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Tras permanecer años cerrado y ser objeto de protesta vecinal por el traslado de los servicios sociales, ahora la Junta denuncia que no tiene licencia de actividad
10.11.13 - 00:01 -
El concejal de Familia, Bienestar Social e Igualdad del Ayuntamiento de Granada, Fernando Egea, ni tan siquiera ha querido manifestarse sobre el futuro del centro de servicios sociales comunitarios ubicados en el edificio del Callejón del Gallo del Albaicín. Requerido por este periódico para que diera su opinión sobre el reciente informe de la Consejería de Salud y Bienestar Social de la Junta de Andalucía, en el que en cinco folios a una cara recopila de forma exhaustiva todos y cada uno de los incumplimientos de este servicio, prefirió que un miembro de su equipo anunciara «que no iba a hacer declaraciones al respecto en este preciso momento».
Hay que tener en cuenta, según denuncia el concejal socialista Miguel Fernández Madrid, «que por no tener, los servicios sociales del edificio del Callejón del Gallo no tienen siquiera licencia de actividad, por no hablar de que tampoco se puede acceder en vehículo o de que hace dos años, cuando se trasladó, los usuarios albaicineros protestaron en la calle y se manifestaron contrarios al traslado desde su anterior sede, en el centro cívico de la plaza Aliatar».
La falta de respuesta del concejal Fernando Egea no es la única, razona el edil Miguel Fernández Madrid. «Elevamos una moción al pasado pleno de octubre en la que pedíamos que, tras el informe de inspección de la Junta al edificio de El Gallo, el equipo de gobierno se pronunciara y se acordara con todas las asociaciones de vecinos del distrito Albaicín la ubicación del centro cívico y de los servicios sociales».
Fernández Madrid recuerda que la respuesta en el pleno del portavoz del equipo de gobierno y 'alcalde de barrio' del Albaicín, Juan García Montero, «fue tan escueta como escurridiza: 'El Ayuntamiento se está coordinando para responder a este asunto', me dijo sin comprometerse a solucionar nada de nada».
Los sinsabores
La cuestión es que este edificio del Callejón de El Gallo no levanta la cabeza desde hace diez años, fecha en la que empieza a acumular una década de sinsabores y en la que se revela incapaz de servir para las funciones para las que fue rehabilitado, según manifiestan vecinos y usuarios del Albaicín y critica reiteradamente durante los últimos años la oposición municipal.
Francisco Puentedura, portavoz del grupo municipal de Izquierda Unida, pone el dedo en la llaga de El Gallo al recordar que «se han llegado a gastar en las distintas reformas hasta cuatro millones de euros de fondos públicos, de dinero de todos», remarca. «El edificio en cuestión se ha estropeado, ha sufrido deterioro de material por no ser usado, ha estado cerrado y para todo esto ha recibido financiaciones de todo tipo, desde inversiones de fondos europeos hasta los famoso planes Zapatero».
En total, hace la cuenta Francisco Puentedura, «diez años de chapuza tras chapuza en los que se han gastado cuatro millones de euros en un edificio que ahora no tiene siquiera licencia de actividad, que la Junta denuncia porque no cumple con el decreto que lo regula y que, en todo este tiempo, ha tenido ya tres inauguraciones oficiales», dispara con sarcasmo al equipo de gobierno del Partido Popular.
Mientras el Albaicín espera respuestas, en 2010 el edificio del Gallo acumulaba siete años cerrado tras haber sido finalizado en el año 2003. Anteriormente, en 2007, el alcalde, José Torres Hurtado, en compañía del entonces edil de Urbanismo Luis Gerardo García Royo, inauguró el centro municipal de El Gallo dos meses antes de aquellas elecciones municipales. Hoy, nadie sabe, diez años, tres inauguraciones oficiales y cuatro millones después, qué va a suceder.
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