UNA CRISIS...... ¿ DE AHORA?
La iniciativa para la declaración de la
Alpujarra como Patrimonio Mundial fue impulsada en 2012 Si
La Alpujarra está siendo estos días el ojo del huracán de un
intenso debate. La razón es la del estallido de una crisis motivada por
el proceso que se está llevando a cabo para que la comarca sea declarada
Patrimonio Mundial por la Unesco, distinción que todo el mundo apoya en
el fondo pero no en las formas y que en nuestra provincia ya tienen la
Alhambra y el Albaicín. La iniciativa fue impulsada en septiembre de
2012 por la Diputación de Granada, con su presidente, Sebastián Pérez, a
la cabeza. Desde entonces, mientras por un lado se iban sumando las
instituciones, asociaciones, colectivos y partidos políticos a la
iniciativa, por otro surgían las críticas.
Ya en febrero de 2013, el mismo mes en el que se constituyó el Grupo de Trabajo encargado de elaborar el expediente de la candidatura, el vicesecretario general del PSOE, José Entrena, en una reunión celebrada en Lanjarón, señalaba que "ante la buena iniciativa que es inicialmente que la Alpujarra sea declarada Patrimonio de la Humanidad, vemos que nos está faltando escuchar directamente a los responsables y representantes públicos de esta comarca".
Desde entonces siempre ha existido esa batalla entre quienes lideran el proyecto y quienes pedían decisiones más desde la propia comarca que desde los despachos, críticas que oficialmente siempre han venido del mismo sitio: desde el PSOE, y por eso tal vez, eran vistas como un simple "berrinche político" y sin apenas trascendencia mediática. Pese a las sorpresas que estamos viendo estos días, desde las entrañas de la Alpujarra las desavenencias en torno a ello siempre han sido un secreto a voces.
A partir del lunes, en la Comisión Nacional de Patrimonio, que se reúne en Lanzarote, se decidirá si la candidatura alpujarreña entra o no en la Lista Indicativa ya que le ha salido un competidor: el monumento de Medina Azahara de Córdoba. Mientras tanto, los ayuntamientos alpujarreños gobernados por los socialistas, han decidido tirar su último cartucho: presentar mociones para pedir que el proceso de la candidatura se paralice hasta que no exista el consenso deseado, precisamente uno de los requisitos exigidos por los responsables de la Unesco para que salga adelante.
Mociones socialistas que en media docena de ayuntamientos también han sido apoyadas por el PP, partido al que pertenecen quienes han llevado por bandera el proceso de la candidatura, motivo que hizo saltar las alarmas, tanto que hasta incluso ha provocado la primera víctima: el alpujarreño y ya ex diputado de Turismo Francisco Tarifa, quien el pasado martes dimitía de su cargo en la institución provincial, entre otras muchas cosas, por sentirse "traicionado por unos compañeros que no conozco demasiado".
La polémica está servida, pero tras las noticias de los últimos días se empieza a matizar. Por ejemplo, el Ayuntamiento de Órgiva, que iba a someter a pleno el viernes la moción socialista, retiró a última hora ese punto del orden del día. La razón que expuso la alcaldesa para retirarlo es que afecta directamente a una persona de la corporación, en referencia al concejal y ya ex diputado Tarifa.
Precisamente la alcaldesa de Órgiva, María Ángeles Blanco (PSOE), una de las más críticas con todo el proceso liderado por la Diputación, señala que "desde que se puso en marcha la candidatura hemos venido pidiendo que se haga desde abajo hacia arriba", por eso añade que "tenemos que concienciarnos, creérnoslo y decidirlo quienes vivimos aquí. Y viendo que la cosa iba tan rápida desde el PSOE nos hemos movilizado". Blanco asegura que "esto no es un problema político, sino de la sociedad alpujarreña en general", por lo que lo único que piden "es conocer el documento, que los ciudadanos lo conozcan y en función de eso opinar. Estamos cansados que desde los despachos se nos condicione la vida a los que vivimos en la Alpujarra. Somos mayores de edad y queremos decidir nosotros cuál tiene que ser nuestro futuro" concluye la edil orgiveña.
Por el contrario, entre los alcaldes alpujarreños que apoyan tanto el proceso como las formas, está el de Bubión, Roberto Rodríguez (PP), quien asegura de manera contundente que todo esto es "política pura y dura", añadiendo que el PSOE, pese a las críticas, "siempre ha tenido a mano toda la información que dice que no tiene". "A los alcaldes socialistas, como a todos, se les ha citado en numerosas ocasiones para explicarles el proceso y no han asistido la mayoría de veces". En cuanto a las restricciones, otro de los puntos clave de la crisis que se ha abierto en torno al proceso, Rodríguez lo tiene claro: "aquí en el Barranco de Poqueira desde el año 83 somos zona BIC (Bien de Interés Cultural) y se puede vivir siendo zona BIC". Aunque añade que "la figura que más restricciones y prohibiciones conlleva para nosotros es la del Parque Natural, y si no que se lo pregunten a cualquier vecino" concluye el edil de Bubión.
Y es que uno de los requisitos para que la Alpujarra sea Patrimonio de la Humanidad es que primero tiene que ser declarada como zona BIC (Bien de Interés Cultural), una protección que muchos interpretan como más restricciones. Nadie mejor que los propios habitantes de la Alpujarra conocen de protección de sus zonas. Esta es una comarca con una importante protección como patrimonio histórico al tener declaradas como BIC dos amplias zonas: El Conjunto Histórico del Barranco de Poqueira y el Sitio Histórico de la Alpujarra Media y La Taha, conformando entre ambos, que son limítrofes, el espacio protegido patrimonialmente más amplio en Europa. Zonas protegidas que conllevan una serie de normas, para muchos convertidas en restricciones sobre todo en materia de obras y que en alguna ocasión han traído más de un dolor de cabeza. Esta es una de las principales razones por las que muchos vecinos están siendo algo "reacios" a la hora de ver los pros y los contras en cuanto a lo que supondría la declaración de la Alpujarra como Patrimonio de la Humanidad.
Lo que también parece claro, en eso nadie por el momento se han manifestado en contra, es en los beneficios que conllevaría la distinción mundial para la comarca, como el de "poner a la Alpujarra en el mapa del mundo." Aunque para conseguirlo tendrá que darse lo que los responsables de la Unesco ven como el principal requisito: el consenso.
Desde el Centro Unesco Andalucía, su presidente, Ángel Bañuelos, asegura que "desde el inicio del proceso" lo llevan pidiendo. "Hace falta consenso, diálogo y participación, tres requisitos básicos para que la candidatura salga adelante". Lamentando que "aún no sabemos cómo se va a llevar a cabo ese consenso, algo que está aún por determinar".
Bañuelos hace hincapié en otra recomendación: "las instituciones que tienen competencias en el territorio se deben sentar y hacer un esfuerzo en llegar a un acuerdo porque el futuro de la Alpujarra es importante. Las demás instituciones, como nosotros, la Universidad o las Diputaciones, estamos simplemente para ayudar y asesorar".
El pasado 30 de octubre, el presidente de la Diputación, Sebastián Pérez, tras hacer entrega del expediente definitivo de la candidatura con objeto de que sea incluida en la Lista Indicativa, aseguró que se trata de una "extensa documentación" que avala la candidatura de la Alpujarra y en ella se incluyen las recomendaciones realizadas en este tiempo por la Junta, el Gobierno y el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos). Precisamente el secretario general de Icomos, Víctor Fernández Salinas, consideró el pasado 6 de noviembre que la candidatura es "oportuna" y "muy acorde a la comarca".
La documentación presentada está compuesta principalmente por el formulario de inclusión en la Lista Indicativa, la descripción y justificación del Valor Universal Excepcional del paisaje cultural de la Alpujarra y la relación de planos del territorio propuesto. También se incluye la propuesta de contenido para elaborar el futuro plan de gestión del territorio, todo ello en atención a las directrices prácticas para la aplicación de la Convención del Patrimonio Mundial.
La realización de los trabajos técnicos de la candidatura y la difusión de los mismos en la comarca de la Alpujarra ha sido coordinada a través del proyecto Culturmed, en el que participan las Diputaciones de Almería y Granada, cofinanciado por la Unión Europea en un 75% con fondos Feder, a través del Programa Operativo de Cooperación Transfronteriza España-Fronteras Exteriores (Poctefex). En el marco de este proyecto se han realizado siete mesas técnicas con los municipios de la Alpujarra granadina y almeriense, contando con la participación de 31 ayuntamientos, con el objetivo de capacitar, acompañar y desarrollar las herramientas de gestión necesarias para posicionar e implicar a las entidades locales de ambos territorios ante el procedimiento de la candidatura.
Precisamente, y de no darse el aconsejado consenso sobre la candidatura, la Comisión Nacional de Patrimonio podría rechazar presentar ante la Unesco el expediente de la Alpujarra como patrimonio mundial. El desencuentro político no será visto con buenos ojos, aunque Pérez ya ha advertido que "si perdemos el carro todo se ralentizará como mínimo cinco años".
Ya en febrero de 2013, el mismo mes en el que se constituyó el Grupo de Trabajo encargado de elaborar el expediente de la candidatura, el vicesecretario general del PSOE, José Entrena, en una reunión celebrada en Lanjarón, señalaba que "ante la buena iniciativa que es inicialmente que la Alpujarra sea declarada Patrimonio de la Humanidad, vemos que nos está faltando escuchar directamente a los responsables y representantes públicos de esta comarca".
Desde entonces siempre ha existido esa batalla entre quienes lideran el proyecto y quienes pedían decisiones más desde la propia comarca que desde los despachos, críticas que oficialmente siempre han venido del mismo sitio: desde el PSOE, y por eso tal vez, eran vistas como un simple "berrinche político" y sin apenas trascendencia mediática. Pese a las sorpresas que estamos viendo estos días, desde las entrañas de la Alpujarra las desavenencias en torno a ello siempre han sido un secreto a voces.
A partir del lunes, en la Comisión Nacional de Patrimonio, que se reúne en Lanzarote, se decidirá si la candidatura alpujarreña entra o no en la Lista Indicativa ya que le ha salido un competidor: el monumento de Medina Azahara de Córdoba. Mientras tanto, los ayuntamientos alpujarreños gobernados por los socialistas, han decidido tirar su último cartucho: presentar mociones para pedir que el proceso de la candidatura se paralice hasta que no exista el consenso deseado, precisamente uno de los requisitos exigidos por los responsables de la Unesco para que salga adelante.
Mociones socialistas que en media docena de ayuntamientos también han sido apoyadas por el PP, partido al que pertenecen quienes han llevado por bandera el proceso de la candidatura, motivo que hizo saltar las alarmas, tanto que hasta incluso ha provocado la primera víctima: el alpujarreño y ya ex diputado de Turismo Francisco Tarifa, quien el pasado martes dimitía de su cargo en la institución provincial, entre otras muchas cosas, por sentirse "traicionado por unos compañeros que no conozco demasiado".
La polémica está servida, pero tras las noticias de los últimos días se empieza a matizar. Por ejemplo, el Ayuntamiento de Órgiva, que iba a someter a pleno el viernes la moción socialista, retiró a última hora ese punto del orden del día. La razón que expuso la alcaldesa para retirarlo es que afecta directamente a una persona de la corporación, en referencia al concejal y ya ex diputado Tarifa.
Precisamente la alcaldesa de Órgiva, María Ángeles Blanco (PSOE), una de las más críticas con todo el proceso liderado por la Diputación, señala que "desde que se puso en marcha la candidatura hemos venido pidiendo que se haga desde abajo hacia arriba", por eso añade que "tenemos que concienciarnos, creérnoslo y decidirlo quienes vivimos aquí. Y viendo que la cosa iba tan rápida desde el PSOE nos hemos movilizado". Blanco asegura que "esto no es un problema político, sino de la sociedad alpujarreña en general", por lo que lo único que piden "es conocer el documento, que los ciudadanos lo conozcan y en función de eso opinar. Estamos cansados que desde los despachos se nos condicione la vida a los que vivimos en la Alpujarra. Somos mayores de edad y queremos decidir nosotros cuál tiene que ser nuestro futuro" concluye la edil orgiveña.
Por el contrario, entre los alcaldes alpujarreños que apoyan tanto el proceso como las formas, está el de Bubión, Roberto Rodríguez (PP), quien asegura de manera contundente que todo esto es "política pura y dura", añadiendo que el PSOE, pese a las críticas, "siempre ha tenido a mano toda la información que dice que no tiene". "A los alcaldes socialistas, como a todos, se les ha citado en numerosas ocasiones para explicarles el proceso y no han asistido la mayoría de veces". En cuanto a las restricciones, otro de los puntos clave de la crisis que se ha abierto en torno al proceso, Rodríguez lo tiene claro: "aquí en el Barranco de Poqueira desde el año 83 somos zona BIC (Bien de Interés Cultural) y se puede vivir siendo zona BIC". Aunque añade que "la figura que más restricciones y prohibiciones conlleva para nosotros es la del Parque Natural, y si no que se lo pregunten a cualquier vecino" concluye el edil de Bubión.
Y es que uno de los requisitos para que la Alpujarra sea Patrimonio de la Humanidad es que primero tiene que ser declarada como zona BIC (Bien de Interés Cultural), una protección que muchos interpretan como más restricciones. Nadie mejor que los propios habitantes de la Alpujarra conocen de protección de sus zonas. Esta es una comarca con una importante protección como patrimonio histórico al tener declaradas como BIC dos amplias zonas: El Conjunto Histórico del Barranco de Poqueira y el Sitio Histórico de la Alpujarra Media y La Taha, conformando entre ambos, que son limítrofes, el espacio protegido patrimonialmente más amplio en Europa. Zonas protegidas que conllevan una serie de normas, para muchos convertidas en restricciones sobre todo en materia de obras y que en alguna ocasión han traído más de un dolor de cabeza. Esta es una de las principales razones por las que muchos vecinos están siendo algo "reacios" a la hora de ver los pros y los contras en cuanto a lo que supondría la declaración de la Alpujarra como Patrimonio de la Humanidad.
Lo que también parece claro, en eso nadie por el momento se han manifestado en contra, es en los beneficios que conllevaría la distinción mundial para la comarca, como el de "poner a la Alpujarra en el mapa del mundo." Aunque para conseguirlo tendrá que darse lo que los responsables de la Unesco ven como el principal requisito: el consenso.
Desde el Centro Unesco Andalucía, su presidente, Ángel Bañuelos, asegura que "desde el inicio del proceso" lo llevan pidiendo. "Hace falta consenso, diálogo y participación, tres requisitos básicos para que la candidatura salga adelante". Lamentando que "aún no sabemos cómo se va a llevar a cabo ese consenso, algo que está aún por determinar".
Bañuelos hace hincapié en otra recomendación: "las instituciones que tienen competencias en el territorio se deben sentar y hacer un esfuerzo en llegar a un acuerdo porque el futuro de la Alpujarra es importante. Las demás instituciones, como nosotros, la Universidad o las Diputaciones, estamos simplemente para ayudar y asesorar".
El pasado 30 de octubre, el presidente de la Diputación, Sebastián Pérez, tras hacer entrega del expediente definitivo de la candidatura con objeto de que sea incluida en la Lista Indicativa, aseguró que se trata de una "extensa documentación" que avala la candidatura de la Alpujarra y en ella se incluyen las recomendaciones realizadas en este tiempo por la Junta, el Gobierno y el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos). Precisamente el secretario general de Icomos, Víctor Fernández Salinas, consideró el pasado 6 de noviembre que la candidatura es "oportuna" y "muy acorde a la comarca".
La documentación presentada está compuesta principalmente por el formulario de inclusión en la Lista Indicativa, la descripción y justificación del Valor Universal Excepcional del paisaje cultural de la Alpujarra y la relación de planos del territorio propuesto. También se incluye la propuesta de contenido para elaborar el futuro plan de gestión del territorio, todo ello en atención a las directrices prácticas para la aplicación de la Convención del Patrimonio Mundial.
La realización de los trabajos técnicos de la candidatura y la difusión de los mismos en la comarca de la Alpujarra ha sido coordinada a través del proyecto Culturmed, en el que participan las Diputaciones de Almería y Granada, cofinanciado por la Unión Europea en un 75% con fondos Feder, a través del Programa Operativo de Cooperación Transfronteriza España-Fronteras Exteriores (Poctefex). En el marco de este proyecto se han realizado siete mesas técnicas con los municipios de la Alpujarra granadina y almeriense, contando con la participación de 31 ayuntamientos, con el objetivo de capacitar, acompañar y desarrollar las herramientas de gestión necesarias para posicionar e implicar a las entidades locales de ambos territorios ante el procedimiento de la candidatura.
Precisamente, y de no darse el aconsejado consenso sobre la candidatura, la Comisión Nacional de Patrimonio podría rechazar presentar ante la Unesco el expediente de la Alpujarra como patrimonio mundial. El desencuentro político no será visto con buenos ojos, aunque Pérez ya ha advertido que "si perdemos el carro todo se ralentizará como mínimo cinco años".
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