28 de octubre. Lo firman 159 ciudadanos, vecinos, trabajadores y usuarios del Paseo del Violón. Temen por su salud y piden información exhaustiva de todo el proyecto del intercambiador. «Tal exceso ruido produce irritabilidad y puede dar lugar también a enfermedades psicológicas graves.
Ante la respuesta negativa del Ayuntamiento han decidido pasar a la acción. La próxima semana, de lunes a viernes, se concentrarán en el Violón de 13.30 a 13.45 horas para exigir el traslado. La Subdelegación del Gobierno ha dado permiso, tras solicitarlo el propio Arca. Les permiten pisar un carril de la calzada siempre que el número de personas lo haga necesario. La LAC tiene nuevos enemigos.
Eso es al otro lado del Paseo del Violón. En este, de vez en cuando, cruza justo por debajo un LAC, un 'rojo' y algún 'verde manzana'. De estos últimos, autobuses metropolitanos que llegan desde los pueblos del sur, varios giran a la derecha y se introducen en la calle Antonio Dalmases. Otros siguen para doblar después del Palacio de Congresos. El edificio Príncipe también dobla una esquina, la de Antonio Dalmases, precisamente, y recorre parte de esa calle. Ahí se encuentra el portal de acceso al Príncipe. Y ahí justo se detienen.
«Los vecinos que viven en esa parte tienen que soportar el ruido de la LAC, de los rojos y también de los metropolitanos», explica Manuel Arca. Es el presidente de la comunidad de vecinos. Ha accedido a la presidencia recientemente, después de un tiempo como vicepresidente. «Esto es un infierno», suspira. «Empiezan a las seis y media de la mañana y están todo el día hasta las doce de la noche. Como mínimo, siempre hay un LAC ahí parado con el motor en marcha. Lo normal es que haya dos, pero a veces se juntan tres», detalla.
Dos escritos de protesta Hasta el Ayuntamiento de Granada han llegado dos escritos. Uno lo firma el propio Manuel Arca en nombre de la comunidad que preside. Entró en registro hace un mes. Iba dirigido a la concejala de Protección Ciudadana y Movilidad, Telesfora Ruiz, a la que manifestaron su «desacuerdo por la implantación del LAC en las inmediaciones de nuestro edificio», que ha producido «una acumulación de tráfico rodado tan enorme que va a influir en la salud de los vecinos».
El otro escrito, una demanda administrativa, se registró el pasado 28 de octubre. Lo firman 159 ciudadanos, vecinos, trabajadores y usuarios del Paseo del Violón. Temen por su salud y piden información exhaustiva de todo el proyecto del intercambiador. «Tal exceso ruido produce irritabilidad y puede dar lugar también a enfermedades psicológicas graves.
Ante la respuesta negativa del Ayuntamiento han decidido pasar a la acción. La próxima semana, de lunes a viernes, se concentrarán en el Violón de 13.30 a 13.45 horas para exigir el traslado. La Subdelegación del Gobierno ha dado permiso, tras solicitarlo el propio Arca. Les permiten pisar un carril de la calzada siempre que el número de personas lo haga necesario. La LAC tiene nuevos enemigos.
Comentarios
Publicar un comentario