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Es cierto que en la época de verano, las horas de sol y el descanso de las vacaciones hacen que el positivismo y las ganas de vivir estén a flor de piel.
Aprovechar al máximo los buenos momentos, las risas y la compañía de buenas personas es la filosofía de Belén García, quien día a día se carga de energía positiva para animar a todos los clientes del Hotel Victoria de Almuñécar, lugar en el que trabaja durante todo el año –no sólo en la temporada veraniega– desde hace siete años.
Desde la mañana hasta la noche, Belén propone actividades para llenar el tiempo de ocio de pequeños y mayores y para hacer inolvidable la estancia de los fieles huéspedes de un hotel que más que clientes ya tiene amigos. Después de su café matinal, Belén arranca la jornada con clases de 'aquagym' en la piscina entre balones gigantes de colores, churros de gomaespuma y la música más animada. A continuación, imparte diversos talleres para niños en donde les enseña a reciclar, a conocer su entorno o aprenden globoflexia. Al mediodía, Belén anima a los clientes a participar en los 'juegos aperitivos', desde una partida de dardos hasta el golf... unos juegos que se llaman así por la recompensa para el ganador, que consiste en unos aperitivos gratis por cuenta del hotel. Por la tarde siguen los talleres y las actividades en la terraza y la piscina, y para cada noche de verano, los animadores proponen espectáculos, coreografías, bailes y diversas actividades que hacen que cada noche sea irrepetible. Desde musicales hasta teatros o danza, aquí el que se aburre es porque quiere.
Belén se enorgullece de la buena acogida que brindan los clientes a todas las actividades. Desde los más pequeños hasta los más veteranos, todos los que tratan con ella terminan participando alegremente. «Un niño contento significa tres clientes felices», confiesa Belén con una sonrisa. «Lo que pretendemos es que todo el mundo esté feliz y se lo pase bien, así los niños se divierten y los padres descansan y tienen más tiempo para ellos. Lo importante es que todo el mundo esté lo más agusto y feliz posible en vacaciones», afirma. Todos los veranos, el hotel pone a disposición de sus huéspedes el «libro de satisfacciones», donde todo el mundo puede escribir sobre las experiencias en positivo que han vivido durante su estancia.
«Vivo el verano con energía positiva», afirma rotunda esta animadora. «A veces puedes tener un mal día, problemas en casa, pero una vez que entras por la puerta de hotel, recibes los buenos días con cariño y no veas más que sonrisas de los clientes, los problemas se olvidan y quieres sacar lo mejor de ti misma para ellos» afirma la joven.
Belén confiesa que lo más gratificante es la amistad que surge en las instalaciones del hotel. «Durante el año recibo en casa cartas con dibujos y poesías de niños que han pasado sus vacaciones aquí, ¡y no se olvidan de mí!», expresa alegremente. «Incluso muchos repiten, y al año siguiente nada más entrar por las puertas preguntan por la animadora». Algunos años, hasta se han formado grupos de amigos de las actividades que ha llevado a cabo con los clientes. «En una coreografía del musical de 'Grease' que estábamos haciendo, la mayoría de las parejas y clientes eran de Madrid. Durante los ensayos se lo pasaron tan bien, que llegaron a ser amigos y siguieron quedando tanto en Madrid, como para volver aquí juntos de vacaciones al año siguiente», explica. «¡Por donde pisa un animador, no vuelve a crecer la hierba!» bromea.
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