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Las causas se deberán a la baja natalidad, el descenso de la inmigración y el aumento de la emigración
La provincia de Granada alcanzó su tope de población el año pasado. Entonces, a 1 de enero de 2012, el censo de habitantes de todo el territorio granadino ascendió a 922.460 personas. Ahí se detuvo el crecimiento continuo que se había producido desde 2002, año en el que Granada contabilizó 821.899 pobladores. Creció a tal ritmo el número de habitantes que la provincia aumentó en más de 100.000 personas, a un promedio de 10.000 por año. Sin embargo, ya entrado 2013 se registró el primer descenso de la última década y el censo se redujo en 340 personas para situarse en 922.120.
Esta tendencia a la baja no se detendrá ahí y, aunque no se producirá una bajada considerable, la población granadina disminuirá en 6.085 habitantes en los próximos diez años. En 2023 se espera que el número de pobladores se sitúe en 916.034, un 0,66% menos, dato que se contrapone al 12,20% de crecimiento relativo registrado en los últimos diez años. El guarismo, nos obstante, es el sexto más bajo de las 52 provincias españolas, según el preocupante escenario demográfico que dibuja una proyección del Instituto Nacional de Estadística.
2,6 millones menos
Dicho estudio prevé que España pierda 2,6 millones de habitantes en la próxima década debido a la baja natalidad, la menor llegada de inmigrantes y el aumento de la emigración. La población española, pues, será más vieja y las defunciones superarán a los recién nacidos en 2023. En el caso de Granada la cifra es menos alarmante, puesto que se moverá en unos límites demográficos similares a los de 2010, cuando alcanzó los 915.317 habitantes. Aún así, seguirá la tendencia nacional de bajada.
El número de nacimientos continuará descendiendo en los próximos años, continuando con la tendencia iniciada en 2009. Así, entre 2013 y 2022 nacerían en torno a 3,9 millones de niños, un 17,1% menos que en la década pasada. En una década la cifra anual de nacimientos habría descendido hasta 339.805, un 24,9% menos que en 2012. Esta evolución se produciría aunque la proyección realizada contempla que la fecundidad de las mujeres mantenga una ligera tendencia favorable en los próximos años, que llevaría al número medio de hijos por mujer hasta los 1,41 en 2022, frente al 1,34 actual.
La principal causa del descenso en el número de nacimientos sería la reducción de las mujeres en edad fértil, al encontrarse en esas edades aquellas generaciones de mujeres menos numerosas que nacieron durante la crisis de natalidad de finales de los 80 y de los años 90. De hecho, el número de mujeres entre 15 y 49 años se menguaría en 1,9 millones (un 17,0%) en 10 años.
Al mismo tiempo la esperanza de vida ascendería a los 81,8 años en los varones y los 87,0 en las mujeres en 2022, lo que supone una ganancia de 2,5 años y de 1,9 años, respectivamente. Este envejecimiento de la población provoca un aumento de defunciones. Así las cosas, en el año 2022 se producirían 411.617 fallecimientos entre los residentes en España, frente a los 403.785 del año 2012. El descenso de la natalidad y el envejecimiento poblacional provocarían que en 2017 en España hubiera más defunciones que nacimientos, es decir, que el saldo vegetativo se hiciera negativo.
La pérdida de población se concentrará en el tramo de edad entre 20 y 49 años, que se reducirá en 4,7 millones de personas en la próxima década (un 22,7%). Además, el descenso de la natalidad provocaría que en 2023 hubiera casi un millón menos de niños menores de 10 años que en la actualidad (un 20,4% menos). Por su parte, el porcentaje se incrementaría en la mitad superior de la pirámide de población. Dentro de 10 años en España residirían 19,7 millones de personas mayores de 64 años, 1,5 millones más que en la actualidad (un 17,6% más). En el año 2023 un total de 23.428 personas superarían los 100 años, casi el doble que los actuales.
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