LA ZONA BIC CAMPUS DE CARTUJA PODRIA AMPLIAR TRAS LOS NUEVOS HALLAZGOS
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Un horno en muy buen estado, cerámica de todo tipo y parrillas de cocción conforman el yacimiento descubierto en la ladera baja de la Facultad de Teología
Cerámicas de todo tipo, unas parrillas de cocción y un horno, por el
momento. Son parte de los nuevos instrumentos y construcciones que han
aparecido en el campus de Cartuja en la intervención arqueológica que se
está realizando. Desde que comenzaran las obras de reurbanización del
espacio universitario
en primavera han descubierto diferentes restos, pero el más importante
es el que hace unas semanas se destapó en la ladera baja de la Facultad
de Teología. Está cara a cara, casi, con el complejo arqueológico de los
hornos romanos.
El horno que han sacado está bastante bien conservado, mejor que la mayoría de los del complejo. Las excavaciones -que la semana pasada con la lluvia estuvieron paradas- pueden deparar nuevos descubrimientos. Aún no está dicha la última palabra en esa zona ni en el resto del campus universitario.
Es factible según los especialistas que aparezca un nuevo horno, extensión del alfar romano, en esta ladera. Los trabajos arqueológicos son supervisados por la Delegación de Cultura de la Administración autonómica andaluza y la excavación está dirigida por Santiago Moreno, con varios departamentos de la UGR están implicados en las intervenciones. Quedar por saber si se conserva, se 'musealiza' o qué se hace.
Este nuevo hallazgo pone encima de la mesa otro debate. ¿Sería necesario replantear la limitación de BIC? ¿Ampliarlo al resto del campus universitario? ¿A una parte?
En el campus de Cartuja están catalogados, como Bien de Interés Cultural (BIC) desde 1969, unos alfares de época romana, que está compuesto por unos 13 hornos, según la documentación de un inventario de patrimonio editado hace años por el vicerrectorado de Infraestructuras -era rector David Aguilar-, si bien otras fuentes dicen que son diez los hornos. La producción de los alfares, realizada entre los últimos años del siglo ID. C y mediados del siglo II, es muy variada ya que incluía materiales de construcción, cerámica granatensis, cerámica común y sigillata hispánica. Los especialistas apunta a que la actividad debió ser febril, muy importante por lo que han podido estudiar.
Lo que debe ponerse más en valor es el complejo arqueológico de los hornos romanos, que está vallado. Hace años fue presentado como un laboratorio para que especialistas y alumnos pudieran hacer prácticas y trabajar en el mismo. Por el momento alumnos de grado y de un máster realizan excavaciones durante unos días al año. También se ha hecho un yacimiento artificial para que los alumnos puedan hacer sus prácticas. Hace años que se robó la cubierta de los hornos y aún están sin cubrirse. Solo está la estructura de hierro.
El horno que han sacado está bastante bien conservado, mejor que la mayoría de los del complejo. Las excavaciones -que la semana pasada con la lluvia estuvieron paradas- pueden deparar nuevos descubrimientos. Aún no está dicha la última palabra en esa zona ni en el resto del campus universitario.
Es factible según los especialistas que aparezca un nuevo horno, extensión del alfar romano, en esta ladera. Los trabajos arqueológicos son supervisados por la Delegación de Cultura de la Administración autonómica andaluza y la excavación está dirigida por Santiago Moreno, con varios departamentos de la UGR están implicados en las intervenciones. Quedar por saber si se conserva, se 'musealiza' o qué se hace.
Este nuevo hallazgo pone encima de la mesa otro debate. ¿Sería necesario replantear la limitación de BIC? ¿Ampliarlo al resto del campus universitario? ¿A una parte?
En el campus de Cartuja están catalogados, como Bien de Interés Cultural (BIC) desde 1969, unos alfares de época romana, que está compuesto por unos 13 hornos, según la documentación de un inventario de patrimonio editado hace años por el vicerrectorado de Infraestructuras -era rector David Aguilar-, si bien otras fuentes dicen que son diez los hornos. La producción de los alfares, realizada entre los últimos años del siglo ID. C y mediados del siglo II, es muy variada ya que incluía materiales de construcción, cerámica granatensis, cerámica común y sigillata hispánica. Los especialistas apunta a que la actividad debió ser febril, muy importante por lo que han podido estudiar.
Lo que debe ponerse más en valor es el complejo arqueológico de los hornos romanos, que está vallado. Hace años fue presentado como un laboratorio para que especialistas y alumnos pudieran hacer prácticas y trabajar en el mismo. Por el momento alumnos de grado y de un máster realizan excavaciones durante unos días al año. También se ha hecho un yacimiento artificial para que los alumnos puedan hacer sus prácticas. Hace años que se robó la cubierta de los hornos y aún están sin cubrirse. Solo está la estructura de hierro.
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