COSTA TROPICAL / INTEGRACION Y CONVIVENCIA, LAS CLAVES DE UN MUNICIPIO DE LA COSTA CON MÁS DEL 35% DE POBLACION EXTRANJERA /
El Ayuntamiento lleva años apostando por políticas de integración social y mediando para dar un servicio especializado a sus vecinos extranjeros
Más de tres décadas ayudando a los extranjeros de Albuñol
Doce y media de la mañana de un día cualquiera de verano en el que el calor aprieta y los viandantes buscan cualquier resquicio de sombra para seguir adelante con su jornada por las calles de Albuñol. Un joven de origen senegalés descansa sentado en un banco de la Plaza del Ayuntamiento mientras mira varias cosas en su móvil, a unos pocos metros una vecina, de origen marroquí, se adentra en un supermercado para comprar algunas viandas que le hacen falta para preparar la comida, y multitud de niños, de distintas procedencias, juegan en una de las actividades organizadas por la escuela municipal de verano. Algo más del 35% de su población es de origen extranjero, por las calles del término municipal, que cuenta con seis núcleos de población -La Rábita, Los Castillas, El Pozuelo, Huarea y Haza Mora, además del propio Albuñol- conviven personas de hasta 42 nacionalidades distintas gracias al trabajo de integración y cohesión social que se realiza desde hace más de tres décadas, y desde hace unos días siguen "respeto" y "miedo" la oleada de odio que se ha trasladado al municipio murciano de Torre Pacheco.
El municipio granadino experimentó un aumento de su población en la década de los 80 por la gran demanda de mano de obra, principalmente en el sector de la agricultura. En esta zona del litoral están especializados en la agricultura intensiva bajo plástico, en el cultivo del tomate, contando entre las fincas que se reparten por el municipio con más de 20 variedades. Las explotaciones agrarias fueron creciendo con los años y con ellas la necesidad de más trabajadores, lo que propició el aumento de población. En el pueblo lo tienen claro, y no son pocos los vecinos que apuntan que sin la llegada de estos nuevos moradores no habría sido posible mantener en el tiempo estás plantaciones. "Antes las explotaciones eran de carácter familiar, fundamentalmente trabajaba la familia y se ayudaban los unos a los otros. Ahora en un invernadero pueden trabajar perfectamente 15 o 20 personas, lo que requiere mucha mano de obra durante todo el año", apunta a Granada Hoy la alcaldesa de Albuñol, María José Sánchez, quien resalta que ya hay personas de cuarta generación viviendo en el municipio.
Sobre el flujo migratorio apunta que ha ido variando a lo largo de los años, con temporadas en las que llegaban más personas del este de Europa, pero con la incorporación de algunos de esos países a la Unión Europea, hizo que volviese a cambiar la tendencia y se desplazasen más hacia la zona de Francia y Alemania. Actualmente, el mayor porcentaje de población extranjera que tienen es de Marruecos o Senegal.
Mientras que en otros municipios del interior de la provincia, de la Contraviesa o la Alpujarra, con el paso de los años han experimentado un éxodo de población, provocando en algunos casos problemas de despoblación, en la zona de Albuñol lo que se está experimentando es un cambio generacional en la agricultura. "La agricultura que hay aquí es especializada y muchas familias han visto como los hijos no han querido seguir con el trabajo familiar. En mi propia casa ha pasado. Mis padres han sido agricultores y mi hermana y yo no nos dedicamos a eso. Muchas fincas se han ido profesionalizando y especializando". En este sentido, señala que tanto la administración, como los propios empresarios y las cooperativas agrícolas tienen un objetivo común: promover iniciativas y atraer a empresas que quieran invertir en el municipio para que esas generaciones que se han ido a estudiar fuera, puedan volver al territorio con los nuevos conocimientos adquiridos para seguir creando sinergias, trabajo y riqueza. Y adelanta que están trabajando para poner en marcha varios proyectos europeos o un centro de investigación agrícola para que la gente formada tenga oportunidades en el territorio. "Tenemos la ventaja de que es un sector muy flexible que requiere de mucha gente especializada, hay vecinos que están trabajando con empresas de la zona después de formarse en química, física, matemáticas o perito agrónomo", añade.
Pero no solo de agricultura viven en el pueblo. Hay muchos residentes extranjeros que tienen sus propios negocios y que conviven en el día a día con el resto de vecinos. No hay barrios en los que predomine una población concreta, todos conviven y si los técnicos municipales o servicios sociales detecta algún posible problema de conducta, rápidamente se intermedia para explicar las normas de convivencia y se ayuda a los nuevos residentes a que se adapten lo mejor posible a sus nuevas residencias.
El caso de Torre Pacheco
Multitud de personas de distintos puntos de la geografía española se desplazaron hasta el municipio murciano de Torre Pacheco hace una semana, alentados por grupos de ultraderecha, para patrullar sus calles y tomarse la justicia con su mano después de que se difundiera el vídeo de una brutal paliza a un hombre mayor del pueblo. La pelea fue real, solo que no es la que se difundió, esta correspondía a un altercado que ocurrió un mes antes en Almería y los presuntos responsables, que están detenidos, eran de nacionalidad española. Sin embargo, poco importó y los forasteros que se trasladaron al pueblo murciano querían justicia, sin importar si los increpados eran o no culpables de algún delito.
La tensión en el municipio murciano ha durado varios días y se ha convertido en el epicentro del debate nacional por como se fueron sucediendo los distintos actos. En municipios como Albuñol, que cuenta con un gran porcentaje de población migrante, siguen casi al minuto todo lo que pasa con "miedo" a que un hecho aislado pueda derrumbar el trabajo que se realiza desde hace años en materia de integración y perturbe la paz de sus habitantes.
"Sabemos que un suceso como el de Torre Pacheco puede surgir en cualquier momento y en cualquier lugar del país. Creemos que lo que ha pasado no representa a los vecinos, ni a ningún colectivo del pueblo murciano", indica la alcaldesa de Albuñol, María José Sánchez, que apunta que pueden ocurrir hechos aislados de peleas entre vecinos, independientemente de su nacionalidad, y "un grupo de fascistas organizados a través de redes sociales, llega y te revienta la convivencia de un pueblo". Al hilo, lamenta que se puede crear un precedente "peligroso" en el país, "es innegable que en España sigue haciendo falta mano de obra, y todo el mundo tiene derecho a crear su propio proyecto de vida, a querer vivir mejor. Si una persona puede venir a nuestro municipio, encuentra trabajo, asienta a su familia y le puede dar un futuro mejor, para nosotros es complemente respetable. Otra cosa es que alguien venga a delinquir, pero para eso están las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, para que las leyes se cumplan, no nos podemos tomar cada uno la justicia por nuestra mano, ni mucho menos criminalizar a toda una población por un suceso aislado".
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