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Cuatro pioneros de la ciencia y la tecnología celebran el avance español, pero recalcan la necesidad de más inversión privada
Podría parecer que huelga explicar qué es la biotecnología, pero informar equivale a divulgar: es la tecnología que estudia y aprovecha los mecanismos e interacciones biológicas de los seres vivos. Dicho eso, ese sector cada vez más usado en agricultura, farmacia, ciencia de los alimentos, medio ambiente y medicina ha crecido exponencialmente en los últimos años en el mundo, concretamente en España se ha multiplicado por nueve durante la crisis. Algo más de 200.000 personas trabajan en esta rama en nuestro país, donde en 2008 solo un 2,9% del PIB dependía de ese área, mientras que en la actualidad un 7,5% del PIB se genera en esa rama.
Sobre lo anterior y otros aspectos relacionados con la 'Biotecnología a través de dos continentes' reflexionaron en la segunda mesa redonda de la mañana José Antonio Lorente, director de Genyo, Javier Velasco, director de Neol, y Enrique Castellón, presidente de CRB Inverbío, presentado por Jesús Quero, director del Campus de la Salud de Granada.
Este último se mostró convencido de que la disciplina en cuestión es el reto más brillante que tiene nuestro país. «Contribuirá a cambiar el modelo productivo», espetó el conductor del acto. Los ponentes constataron esa declaración - a la que aún se le puede llamar de intenciones- y evidenciaron la necesidad de seguir apostando por un sector en expansión que necesita seducir más y mejor al capital privado.
José Antonio Lorente, director del Centro Pfizer-Universidad de Granada-Junta de Andalucía de Genómica y Oncología (Genyo), reconoció, no obstante, que el reto de que el español se emplee para el lenguaje científico tiene mal pronóstico ya que el inglés - el idioma del 95% de las comunicaciones en ese campo- copa desde hace años el terreno. «No obstante, para no perder cuota, en los congresos internacionales ubicados en países hispanoparlantes deberíamos apostar por el español y poner traductores al inglés, asumiendo el gasto que eso conlleva, claro. Otro mecanismo puede ser traducir todas las producciones científicas al español», valoró el conferenciante, quien se despidió con una frase alentadora. «Cada vez más personas que hablan en castellano hacen ciencia».
Alianzas internacionales
En su turno, Javier Velasco, director general de Neol, la compañía resultante de la alianza entre Repsol y la firma granadina Neuronbio para obtener biocombustibles avanzados, aseguró que el nuevo petróleo es la biomasa. «Aquí en Europa tenemos poca materia prima para eso, a diferencia de lo que pasa en Brasil, Chile, Argentina...», espetó antes de referirse a la necesidad de crear alianzas estratégicas e internacionales para hacer realidad esa senda de cambio de la economía «petro a la bío». Para ello, el licenciado en Biología, que se definió como un científico reconvertido en gestor, también apeló a la necesidad de un cambio de mentalidad en los «9.000 millones de habitantes que tendrá la Tierra en 2050».
El director general de Neol Biosolutions puso como ejemplo de emprendimiento a su propia firma, que arrancó en Granada con tres socios en un invernadero de empresas y que ahora cuenta con una plantilla de más de 50 personas, con perspectivas grandes de crecimiento, además de cotizar en el mercado alternativo bursátil. «En Latinoamérica las empresas españolas 'bio' tienen un grandísimo futuro», zanjó el emprendedor, en cuya despedida hizo un guiño a la energía vital necesaria para abordar cualquier iniciativa de las referidas.
Menos complaciente que sus predecesores fue Enrique Castellón, fundador de CBR Inverbío, una sociedad gestora de entidades de capital riesgo, especializada en inversiones en proyectos innovadores de base tecnológica en fase inicial en el ámbito de las ciencias de la vida. El participante, con un vasto curriculum en la sanidad pública, criticó el déficit de inversión en España y en América Latina -tanto de origen privado como de la administración- en I+D+I. «Eso produce empresas pequeñas y poco productivas que no completan el ciclo desde la inversión e investigación al empleo de calidad», avanzó.
Para resolver ese problema -dijo- el sector público se ha implicado, pero con éxito parcial. El directivo defendió que el capital riesgo es la única solución actual a la asimetría existente entre el dinero y el ámbito de la biotecnología y recriminó al sector español y latinoamericano que no sean proclives a incluir nuevas tecnologías. «Prefiero hablar de 'venture capital' que de capital de riesgo porque en España se le tiene pánico al riesgo», ironizó.
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