IDEAL.ES
El Dr. César Díaz, ginecólogo del Hospital Universitario La Fe de Valencia, quien participa en un proyecto liderado por la Universidad de Gotemburgo (Suecia) que espera comenzar pronto a implantar embriones en mujeres trasplantadas de útero, explica en qué consiste este procedimiento en fase experimental
Las mujeres que han nacido sin útero, o que lo han perdido por alguna causa médica podrían ser madres genéticas gracias a una técnica experimental que se realiza en la Universidad de Gotemburgo (Suecia), junto a otras instituciones: un trasplante de útero, ya sea de donantes emparentadas, como las madres de la paciente, como de donantes que no lo son. Una de cada 4.000 mujeres nace con agenesia vaginal o síndrome de Rokitansky, un trastorno congénito que implica la falta de útero y vagina en distintos grados.
“Este tipo de trasplantes está destinado a mejorar la calidad de vida del paciente, como los que se han hecho de miembros inferiores o de cara”, afirma el doctor César Díaz, ginecólogo del Hospital Universitario La Fe de Valencia, que participa en el proyecto ahora en fase experimental. “Seguramente, no todas las mujeres sin útero querrán quedarse embarazadas, y preferirán recurrir a otros métodos para ser madres, como la adopción, pero que no permite la maternidad genética”.
Perfil del paciente idóneo
La paciente ideal para someterse a la terapia no debe padecer enfermedades infecciosas, neoplasias (cánceres), obesidad y debe ser capaces de producir sus propios óvulos. No hay límites de edad, aunque es preferible que sean menores de 35 años, para garantizar una funcionalidad reproductiva óptima. Con este perfil se comenzó en septiembre de 2012 en Suecia un ensayo con nueve pacientes previamente seleccionadas, bajo la dirección de los expertos de la Universidad de Gotemburgo, y con la colaboración del Hospital Universitario La Fe de Valencia, la Universidad de Valencia, el Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI), la Universidad Griffith (Australia) y la Universidad Miller (Florida, Estados Unidos).
El Dr. Díaz espera que comenzar un proyecto similar en España en dos años, una vez que se terminen los trámites necesarios para que se pueda realizar el primer trasplante de útero en el país. “Todavía estamos presentando la documentación que hace falta”, explica el doctor Díaz. “Esto no depende de aspectos puramente médicos, tiene que ver más con un aspecto médico legal. De hecho, podría hacerse ya mismo pero no depende de nosotros”.
El procedimiento paso a paso
Después de seleccionar a la paciente receptora, se busca una donante (en estos nueve casos, se hizo con donantes vivas, pues es un órgano no vital). “El útero tiene que ser funcional, que no tenga patologías, con vasos que irriguen bien el útero”, indica el doctor Díaz. “La donante no debe tener patologías infecciosas ni cánceres, nada que pudiese poner en riesgo la vida de la receptora”. Conseguido el útero, se hace una histerectomía, cirugía para extraer el órgano, pero manteniendo la revascularización, y se introduce el útero en la receptora.
“Se empalman los vasos al torrente sanguíneo de la receptora, de tal forma que el útero pueda recibir su aporte sanguíneo”, dice el doctor Díaz. “Una vez que la receptora recibe el órgano se inicia también una terapia inmunosupresora para que no haya rechazo del órgano. Se hace una evaluación completa de estos casos para determinar si el procedimiento ha sido exitoso”.
Y se espera, haciendo un seguimiento de la receptora. “De momento, los datos de las nueve pacientes son bastante buenos, puesto que se encuentran bien de salud y menstrúan”, revela el doctor Díaz. “En breve empezaremos a hacer transferencias embrionarias para conseguir embarazos”. Los primeros trasplantes se hicieron en septiembre del año pasado y el plazo entre el trasplante y la búsqueda del embarazo debe ser de al menos un año, pues doce meses es el plazo en que es más probable que se presenten complicaciones con el órgano trasplantado.
“Esperamos poder realizar la transferencia de embriones al útero de la receptora en poco tiempo y, una vez que ya se han puesto los embriones dentro, que se produzca el embarazo”, vaticina el doctor Díaz. Finalizada la gestación, se haría un parto mediante cesárea y luego se haría una extracción del útero, para evitar las posibles complicaciones futuras. “El objetivo, que es el tener un niño, ya estaría cumplido”, dice el doctor Díaz. “Si comparas esta alternativa con otras, como el alquiler de útero, que es una práctica ilegal en España, me parece más ética. En nuestro caso, la persona que va a someterse al trasplante de útero es la que va a correr con todos los riesgos”.
Los riesgos de esta intervención están en la anestesia, remotos por estar muy controlada, los quirúrgicos, que también son bajos, y los efectos secundarios producidos por los fármacos inmunosupresores. También se estudia cómo podría afectar al feto. “No hay riesgo de malformaciones”, sentencia el doctor Díaz. “Pero tendremos datos más concretos cuando consigamos los embarazos en las mujeres trasplantadas”. El camino para la fertilidad de las mujeres sin útero comienza.
Comentarios
Publicar un comentario