LA OPINIÓN DE MALAGA
De la Torre pide a los socios privados que renuncien a los beneficios en 2013 y 2014 para favorecer un acuerdo - Hoeteleros y comerciantes exigen cordura a las partes y que lleguen a "una solución ya"
El Ayuntamiento abre el vertedero de los Ruices para que colectivos y particulares puedan llevar la basura
La segunda jornada de huelga de la plantilla de Limasa estuvo marcada por un seguimiento masivo por parte de los trabajadores no afectados por los servicios mínimos y por la ausencia de incidentes reseñables, más allá de algunos contenedores que fueron quemados en calle La Victoria, pero que el Ayuntamiento achaca a actos vandálico ajenos al paro. También hubo algunos problemas derivados de la aplicación de los servicios mínimos. El comité se queja de que la empresa traslada a la zona Centro a personal asignado a las barriadas.
La propia empresa señalaba que «se están cumpliendo los servicios mínimos marcados, como ha sucedido en las 40 horas que han transcurrido desde el inicio de la huelga. La segunda noche de huelga transcurrió con normalidad y sin incidencias que hayan alterado el normal funcionamiento de la recogida de basura y la limpieza de las calles». En estos momentos, según datos de Limasa, se acumulan 893 toneladas de basura sin retirar en las calles .
En ese segundo día los comerciantes de hostelería han levantado la voz para reclamar a las partes que lleguen «ya» a una solución.
Tras la división percibida la primera noche y ayer entre los miembros del comité de huelga, que se contagió a parte de la plantilla y generó una postura favorable a firmar la última propuesta presentada por el alcalde, Francisco de la Torre, el comité ha tapado sus fisuras internas y adopta ya una postura común de mantenimiento de la huelga y de rechazo a lo que consideran «maniobras» del alcalde y de la dirección «para dividirnos», según interpretan fuentes del comité.
El cierre de filas del comité de Limasa ha supuesto también que se diluyan los conatos habidos el día anterior de trabajadores que promovieron la celebración hoy de una asamblea y así poder votar sobre el fin de la huelga. Ayer, todos esos movimientos, que el comité considera que están teledirigidos por la dirección a través de trabajadores afines, habían cesado y ya no había peticiones de asamblea, según explican fuentes del comité.
Como ejemplo, el sindicato CCOO, que algunos medios de prensa señalaban que era favorable a aceptar el acuerdo, emitió ayer un comunicado para «desmentir categóricamente tal vinculación y reincidir en el mantenimiento de la huelga».
Todo ello llevó al presidente del comité de empresa, Manuel Belmonte a señalar que «no vamos a celebrar ninguna asamblea, al menos de momento. Nosotros seguimos dispuestos a negociar y estamos a la espera de que la empresa nos convoque para ello. Cuando quieran hablar con nosotros, aquí estamos dispuestos a negociar y a llegar a un buen acuerdo».
Sobre los problemas internos y disidencias en el seno del comité, Belmonte reconoció que las había habido pero que finalmente las han solventado «para no firmar hasta que no se consiga un acuerdo que salve nuestros intereses laborales». Belmonte acusó también a la empresa de estar detrás de las presiones que están recibiendo algunos sindicatos para que rompan «la unidad del comité y fomenten la división».
El alcalde y los privados
Así las cosas, fuentes de los trabajadores y de la empresa admitieron que si finalmente cicatriza la división abierta en la plantilla, se presume una huelga «larga y lenta».
La huelga como tal comenzó a notarse ayer en algunas zonas. Si desde el primer momento la acumulación de basura se ha sentido más en las calles del Centro, también en las barriadas empezó a notarse la huelga en zonas como Carretera de Cádiz Paseo de Los Tilos, o el entorno del mercado del Carmen, donde el acopio de basura era evidente
El alcalde también se dejó oír ayer para matizar sus palabras del viernes en el pleno. Anunció que volverá a presionar a los socios privados de Limasa para que renuncien al 1% de beneficios que les garantiza el Ayuntamiento (600.000 euros al año) durante los ejercicios de 2013 y 2014 y así facilitar un acuerdo que acabe con la huelga .
De la Torre insistió en que la última oferta presentada a la plantilla, y cuyo plazo para subirse a ella expira esta noche, es «la mejor que se ha podido plantear» para un convenio colectivo en el sector de la limpieza en toda España. La rebaja salarial, añadió, queda ya limitada a una reducción de 499 euros en la paga de productividad, lo que trasladado al sueldo medio bruto al año equivale a un descenso del 1,5%, concluyó.
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