VERDAD
Los dispositivos especiales de la Guardia Civil mantendrán la vigilancia durante todo el fin de semana
«Las normas son las normas y hay que respetarlas, pero en algunos tramos parece que si vas a 90 kilómetros por hora entorpeces el tráfico». Así se justificaba F. Nicolás, uno de los 333 conductores multados en los últimos cuatro días en la campaña especial de tráfico contra el exceso de velocidad, justo después de ser pillado por el radar. El hombre fue sorprendido por uno de los dispositivos especiales el jueves, cuando 'La Verdad' tuvo ocasión de acompañar a una de las patrullas especiales de vigilancia en su tarea.
El automovilista se dirigía a La Manga en su Ford Focus sobre las once y media de la mañana. Al llegar al kilómetro 153 de la A-30, en dirección a Cartagena, recibió el alto de un agente de la Guardia Civil que le indicó que se dirigiera al arcén. F. Nicolás circulaba a 115 kilómetros por hora en un tramo donde el límite permitido es de 90. Con él, la Guardia Civil sancionó esa mañana a una veintena de conductores. Para ello, los agentes establecieron tres dispositivos de control de velocidad: uno en la autovía a San Javier; otro en la A-30, una vez pasado el Puerto de la Cadena; y el tercero en las inmediaciones de Murcia.
Los controles, dotados con un vehículo con un radar incorporado y dos agentes motorizados dispuestos a interceptar a los infractores, forman parte de la campaña especialidad contra los excesos de velocidad que Tráfico puso en marcha el pasado lunes, y que se extenderá hasta mañana, domingo, con cuatro dispositivos especiales: el citado y otros tres situados en Cartagena, Lorca y Cieza.
18.000 controles
Tráfico había realizado hasta el jueves 18.000 controles a conductores, y ha sancionado a 333, lo que supone un tasa de infractores del 1,84%. Aunque los datos son ligeramente inferiores a los de campañas anteriores, Tráfico prefiere esperar hasta que acabe el dispositivo para valorarlo, ya que el grueso de las infracciones pueden cometerse precisamente este fin de semana.
El capitán de la Guardia Civil Agapito Cánovas Arias explica el sistema. «Los coches patrulla llevan un radar incorporado con una antena de medición de la velocidad, y cuando detectan un vehículo que sobrepasa la permitida, los datos pasan a un ordenador portátil y quedan grabados. Acto seguido notificamos a la pareja de motoristas los datos del vehículo infractor, es decir, la velocidad, el punto kilométrico exacto y la hora, y ellos, que están situados en un tramo inmediato, proceden a su parada y a la notificación de la denuncia». El vehículo está preparado para actuar parado o en movimiento. El primer sistema es más frecuente en vías desdobladas, como autovías y autopistas, donde el coche permanece estacionado en un punto de la carretera. La otra modalidad es aquella en la que el automóvil circula por la carretera y controla la velocidad de quienes lo adelantan.
Los agentes utilizan también «un dispositivo de 'radar en cascada', es decir, ponemos un vehículo radar en un punto determinado con una patrulla de notificadores y, unos kilómetros más adelante, ponemos otro vehículo radar con otra patrulla de notificadores, con lo cual la sensación que tiene el conductor de que, una vez que ha pasado el radar, ya puede correr todo lo que quiera, se ve frustrada».
El objetivo de este sistema es que los conductores «no corran y de esa manera se disuade al automovilista de la idea de que, por haber pasado un coche radar o un vehículo patrulla nuestro, ya puede correr a más velocidad», advierte el capitán.
Los dispositivos situados el pasado jueves en la A-30 vigilaron a mil vehículos a lo largo de la mañana, de los cuales, 20 fueron pillados con exceso de velocidad por el radar y denunciados. El capitán explica que es difícil establecer un patrón del infractor. «Nos podemos encontrar desde un Seat Córdoba que interceptamos a principios de año circulando a 220 kilómetros por hora o con un Ferrari a 218», asegura Arias.
Las multas por conducir a más kilómetros por hora de lo permitido por la ley se han disparado desde 2010, según los datos de Tráfico, incluso durante las campañas especiales de vigilancia, porque el temor a perder puntos se ha ido diluyendo como efecto disuasorio.
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