GRANADA HOY
Apenas un 14,5% de las operaciones se corresponde con inmuebles de nueva construcción y menos de dos años de antigüedad
Un supuesto. Un potencial comprador de vivienda acude a una entidad financiera con la esperanza de obtener una hipoteca para comprar un piso en la capital que se ajusta a su bolsillo, a sus necesidades y a sus preferencias. Poniendo por delante que el potencial comprador cumple los requisitos para que las entidades financieras no lo 'echen' amablemente de la sucursal al oír hablar de un crédito inmobiliario, lo más probable es que el banco o la caja a la que ha acudido intente venderle algunas de las viviendas en stock que tiene en propiedad. De hecho, lo más probable es que ese comprador potencial se hubiera enamorado previamente de una vivienda que llevara más de dos años esperando para salir de la enorme bolsa de viviendas vacías que generaron el boom inmobiliario primero y la debacle del ladrillo después.
Los últimos datos de transacciones inmobiliarias publicados por el Ministerio de Fomento dejan claro de dónde proceden las viviendas que se venden en Granada. A la vista está que en los dos últimos años la actividad constructiva se ha reducido al mínimo, y que los promotores o las entidades financieras tienen una gran reserva de la que tirar cuando uno de los pocos granadinos con posibilidades para meterse en una hipoteca llega hasta sus puertas. De las 2.770 viviendas que se han vendido en la provincia en el primer semestre del año, apenas un 14,5% (406) puede considerarse vivienda de nueva construcción, una definición que Fomento aplica para referirse a las viviendas con menos de dos años de antigüedad.
Esto significa que el 85,5% de las transacciones inmobiliarias que se producen en Granada, cuatro de cada cinco operaciones de compraventa de viviendas, proceden todavía de un stock de vivienda que parece interminable. Porque, como apunta el secretario general de la Asociación de Constructores y Promotores de Granada (ACP), Francisco Martínez Cañavate, el mercado de vivienda de segunda mano de verdad, el que está formado por viviendas antiguas puestas a la venta por particulares, está prácticamente "paralizado".
En cualquier caso, según los datos del Ministerio de Fomento, ni la vivienda de segunda mano ni la de obra nueva han levantado cabeza en este último año. Las 2.770 viviendas vendidas en los primeros seis meses de 2013 arrojan el dato más bajo de toda la serie histórica de Fomento -que se remonta al año 2004- y evidencia que el mercado inmobiliario está muy, muy lejos de la recuperación.
Sólo en el último año la compraventa de vivienda se ha reducido un 33,6%, la caída más fuerte de las registradas en estos seis ejercicios de crisis. Este nuevo descenso, que se suma a los registrados desde el año 2008, ha hecho caer la actividad del mercado inmobiliario al mínimo histórico: nunca antes se había registrado una cifra tan baja de viviendas vendidas durante la primera mitad del año.
La comparación con los datos registrados durante el primer semestre de 2007, el año dorado del mercado inmobiliario, es chocante. Por aquel entonces se vendieron en sólo seis meses 10.200 viviendas, así que desde entonces el ritmo de compraventa de viviendas se ha reducido un 72,8%. Otra forma de decirlo: en 2007 se vendieron tres veces más viviendas que en esta primera mitad de 2013.
Y no es de extrañar. A la crisis económica hay que añadirle una estrategia política que en poco ha colaborado con el mercado inmobilario. Francisco Martínez Cañavate asegura que si este primer semestre del año ha resultado tan negativo -el descenso de las operaciones, del 33,6%, es muy superior al que se registró el año pasado, de un 12,8%- se debe principalmente a la decisión del Gobierno central de eliminar los incentivos para la compra de inmuebles, como la exención fiscal por la adquisición de vivienda habitual.
Además, el mercado inmobiliario se enfrenta ahora a una situación delicada por el 'banco malo'. El secretario general de la Asociación de Constructores y Promotores de Granada explica que "el aterrizaje del Sareb está siendo muy lento", pese a tener un pedazo importante del mercado inmobiliario. "Está funcionando muy lentamente para la toma de decisiones y no tiene todavía clara la política de precios", indica Martínez Cañavate. Con estos datos encima de la mesa, parece poco probable que 2013 sea el año de la recuperación del mercado inmobiliario, el sector más perjudicado por una crisis que no deja títere con cabeza.
Los últimos datos de transacciones inmobiliarias publicados por el Ministerio de Fomento dejan claro de dónde proceden las viviendas que se venden en Granada. A la vista está que en los dos últimos años la actividad constructiva se ha reducido al mínimo, y que los promotores o las entidades financieras tienen una gran reserva de la que tirar cuando uno de los pocos granadinos con posibilidades para meterse en una hipoteca llega hasta sus puertas. De las 2.770 viviendas que se han vendido en la provincia en el primer semestre del año, apenas un 14,5% (406) puede considerarse vivienda de nueva construcción, una definición que Fomento aplica para referirse a las viviendas con menos de dos años de antigüedad.
Esto significa que el 85,5% de las transacciones inmobiliarias que se producen en Granada, cuatro de cada cinco operaciones de compraventa de viviendas, proceden todavía de un stock de vivienda que parece interminable. Porque, como apunta el secretario general de la Asociación de Constructores y Promotores de Granada (ACP), Francisco Martínez Cañavate, el mercado de vivienda de segunda mano de verdad, el que está formado por viviendas antiguas puestas a la venta por particulares, está prácticamente "paralizado".
En cualquier caso, según los datos del Ministerio de Fomento, ni la vivienda de segunda mano ni la de obra nueva han levantado cabeza en este último año. Las 2.770 viviendas vendidas en los primeros seis meses de 2013 arrojan el dato más bajo de toda la serie histórica de Fomento -que se remonta al año 2004- y evidencia que el mercado inmobiliario está muy, muy lejos de la recuperación.
Sólo en el último año la compraventa de vivienda se ha reducido un 33,6%, la caída más fuerte de las registradas en estos seis ejercicios de crisis. Este nuevo descenso, que se suma a los registrados desde el año 2008, ha hecho caer la actividad del mercado inmobiliario al mínimo histórico: nunca antes se había registrado una cifra tan baja de viviendas vendidas durante la primera mitad del año.
La comparación con los datos registrados durante el primer semestre de 2007, el año dorado del mercado inmobiliario, es chocante. Por aquel entonces se vendieron en sólo seis meses 10.200 viviendas, así que desde entonces el ritmo de compraventa de viviendas se ha reducido un 72,8%. Otra forma de decirlo: en 2007 se vendieron tres veces más viviendas que en esta primera mitad de 2013.
Y no es de extrañar. A la crisis económica hay que añadirle una estrategia política que en poco ha colaborado con el mercado inmobilario. Francisco Martínez Cañavate asegura que si este primer semestre del año ha resultado tan negativo -el descenso de las operaciones, del 33,6%, es muy superior al que se registró el año pasado, de un 12,8%- se debe principalmente a la decisión del Gobierno central de eliminar los incentivos para la compra de inmuebles, como la exención fiscal por la adquisición de vivienda habitual.
Además, el mercado inmobiliario se enfrenta ahora a una situación delicada por el 'banco malo'. El secretario general de la Asociación de Constructores y Promotores de Granada explica que "el aterrizaje del Sareb está siendo muy lento", pese a tener un pedazo importante del mercado inmobiliario. "Está funcionando muy lentamente para la toma de decisiones y no tiene todavía clara la política de precios", indica Martínez Cañavate. Con estos datos encima de la mesa, parece poco probable que 2013 sea el año de la recuperación del mercado inmobiliario, el sector más perjudicado por una crisis que no deja títere con cabeza.
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