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EL DIA DE LA VENGÜENZA DE MASPALOMA

La imagen de 17 inmigrantes trasladados en un volquete de camión ha dado la vuelta al mundo - Los subsaharianos pasaron siete horas bajo un sol de justicia

t. llamas / j. montesdeoca 09.11.2014 | 01:11

Momento en el que los 17 inmigrantes suben al volquete del camión para transportalos al Faro. GIORGIO RAPETTI

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Una cadena de errores, improvisaciones y descoordinación entre los servicios de emergencia, con el miedo al virus del ébola como telón de fondo, ha vuelto a poner a Maspalomas en el ojo del huracán.
El traslado a comisaría de unos exhaustos inmigrantes en el volquete de un camión de limpieza no es la mejor imagen para una playa que presume ser una de las mejores del mundo. Esa es la foto que ha dado la vuelta al mundo, pero no la única. Ante la sorpresa de los centenares de turistas que se encontraban el miércoles en la Punta de Maspalomas, los 21 jóvenes subsaharianos, recién desembarcados de una patera tras cinco días de penurias en alta mar, permanecieron aislados durante siete horas en las dunas, tumbados en la arena o buscando la sombra de la pala de un tractor. Cinco horas tardaron en atenderlos ante el temor al contagio del ébola. Y como colofón a los despropósitos, sin que se haya aclarado quien daba las órdenes, la barquilla de madera fue quemada en la propia playa, en un espacio natural protegido por donde caminan miles de visitantes cada día.
Tampoco ha ayudado a la imagen turística del sur de Gran Canaria que las tres administraciones que actuaron en el operativo -el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana, el Gobierno de Canarias y la Delegación del Gobierno central en las Islas- hayan intentado quitarse de encima sus responsabilidades con veladas acusaciones a los demás participantes.
Tanto el presidente autonómico, Paulino Rivero, como la Delegada del Gobierno, María del Carmen Hernández Bento, reconocieron los errores al día siguiente y anunciaron una investigación para aclarar por qué tardaron tanto en llegar los equipos sanitarios y quién decidió trasladar a los inmigrantes en el camión de limpieza, pero a esas horas ya circulaban por todo el planeta esas vergonzosas imágenes.
Los hechos revelan, y así lo han reconocido todas las partes, que no existe un protocolo claro sobre cómo afrontar una alerta por ébola, pues nadie en la playa sabía qué hacer con los inmigrantes y esperaron órdenes superiores que no llegaron hasta cinco horas después del desembarco. La otra realidad es que, una vez despejadas las sospechas, se actuó de forma inhumana con los subsaharianos.
Z 09.30 horas
El 1-1-2 avista una patera en las inmediaciones de la Punta de la Bajeta, una lengua de arena que separa Playa del Inglés y Maspalomas, y avisa a los servicios de emergencias pertinentes, la Cruz Roja, la Policía Local de San Bartolomé y la Policía Nacional para que se presenten en la zona con una ambulancia medicalizada. Los participantes en el rescate esperan que la embarcación arribe a la orilla y que los 21 subsaharianos lleguen por su propio pie a la playa. Inmediatamente el personal de Cruz Roja detecta que seis de los africanos, entre los que se encontraban dos mujeres, presentan más de 40 grados de fiebre. La procedencia de los inmigrantes, algunos de Guinea Conakry, Senegal o Sierra Leona, desata la alarma ante la sospecha de que puedan estar afectados por el virus de ébola.
Z 10.30 horas
La Cruz Roja avisa al Servicio de Urgencias Canario (SUC) de la nueva situación que plantea el estado de los inmigrantes. El alcalde de San Bartolomé de Tirajana, Marco Aurelio Pérez, llama a la consejera de Sanidad del Gobierno canario, Brígida Mendoza, para informarle de lo sucedido y la responsable de Salud Pública responde que ya han enviado a personal cualificado para atender a los enfermos.
Z 11.30 horas
Según el Ayuntamiento sureño, el Gobierno canario activa el protocolo sanitario para el tratamiento del ébola. Se reparten entonces guantes y mascarillas al medio centenar de efectivos de la policía y se ordena acordonar cerca de 100 metros del perímetro de las dunas para que los turistas no se acerquen a los inmigrantes. Los agentes, ya usando el material de prevención, se disponen a desviar el paso de los bañistas y dejan en el medio de la zona acordonada al grupo de subsaharianos, con sus ropas y con los enseres que transportaban en la patera. La embarcación es retirada hacia otro punto por una grúa municipal.
Z 12.30 horas
El concejal de Playas de San Bar-tolomé de Tirajana, José Carlos Álamo, se reúne en la zona con el resto de los mandos de seguri- dad del municipio y comienza una larga espera por personal médico del Gobierno canario. Las directrices sanitarias ordenan por el momento aislar a los seis inmigrantes con fiebre del resto de sus compatriotas. Incluso se baraja montar un hospitalito improvisado a pie de playa.
Z 13.15 horas
Llega el médico del 1-1-2 desde el municipio de Telde a la punta del arenal. El sanitario no considera oportuno acercarse a los inmigrantes sin el equipo de protección necesario ante la sospecha de enfermedad por virus del ébola. Cruz Roja deja bocadillos y zumos a cinco metros de distancia de los inmigrantes, que los jóvenes africanos tendrán que ir a buscar uno a uno por su propio pie. El alimento y la bebida se le suministra a los inmigrantes cuando ya han pasado más de cuatro horas desde su llegada a la playa. Asimismo, se les depositan las mascarillas a una distancia prudencial para evitar cualquier tipo de contacto físico. Según declararon el viernes ante la jueza que tramita la devolución a sus respectivos países, habían salido cinco días antes desde algún punto de la costa del sur de Marruecos, tras pagar entre 400 y 1.000 euros a la persona que organizó el viaje en la patera. En condiciones normales, el trayecto se podría realizar en dos días, pero debieron perderse o tener dificultades en alta mar, lo que explica que llegaran tan debilitados y, seis de ellos, con fiebre. Un africano residente en San Fernando de Maspalomas, que pasaba por allí, se ofrece de traductor voluntario de los compatriotas. Las autoridades le impiden acceder al recinto "por razones de seguridad".
Z 14.30 horas.
La presencia de los inmigrantes bajo un sol de justicia en las dunas atrae la mirada y la atención de los visitantes. Algunos turistas comienzan a sacar fotos de los jóvenes, que permanecen detenidos por medio centenar de policías. No se plantea habilitar un espacio con sombra para los enfermos. Evitar el contacto directo con los africanos es la máxima de la jornada. En una de las imágenes se observa a inmigrantes cobijados del calor en la pala de uno de los tractores que limpian la playa.
Z 15.00 horas
El Gobierno canario envía un comunicado oficial en el que aclara que no se ha procedido a activar el protocolo sanitario por virus de ébola, dado que los enfermos no han presentado "criterios epidemiológicos", como diarrea o vómitos. El personal sanitario vuelve a tomar la temperatura a los seis inmigrantes con fiebre y solo cuatro presentan décimas. Según las autoridades sanitarias, se ordena la salida de dos equipos médicos hacia la playa a los pocos minutos de recibir el aviso de la llegada de la patera, pero se aborta el dispositivo ante la noticia de que los inmigrantes tenían fiebre y procedían de países afectados por el ébola. Cuando un segundo equipo preparado con trajes especiales se dispone a salir, llegan nuevas noticias de la playa. Según esa versión, los inmigrantes logran explicar, chapurreando algo de español, que llevan un año en Marruecos esperando para hacer el viaje a Canarias, lo que a priori descarta que estén contagiados con el virus. Los análisis posteriores confirman que no padecen esa enfermedad y que la fiebre puede deberse a la insolación y a los cambios bruscos de temperatura en alta mar.
Z 15.50 horas
Se procede a quemar la patera en un lateral de la playa ante la atenta mirada de los turistas. Los cuatro inmigrantes enfermos son transportados en ambulancia del Gobierno canario al centro de salud de Maspalomas. Los 17 restantes, que deben prestar declaración en las dependencias policiales, acceden por su propio pie a un camión municipal de los servicios de limpieza de playa. Según el Ayuntamiento, la Policía Nacional fue el organismo que dio la orden de transportarlos en este vehículo de tracción total "debido a que otro tipo de vehículo no podían acceder a la zona de las dunas". Los inmigrantes son trasladados en la parte trasera del camión durante cuatro kilómetros hasta el faro de Maspalomas. Enfrente de ese icono turístico de Gran Canaria les esperaban los furgones policiales para llevarlos a comisaría.

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