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Inmobiliarias y propietarios coinciden en apuntar que en lo que va de verano el mercado está más parado que otros años
Para Juan Carlos Mozo, propietario de una vivienda en alquiler en la avenida Hernán Cortés, lo que ocurre este verano es inédito. Otros años, por estas fechas, ya tenía arrendado su piso de dos habitaciones a algún estudiante, pero en esta ocasión, aún lo tiene en alquiler. «Este año está flojísimo el mercado. Hay muchísimos pisos y no se alquilan», cuenta. La renta que pide es de 380 euros, y éste es ya el precio rebajado. Tiene calefacción central y el piso está nuevo. «Me llama gente, pero muchos no vienen ni a ver el piso porque les echa para atrás el precio. Eso sí, esperamos alquilarlo antes de que comiencen las clases», señala.
Tanto inmobiliarias como propietarios coindicen en apuntar que el mercado está con menos movimiento este año. Los dueños de los pisos, por su parte, han decidido ajustar al máximo el precio de los alquileres para intentar captar a los estudiantes más rezagados. Uno de los motivos ha sido, según explican los negocios consultados, los cambios en los exámenes de los universitarios. Al no haber ya evaluaciones en septiembre, durante el mes de julio han sido muchos los estudiantes que han decidido dejar su piso ya alquilado al no tener que volver a la ciudad para las recuperaciones de exámenes. Eso ha provocado que, tras el ‘boom’ de julio, el mercado haya quedado parado a la espera de un segundo arreón antes del inicio del curso académico.
Asimismo, se han multiplicado los anuncios de ‘Busco o alquilo piso’ en las calles a través de la cartelería y también en el plano virtual, con las redes sociales inundadas de mensajes de todo tipo. «Busco compañera de piso en Cáceres, calle Linares, a un minuto de la Cruz. Todo exterior, tres habitaciones, un baño, 127 euros. Agua y luz aparte», escribe Clara María Vidal en Twitter. Otros optan por un mensaje más llamativo, como Carksiopea, que escribe «Busco compañeras de piso en Cáceres. Abstenerse conservadoras, taurinas o amantes del flamenco. No nos llevaríamos demasiado bien».
Antonia Aceituno es la responsable de Soluciones Inmobiliarias de Cáceres y todos los años reparte cuartillas de publicidad dirigida especialmente a los estudiantes. «Este año vienen a cuentagotas. No han salido las becas, las posibilidades de las familias han cambiado mucho y además, el primer boom se ha retrasado por los exámenes hasta mediados de julio. Apreciamos que ha bajado un 50 por ciento menos con respecto al año pasado los alquileres que cerrábamos. Esperamos a septiembre para salvar el verano», cuenta. El precio medio de una vivienda cercana a la Plaza de América de cuatro dormitorios es de unos 450 euros, mientras el año pasado costaba 500 euros. «El propietario de un piso ve que pasa el tiempo y que no se alquila su piso, de modo que no tienen otra que que pedir menos dinero. Llegan a bajar hasta ochenta euros en el precio inicial».
Más viviendas en alquiler
«Hay más viviendas en alquiler y los precios ahora se negocian a la baja porque este año los estudiantes se han movido mucho en julio», sostiene Mercedes de la Montaña, de la inmobiliaria Manuela Pérez. «Los jóvenes achuchan y los propietarios bajan los pisos. Y es que el problema es que si no lo alquilas ahora pierdes todo el año. La primera quincena de agosto es la más floja, el mercado está totalmente parado en seco», explica Ángel Martín, de TuKasa.
Los estudiantes, por su parte, también se han vuelto más exigentes. «Piden precios más baratos y más calidad», apunta Aceituno. Habitualmente, cuenta Martín, los jóvenes buscaban una vivienda céntrica, con buena conexión con el
campus
universitario y que rondara los 150 euros. Ahora, quieren lo mismo pero no están dispuestos a pagar más de 120 euros. «Las zonas más baratas que demandan están en el entorno de la plaza de Toros. Por ejemplo, en las calles San Blas o San Justo, un alquiler de un piso de tres habitaciones puede rondar los 330 euros», cuenta. De la Montaña apunta que, además, este año los estudiantes preguntan por pisos con calefacción central. «No quieren que los gastos se les vayan de las manos, de modo que prefieren saber de antemano el coste del servicio», detalla la comercial.
Sen Vallejo lleva cinco años con su piso en venta. Ante la falta de demanda, ha optado por el alquiler y anunciar su piso en la cartelería callejera. «He tenido que ir bajando de precio respecto al inicial hasta un límite. Ahora lo tengo por 400 euros», cuenta. La vivienda que alquila se encuentra en la avenida de Alemania, tiene tres habitaciones y está reformada. «La alquilo por mi cuenta. Ahora mismo no la tengo arrendada pero espero que unos estudiantes de mi pueblo se queden finalmente este curso», explica. Él sigue prefiriendo la venta del inmueble al alquiler, aunque ya se resigna. «Al menos, así lo voy pagando», dice.
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