EL METODO CAPARROS DESACTIVAR EL ATAQUE DEL CELTA
El equipo andaluz, que no vence desde el 20 de septiembre, impidió la tercera victoria consecutiva de los de Berizzo, que llegaban de ganar en el Camp Nou.
En cuanto el árbitro señaló el final del encuentro, Joaquín Caparrós cerró su puño derecho y celebró con rabia el punto cosechado en Balaídos.
Planteó el partido para empatar y le salió a la perfección. Nunca se
caracterizó el utrerano por ser un técnico ofensivo, mucho menos lo iba a
ser estando cuestionado y ante un equipo enrachado. Desactivó al ataque
celeste, que tampoco estuvo demasiado inspirado, y a partir de ahí
buscó alguna jugada aislada para buscar un gol que le hiciera sacar
petróleo.
En la primera parte, el Celta solo fue incapaz de generar peligro y sólo gozó de tres ocasiones: un gol bien anulado a Sergi Gómez, una mala definición de Hernández tras el único error de Roberto en todo el partido y un cabezazo de Gómez que obligó al meta nazarí a lucirse.
Tras la reanudación, los locales se volcaron en el área contraria y el Granada dio un paso todavía más atrás. Sin embargo, no era la noche de Nolito y Larrivey. Tanto uno como otro fallaron varias veces en la definición, algo inusual en lo que va de temporada. El argentino se quedó por primera vez sin marcar en Balaídos y el sanluqueño no pudo celebrar con una buena actuación su internacionalidad.Orellana fue el único del trío mágico que estuvo activo y acertado, pero no fue suficiente.
El paso de los minutos desesperaba al Celta y la entrada de Rochina fue un soplo de aire fresco para el Granada. El delantero nazarí obligó a la zaga celeste a emplearse a fondo y Cabral tuvo que evitar bajo palos un tanto que parecía cantado.
En los últimos minutos, y con los tres cambios realizados, Roberto se lesionó en la rodilla. Mermado, el meta no perdió la compostura, Incluso con la pierna dañada consiguió despejar un disparo de Orellana cuando el partido ya agonizaba. Permitió que el plan de Caparrós saliera bien.
En la primera parte, el Celta solo fue incapaz de generar peligro y sólo gozó de tres ocasiones: un gol bien anulado a Sergi Gómez, una mala definición de Hernández tras el único error de Roberto en todo el partido y un cabezazo de Gómez que obligó al meta nazarí a lucirse.
Tras la reanudación, los locales se volcaron en el área contraria y el Granada dio un paso todavía más atrás. Sin embargo, no era la noche de Nolito y Larrivey. Tanto uno como otro fallaron varias veces en la definición, algo inusual en lo que va de temporada. El argentino se quedó por primera vez sin marcar en Balaídos y el sanluqueño no pudo celebrar con una buena actuación su internacionalidad.Orellana fue el único del trío mágico que estuvo activo y acertado, pero no fue suficiente.
El paso de los minutos desesperaba al Celta y la entrada de Rochina fue un soplo de aire fresco para el Granada. El delantero nazarí obligó a la zaga celeste a emplearse a fondo y Cabral tuvo que evitar bajo palos un tanto que parecía cantado.
En los últimos minutos, y con los tres cambios realizados, Roberto se lesionó en la rodilla. Mermado, el meta no perdió la compostura, Incluso con la pierna dañada consiguió despejar un disparo de Orellana cuando el partido ya agonizaba. Permitió que el plan de Caparrós saliera bien.
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