EL DÍA DE CORDOBA
El tráfico rodado y el sector institucional y comercial son las principales fuentes de emisiones Con la bajada de los niveles de partículas se reduciría el riesgo de enfermedades cardiovasculares y pulmonares
ÁNGELA ALBA | ACTUALIZADO 15.12.2013 - 01:00
Los efectos que la contaminación del aire producen sobre la salud son una de las principales preocupaciones de las administraciones públicas, ya que los altos niveles de partículas aumentan el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y pulmonares e incluso cáncer. En Córdoba, según el Plan de Mejora de la Calidad del Aire, aprobado a principios de este mes por el Gobierno andaluz, las principales fuentes de emisiones son el tráfico rodado y el sector comercial, residencial e institucional. Por ello, la Consejería de Medio Ambiente ha propuesto una serie de medidas encaminadas a disminuir los niveles de agentes contaminantes que se centran principalmente en el fomento de planes de movilidad urbana y de empresas, mejora y ampliación de las redes de transporte público y uso del transporte sostenible, entre otras. Esto incluye peatonalización, aparcamientos disuasorios, carriles bici, restricciones de acceso a determinadas zonas o fomento del teletrabajo.
Más de 7,7 millones de andaluces, el 92% de la población, respiran aire que supera los índices de protección a la salud recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), según el Informe de Calidad del Aire en España 2012 presentado por Ecologistas en Acción.
Si se tienen en cuenta los valores límites establecidos por la Directiva 2008/50 de la Comisión Europea, un 36% de la población española, 17,1 millones de personas, respira aire contaminado, pero atendiendo a los valores recomendados por la OMS la cifra se dispara hasta el 93%, más de 43,8 millones de personas, un porcentaje similar al que se registra en Andalucía.
Para establecer un control sobre las fuentes de emisiones, la Junta de Andalucía ha presentado su Plan de mejora de la calidad del aire, que actuará sobre 13 zonas de la comunidad autónoma, entre ellas el núcleo urbano de Córdoba, que cuenta con una superficie de unos 1.250 kilómetros cuadrados. La nueva planificación, con un horizonte que se extiende hasta el 31 de diciembre de 2015, se desarrollará también en Almería, El Ejido, Cuevas del Almanzora y Zona Industrial de Carboneras (Almería); Bahía de Cádiz, Zona Industrial de la Bahía de Algeciras y Jerez de la Frontera (Cádiz); área metropolitana de Granada, Zona Industrial de Huelva, Jaén-Torredonjimeno, Málaga-Costa del Sol y área metropolitana de Sevilla. Estas áreas son las que han registrado mayores niveles de contaminación atmosférica en la serie histórica de mediciones de los últimos diez años, sobre todo por el tráfico y la actividad industrial.
El estudio de la Consejería de Medio Ambiente se ha realizado en el periodo 2003-2010 y en el mismo se observa que las diferentes estaciones de la Red de Vigilancia y Control de la Calidad del Aire localizadas en Córdoba han detectado elevados niveles de partículas menores de diez micras (PM10), perjudiciales para la salud. En concreto, en el año 2006 se superó el valor límite anual de PM10 (40 microgramos/metro cúbico). Con respecto al valor límite diario para la protección de la salud humana de PM10, (50 microgramos/metro cúbico), que no puede rebasarse en más de 35 ocasiones por año a partir del año 2005), se observa que se excedió en el periodo 2006-2008, alcanzándose el máximo en el año 2006 con 93 superaciones diarias. Sin embargo, también indica que en las dos últimas campañas los niveles han descendido progresivamente.
El Plan de Mejora señala que en Córdoba los principales contaminantes son el tráfico rodado y el sector residencial, comercial e institucional, con emisiones asociadas a la combustión de gasóleo, gases licuados del petróleo y gas natural en calderas y calentadores, y partículas con un perfil químico similar al de instalaciones industriales de combustión. Así, el documento destaca que en Córdoba un 45,4% de las emisiones de partículas en 2007 procedían del tráfico rodado y un 11,3% fueron producidas por el sector doméstico, comercial e institucional. Además, el informe resalta que las actividades metalúrgicas, los talleres de joyería y determinadas actividades extractivas pueden tener una contribución moderada a los niveles de PM10, con mayor incidencia en los alrededores de las zonas donde se desarrollan.
Las medidas planteadas por la Junta van encaminadas a la disminución de las citadas emisiones y la promoción de la eficiencia energética como medio indirecto de reducción de emisiones asociadas a la producción de energía. Para llevarlas a cabo es necesaria la colaboración institucional.
Así, la Consejería de Medio Ambiente deberá encargarse del control de emisiones en las principales industrias a través de la actualización de las autorizaciones ambientales y en explotaciones minerales al aire libre y otras empresas que manejan sólidos pulverulentos. También será competencia suya el fomento de la conducción eficiente y otras medidas de sensibilización ambiental.
Por otra parte, los ayuntamientos implicados serán los encargados de introducir criterios ambientales en las ordenanzas municipales que regulen las obras de construcción, demolición e infraestructuras. Estas entidades locales junto a la Consejería de Obras Públicas tendrán que realizar una mejora y ampliación de las redes de transporte público y de las infraestructuras viarias (especialmente caminos de tierra), la creación de zonas de velocidad reducida, planes de movilidad urbana y de movilidad de empresas, medidas disuasorias del uso del transporte privado y de fomento del transporte sostenible. También será competencia de los ayuntamientos y de Obras Públicas la reducción de las emisiones de vehículos, especialmente pesados y públicos.
Por su parte, la Consejería de Vivienda y Ordenación del Territorio junto a los consistorios deberán aplicar el Código Técnico de Edificación y Plan Renove Viviendas mientras que la Consejería de Economía, Innovación y Ciencia deberá promover medidas de eficiencia energética en hogares y empresas.
El informe de la Junta resalta que la mayor parte de estas medidas puede ofrecer resultados a corto plazo siempre que las administraciones competentes las pongan en marcha, salvo las destinadas a sensibilización ambiental y las de mejora de la eficiencia energética, que requieren un tiempo. Por otro lado, también hay que tener en cuenta que algunas de las obras de las infraestructuras descritas en este programa no tienen prevista su realización hasta años después del inicio del Plan de Mejora.
Para finalizar, el informe concluye que la reducción de la concentración de partículas a los niveles que figuran como objetivo en el Plan de Mejora -respecto a los más altos registrados en los últimos años- implicaría la disminución en casos de enfermedades cardiovasculares de entre un 1,3 y un 7,5% y de casos de enfermedades pulmonares de entre un 2 y un 11,4%. Por otra parte, los niveles de cromo existentes en la zona podrían suponer un exceso de riesgo de cáncer de alrededor de tres casos evitables por cada 10.000 habitantes mientras que la reducción de las partículas a los niveles marcados en el plan puede conllevar hasta 56 casos menos por cada millón de habitantes. Respecto a los niveles de benceno, podrían suponer un exceso de riesgo de cáncer superior a un caso entre 100.000 habitantes.
Las estaciones de control que se han tenido en cuenta para la recogida de estos datos son las situadas en Gran Vía Parque, Puerta del Colodro, Lepanto y Asomadilla. En la actualidad también hay estaciones en la avenida de los Piconeros y el Parque Joyero.
En Córdoba no se han superado los valores límite establecidos en la legislación para el dióxido de azufre ni para los óxidos de nitrógeno. Tampoco se ha pasado el umbral de los niveles de ozono, de monóxido de carbono, de benceno ni de metales (arsénico, níquel, cadmio y plomo).
Más de 7,7 millones de andaluces, el 92% de la población, respiran aire que supera los índices de protección a la salud recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), según el Informe de Calidad del Aire en España 2012 presentado por Ecologistas en Acción.
Si se tienen en cuenta los valores límites establecidos por la Directiva 2008/50 de la Comisión Europea, un 36% de la población española, 17,1 millones de personas, respira aire contaminado, pero atendiendo a los valores recomendados por la OMS la cifra se dispara hasta el 93%, más de 43,8 millones de personas, un porcentaje similar al que se registra en Andalucía.
Para establecer un control sobre las fuentes de emisiones, la Junta de Andalucía ha presentado su Plan de mejora de la calidad del aire, que actuará sobre 13 zonas de la comunidad autónoma, entre ellas el núcleo urbano de Córdoba, que cuenta con una superficie de unos 1.250 kilómetros cuadrados. La nueva planificación, con un horizonte que se extiende hasta el 31 de diciembre de 2015, se desarrollará también en Almería, El Ejido, Cuevas del Almanzora y Zona Industrial de Carboneras (Almería); Bahía de Cádiz, Zona Industrial de la Bahía de Algeciras y Jerez de la Frontera (Cádiz); área metropolitana de Granada, Zona Industrial de Huelva, Jaén-Torredonjimeno, Málaga-Costa del Sol y área metropolitana de Sevilla. Estas áreas son las que han registrado mayores niveles de contaminación atmosférica en la serie histórica de mediciones de los últimos diez años, sobre todo por el tráfico y la actividad industrial.
El estudio de la Consejería de Medio Ambiente se ha realizado en el periodo 2003-2010 y en el mismo se observa que las diferentes estaciones de la Red de Vigilancia y Control de la Calidad del Aire localizadas en Córdoba han detectado elevados niveles de partículas menores de diez micras (PM10), perjudiciales para la salud. En concreto, en el año 2006 se superó el valor límite anual de PM10 (40 microgramos/metro cúbico). Con respecto al valor límite diario para la protección de la salud humana de PM10, (50 microgramos/metro cúbico), que no puede rebasarse en más de 35 ocasiones por año a partir del año 2005), se observa que se excedió en el periodo 2006-2008, alcanzándose el máximo en el año 2006 con 93 superaciones diarias. Sin embargo, también indica que en las dos últimas campañas los niveles han descendido progresivamente.
El Plan de Mejora señala que en Córdoba los principales contaminantes son el tráfico rodado y el sector residencial, comercial e institucional, con emisiones asociadas a la combustión de gasóleo, gases licuados del petróleo y gas natural en calderas y calentadores, y partículas con un perfil químico similar al de instalaciones industriales de combustión. Así, el documento destaca que en Córdoba un 45,4% de las emisiones de partículas en 2007 procedían del tráfico rodado y un 11,3% fueron producidas por el sector doméstico, comercial e institucional. Además, el informe resalta que las actividades metalúrgicas, los talleres de joyería y determinadas actividades extractivas pueden tener una contribución moderada a los niveles de PM10, con mayor incidencia en los alrededores de las zonas donde se desarrollan.
Las medidas planteadas por la Junta van encaminadas a la disminución de las citadas emisiones y la promoción de la eficiencia energética como medio indirecto de reducción de emisiones asociadas a la producción de energía. Para llevarlas a cabo es necesaria la colaboración institucional.
Así, la Consejería de Medio Ambiente deberá encargarse del control de emisiones en las principales industrias a través de la actualización de las autorizaciones ambientales y en explotaciones minerales al aire libre y otras empresas que manejan sólidos pulverulentos. También será competencia suya el fomento de la conducción eficiente y otras medidas de sensibilización ambiental.
Por otra parte, los ayuntamientos implicados serán los encargados de introducir criterios ambientales en las ordenanzas municipales que regulen las obras de construcción, demolición e infraestructuras. Estas entidades locales junto a la Consejería de Obras Públicas tendrán que realizar una mejora y ampliación de las redes de transporte público y de las infraestructuras viarias (especialmente caminos de tierra), la creación de zonas de velocidad reducida, planes de movilidad urbana y de movilidad de empresas, medidas disuasorias del uso del transporte privado y de fomento del transporte sostenible. También será competencia de los ayuntamientos y de Obras Públicas la reducción de las emisiones de vehículos, especialmente pesados y públicos.
Por su parte, la Consejería de Vivienda y Ordenación del Territorio junto a los consistorios deberán aplicar el Código Técnico de Edificación y Plan Renove Viviendas mientras que la Consejería de Economía, Innovación y Ciencia deberá promover medidas de eficiencia energética en hogares y empresas.
El informe de la Junta resalta que la mayor parte de estas medidas puede ofrecer resultados a corto plazo siempre que las administraciones competentes las pongan en marcha, salvo las destinadas a sensibilización ambiental y las de mejora de la eficiencia energética, que requieren un tiempo. Por otro lado, también hay que tener en cuenta que algunas de las obras de las infraestructuras descritas en este programa no tienen prevista su realización hasta años después del inicio del Plan de Mejora.
Para finalizar, el informe concluye que la reducción de la concentración de partículas a los niveles que figuran como objetivo en el Plan de Mejora -respecto a los más altos registrados en los últimos años- implicaría la disminución en casos de enfermedades cardiovasculares de entre un 1,3 y un 7,5% y de casos de enfermedades pulmonares de entre un 2 y un 11,4%. Por otra parte, los niveles de cromo existentes en la zona podrían suponer un exceso de riesgo de cáncer de alrededor de tres casos evitables por cada 10.000 habitantes mientras que la reducción de las partículas a los niveles marcados en el plan puede conllevar hasta 56 casos menos por cada millón de habitantes. Respecto a los niveles de benceno, podrían suponer un exceso de riesgo de cáncer superior a un caso entre 100.000 habitantes.
Las estaciones de control que se han tenido en cuenta para la recogida de estos datos son las situadas en Gran Vía Parque, Puerta del Colodro, Lepanto y Asomadilla. En la actualidad también hay estaciones en la avenida de los Piconeros y el Parque Joyero.
En Córdoba no se han superado los valores límite establecidos en la legislación para el dióxido de azufre ni para los óxidos de nitrógeno. Tampoco se ha pasado el umbral de los niveles de ozono, de monóxido de carbono, de benceno ni de metales (arsénico, níquel, cadmio y plomo).
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